Creo que morí


Creo que morí.




Una nueva experiencia llegó al Consultorio Paranormal de El Espejo Gótico. Al final, como siempre, la analizaremos en detalle. En este caso, la experiencia está relacionada con una inquietante sensación: la de estar muerto.


***

Pasadas las 3:00 a.m. (leí por ahí que esta hora en particular podría tener alguna relevancia —ver: ¿Qué ocurre a las 03:33 de la madrugada?—) recibí un llamado telefónico de mi novia. Estaba completamente alterada. Lloraba, y seguía repitiendo, una y otra vez:

—Morí. Estoy muerta.

Una y otra vez le respondí que no, que no estaba muerta, que seguramente había tenido una pesadilla, pero ella seguía diciendo:

—Sí, morí.

—¿En tu sueño?

—No, en la vida real.

Traté de decirle que no, que estaba en su cuarto, llamándome por teléfono, pero ella insistía en que estaba muerta. De hecho, me describió cómo se sentía, y dijo que no sentía dolor, que estaba en un espacio muy amplio, de color púrpura, y que sentía a sus padres llamándola (que, por cierto, están muertos). La sensación, dijo, era más que agradable: era sublime, por eso lloraba.

Empecé a levantar el tono de voz. Pensé que quizás aun estaba dormida, quiero decir, que hablaba dormida (ver: ¿Qué quieren decir realmente las personas que hablan dormidas?), y que de ese modo podría despertarla. En ese momento estaba realmente asustado por la situación.

Eventualmente, algo cambió en su tono de voz. Se volvió menos grave, y me preguntó por qué la había llamado. Le conté lo que había sucedido, pero ella dijo que no recordaba haberme llamado, y menos aun haber dicho que estaba muerta.

Conclusión: estuvimos más de una hora hablando por teléfono desde entonces porque ella estaba demasiado asustada como para volver a dormir. ¿Podrían decirme qué significa esto de sentir que uno está muerto?
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Si bien no se trata estrictamente de una experiencia paranormal, la sensación de estar muerto resulta tanto o más inquietante que un encuentro con lo desconocido.

Existe la idea genera de que no puedes morir en tus sueños. Pero lo cierto es que sí, se puede (ver: ¿Qué pasa si morís en un sueño?), y existe una extensa bibliografía para analizar este tipo de sueños.

La obra fundamental al respecto es el libro de Sigmund Freud: La interpretación de los sueños (Die Traumdeutung), donde se concluye que el funcionamiento de los sueños, sus motivos principales, son como una especie de grieta a través de la cual podemos observar nuestros secretos más oscuros; secretos que, por otro lado, incluso nos ocultamos a nosotros mismos.

También hay que mencionar otra teoría, contraria a las ideas de Freud, la cual sostiene que los sueños no tienen ningún significado, sino que siguen un modelo de activación y síntesis.

Según esta teoría, el cerebro produce ciertos patrones de actividad durante el sueño, a los que otras regiones del propio cerebro tratan de «dar sentido», sintetizar, en cierto modo. Las historias resultantes, es decir, nuestros sueños, serían entonces son una mezcla de contenido y conexiones extrañas porque esos patrones de activación no reflejan experiencias que el cerebro despierto pueda reconocer.

Es decir que, según esta teoría, no hay un «significado» real que podamos encontrar en los sueños, ningún mensaje más profundo que podamos descifrar.

Esta visión acerca de los sueños como un tipo de actividad cerebral aleatoria resulta poco estimulante. ¿Acaso no hay nada más en estas extrañas fantasías nocturnas que historias sin sentido?

Independientemente de qué teoría utilicemos para interpretar los sueños, todos podemos estar de acuerdo en que, básicamente, los eventos que forman parte de nuestros sueños en realidad no ocurrieron; quizás por esta razón nos sentimos aliviados después de despertar de una pesadilla, o decepcionados, al despertar de un sueño agradable.

En cualquier caso, cuando se sueña que uno está muerto las sensaciones que se experimentan suelen estar más allá de los reacciones convencionales.

Así como los sueños pueden afectarnos profundamente, para el placer o el desagrado, también lo puede hacer la conciencia de nuestra propia mortalidad. Después de todo, la muerte es un misterio que nunca experimentaremos directamente, hasta que, por fin, morimos.

En este contexto, ¿podrían los sueños ser un ejercicio, una forma de practicar la muerte?

Nuestra ventaja como especie es saber que vamos a morir, es decir, tenemos una relación con nuestro conocimiento de la muerte. Esto es un salto evolutivo considerable, en relación con otras especies, pero que también trae consigo un aspecto incómodo: la ansiedad por la muerte, una sensación que siempre está presente, ya sea conscientemente, o en el reino del inconsciente, acechándonos.

Cuando somos jóvenes resulta fácil manejar esa ansiedad, e incluso negar la realidad de nuestra eventual muerte. A medida que envejecemos, no obstante, la idea de que moriremos se vuelve más densa, más real. Frente a esto hay dos caminos posibles: llegar a una especie de acuerdo con nuestro pasado, con lo vivido, aceptando las elecciones que hemos hecho, o la alternativa: la desesperación.

En el caso de hoy, sin embargo, se trata de una mujer joven que siente que ha muerto. Su comportamiento, de acuerdo a la descripción que se nos ha hecho, responde a la característica más llamativa y consistente de los sueños donde uno muere, y es que sus contenidos son abrumadoramente placenteros.

De hecho, sentir que uno muere en sueños es tan placentero como horrorosas son las sensaciones al despertar. Hay una clara relación entre la intensidad de esos dos extremos.

Un mismo sueño, es decir, un mismo motivo, rara vez significa lo mismo para dos personas distintas, precisamente porque cada uno de nosotros le da un significado particular a sus sueños a través de las conexiones que hace entre estos eventos oníricos y sus experiencias en la vigilia. En cierto modo, importa menos saber el significado de los sueños donde se muere que preguntarse qué hará el soñador con ellos; y eso es extremadamente personal.

Ahora bien, de nada sirve detallar en términos generales el significado de soñar con la muerte; en todo caso, soñar con morir siempre refleja algo verdadero, algo sincero, que nuestra mente consciente no puede siquiera concebir: nuestro mayor miedo, y nuestro mayor anhelo, tal vez sean lo mismo.

En los sueños donde uno muere se establece una unión instantánea con todo lo que amamos; es decir que esa separación final, la muerte, se expresa en realidad como el final de toda separación.




Consultorio Paranormal. I El lado oscuro de la psicología.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

A principios de este año, en medio de la noche como a eso de 11 a 12, me desmaye por un fuerte dolor, lo último que recuerdo es que llamé a mi mamá, luego de eso recuerdo estar flotando en un espacio negro en el centro había una gran esfera o algo asi blanco, senti que no podía respirar y hacía frío, aun así era tranquilo. Cuando reaccione estaba acostada en mi cama y mi mamá estaba ahí, me dijo que había convulsionado y no respiraba.... Nose si fue un sueño, pero no lo puedo olvidar, desde ahí senti que había muerto. Recuerdo también que le dije a mi mamá luego que no quería volver a morir.



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