Pazuzu: el demonio de «El Exorcista», quizás no era el malo de la película.
Si la novela y el cine de terror poseen un auténtico icono del mal para compadrear, ése es Pazuzu, el demonio que poseyó a la pobre Regan MacNeil en: El exorcista (The Exorcist).
Sin embargo, la presencia de esta criatura es en sí misma contradictoria con sus supuestas intenciones. Después de todo, quizás Pazuzu no era el malo de la película.
Un par de consideraciones antes de entrar en la biografía de esta espeluznante e incomprendida criatura.
William Peter Blatty, autor de la novela y del guión de la película, eligió a Pazuzu; lo cual nos lleva a preguntarnos por qué no a Lucifer, a Satanás, a Belcebú, entre una larga lista de candidatos en los diccionarios demonológicos?
¿Por qué Pazuzu en particular?
¿Por qué este demonio, y no otro?
La respuesta requiere algunas explicaciones concretas y una buena dosis de especulación.
El principio, Pazuzu procede de los mitos mesopotámicos. Es hijo de Hambi, dios del mal, y hermano de Humbaba, un gigante encargado de custodiar los amplios bosques de cedros de la región. En resumen: Pazuzu es un demonio, pero no en el sentido que actualmente le damos al término. Es un daemon, un espíritu, y no precisamente uno maligno.
Los mitos mesopotámicos le asignan el título de Príncipe de los Vientos, más concretamente del viento del sudoeste; y a pesar de provenir de una familia integrada fundamentalmente por seres maliciosos, el propio Pazuzu lucha a favor del bien.
Es el principal antagonista de Lamashtu, un demonio femenino despreciable, cuya única ambición es causar daño a las mujeres. Está emparentada con Lilith, madre de los vampiros, condenada a parir diariamente y a ver cómo su prole se desvanece en el mismo lapso. Ambas, por rencor hacia el género que pertenecen, son enemigas de la maternidad.
En este sentido, Pazuzu lucha contra Lamashtu para mantenerla lo más lejos posible de las mujeres que lo han invocado, y en el proceso no vacila en emplear tormentas, sequías, y toda clase de fenómenos metereológicos.
Vistos de forma aislada, esos eventos parecen producto de una maldad ciega, insensata. Incluso el aspecto de Pazuzu, que integra rasgos más bien animalescos, infunde mas terror que piedad. Sin embargo, todos esos elementos funcionan como barreras para proteger a las mujeres de un mal mucho mayor.
Esta breve introducción a la naturaleza de Pazuzu nos permite responder la pregunta que formulamos anteriormente:
¿Por qué Pazuzu, y no otro demonio más conocido y poderoso, es el elegido por el autor para poseer a Regan?
Quizás porque Pazuzu es el único demonio cuya naturaleza no es maligna.
En otras palabras: porque es el único demonio capaz de hacer el bien. Salvo que pensemos que el autor lo incluyó como protagonista excluyente sin antes estudiar su historia y función dentro del mito que lo originó en primer lugar.
Ahora volvamos a El Exorcista.
¿Quiénes son las víctimas de Pazuzu?
En apariencia, Regan, la joven cuyo cuerpo es poseído, y también su madre, quien sufre horriblemente al ver el deterioro físico y psicológico de su hija. Pero si tenemos en cuenta la naturaleza de Pazuzu, de acuerdo a sus mitos, las cosas quizás son más complejas.
La única víctima fatal de Pazuzu en la historia es Burke Dennings. Sabemos objetivamente que este hombre subió solo al cuarto de Regan y que luego su cuerpo fue encontrado al final de aquellas largas y míticas escaleras. El detective Kinderman, encargado del caso, supone que su cuello fue roto antes de la caída.
Después de eso, y en muchas ocasiones a lo largo de la película, e incluso en la novela, donde se lo aclara específicamente, la voz de Pazuzu —en labios de Regan— asume el tono del propio Dennings, y siempre en relación a una actitud, digamos, abusiva, con respecto a la muchacha.
Son varios los que conjeturan con la posibilidad de que Dennings haya subido al cuarto de Regan muchas veces en el pasado, y que los síntomas de la muchacha, en apariencia, sin sentido, en realidad forman un discurso que repite la actitud violenta que la ha sufrido.
En este sentido, Regan pudo haber utilizado el tablero Ouija para indagar sobre algo que la perturbaba enormemente, algo que no comprendía del todo y que decididamente no podía hablar con su madre. Tal vez pidió ayuda, y la respuesta a esa invocación fue Pazuzu.
Si tomamos como posible esta hipótesis, la figura de Pazuzu aparece como un blindaje, una barrera que recubre a Regan para alejar a los acólitos de Lamashtu; es decir, a aquellos que han lastimado su feminidad: Dennings, el perpetrador; y su propia madre, cómplice por indiferencia o aceptación.
La voz de Dennings se presenta muchas veces en los labios de Regan, repitiendo órdenes que claramente dan a entender la naturaleza hostil de aquellas visitas a su cuarto. A su vez, la madre de Regan es cómplice, involuntaria o no, de aquel maltrato, y como tal es tratada por Pazuzu, quien, dentro de esta hipótesis, fue invocado para ayudar a la muchacha.
Finalmente tenemos a los dos sacerdotes: el padre Karras y el padre Merrin.
El segundo fallece durante el exorcismo debido a una delicada condición cardíaca.
El padre Karras, en cambio, se arroja voluntariamente por la ventana; no sin antes haber golpeado ferozmente a la chica, a pesar de que aquello indudablemente no podía producirle ningún daño a Pazuzu.
Entendiendo que las únicas dos maneras de salvarla son: matándola o bien recibiendo él mismo a Pazuzu en su cuerpo, se ofrece para esta segunda opción, y por fin se lanza escaleras abajo.
Recordemos que, a los ojos de Pazuzu, Karras es también culpable de traicionar a la feminidad sagrada; y constantemente le reprocha durante el exorcismo haber abandonado a su madre para que muera sola en un asilo para lunáticos.
Hay otros datos que, por cuestiones lógicas, no podemos abordar aquí con todo el detalle que requieren. Pero en otros lugares pueden encontrarse muy buenos análisis sobre la relación entre Regan y Dennings que podrían explicar la actitud vengativa de Pazuzu en relación a cualquier amenaza hacia la chica.
No es caprichoso que el demonio desaparezca cuando todas esas amenazas se neutralizan: Dennings ha muerto, su madre ha sido castigada, y los sacerdotes que la atan a la cama para someterla a un rito de exorcismo, creyendo que está poseída, y no siendo asistida con motivo de una invocación voluntaria, ya no pueden hacerle daño.
Desde aquí, consideramos que se trata de una teoría interesante, que echa luz sobre muchos puntos oscuros en la historia, y que en definitiva explica por qué Pazuzu, y no otro demonio, interviene en este asunto escabroso, donde lo principal es proteger a Regan, sin importar qué tormentas y vientos se utilicen para ganar la batalla.
Demonología. I Mitología.
Más literatura gótica:
- La verdadera historia de «El Exorcista».
- El exorcismo real que inspiró a la novela de Blatty.
- «El Exorcista» en 30 segundos.
- Relatos de exorcismos.
4 comentarios:
Excelente y novedoso análisis: Lamashtu, un demonio femenino despreciable, cuya única ambición es causar daño a las mujeres. Está emparentada con Lilith, madre de los vampiros, condenada a parir diariamente y a ver cómo su prole se desvanece en el mismo lapso. Ambas, por rencor hacia el género que pertenecen, son enemigas de la maternidad.Esa mujer anda desatada.
La teoría es muy interesante pero solo funciona en lo que respecta al libro. En cuanto a la película, William Friedkin deja muy claro que su intención era hacer una historia que expusiera la existencia del bien y el mal mas allá de figuras abstractas y,por lo tanto,como presencias reales en nuestras vidas. El mal entonces es algo que puede combatirse con nuestra calidad humana tal como hizo el padre Karras a pesar de su perdida de fe. De hecho,su teoría de Pazuzu hecha a perder toda la historia humana de Damian Jarras que tiene un extraordinario dejo de novela de Fiodor Dostoievski. Lo que al final de cuentas,resulta mas interesante que las teorías sobrenaturales
Sumamente interesante este analisis, da mucho para pensar y analizar.
Todos los demonios tienen un lado útil, pues para eso han sido creados (o modificados, pues son angeles modificados a propósito mediante la adición de una membrana de ego que les dota de individualidad y limitada autosustentacion).
Pazuzu no es la excepción a ello.
El asunto central es que, como todo elemento útil, por muy útil que resulte, posee efectos secundarios (y en el caso de los demonios los efectos secundarios son la oclusión de las fuerzas Divinas, por causa de la membrana de ego, lo cual, por falta de inducción generatriz Divina resulta en la degradación de las estructuras anímico espirituales y hasta de las estructuras físico orgánicas de aquellas personas quienes se relacionan con la entidad demoníaca en cuestión).
Los pros de la relación con estas entidades (para lo cual han sido concebidas por la Divinidad) es la infusión de esa membrana de ego en los individuos humanos que se relacionan con tal entidad, lo cual les propicia para desarrollar la racionalidad y con ello finalmente la autoconciencia (siendo este último el objetivo central de la participación demoníaca en el plano humano)
Sin la participación de estas entidades seríamos seres blancos y transparentes sin individualidad ni personalidad, meramente disueltos en la Luz Divina sin la posibilidad de llegar a la auto-conciencia individual en la Luz Divina.
Esta etapa de la humanidad es una de las mas globalizadas en la influencia egóica demoníaca, se observa esto en el autismo, la obsesión por la tecnología (impulsada por las huestes de Ahrimán), el ateísmo creciente y/o espiritualismo ateísta y la degradación física progresiva que la medicina trata de paliar infructuosamente.
Habrá que resistir la etapa. Ya pasará... no será la peor ni la mejor después de todo.
La película El Exorcista es una síntesis (hiperrealista, y para nada figurativa ni metafórica) de nuestra etapa actual como humanidad.
Publicar un comentario