«Debo olvidar tus ojos oscuros»: Mary Shelley; poema y análisis.
Debo olvidar tus ojos oscuros (I Must Forget Thy Dark Eyes) es un poema de amor de la escritora inglesa Mary Shelley (1797-1851), publicado de forma anónima en 1832, en la revista The Keepsake, y luego incluido en numerosas antologías.
Debo olvidar tus ojos oscuros, uno de los más destacados poemas de Mary Shelley, nos introduce en los pensamientos de una mujer que trata de convencerse a sí misma de que debe olvidar al hombre que ama. No obstante, a medida que el poema avanza, empieza a darse cuenta de que prefiere la muerte antes que el olvido.
El hombre que inspiró este exquisito poema de Mary Shelley fue su esposo, Percy Bysshe Shelley, quien falleció en circunstancias trágicas diez años antes de su composición.
Debo olvidar tus ojos oscuros.
I Must Forget Thy Dark Eyes, Mary Shelley (1797-1851)
Debo olvidar tus ojos oscuros, esa mirada cargada de amor;
Tu voz, que me llenó de emoción,
Tus votos, que me perdieron en este salvaje laberinto,
La presión emocionante de tu suave mano;
Y, aún más querido, ese intercambio de pensamientos,
Que nos acercaba aún más el uno al otro,
Hasta que en dos corazones una sola idea forjó,
Y ya no esperó ni sintió miedo sino por el otro.
Debo olvidar esos adornos de flores:
¿Acaso no fueron los mismos que te di?
Debo olvidar el conteo de las horas brillantes del día,
Su sol ya se ha puesto, y tú no regresarás.
Debo olvidar tu amor, y entonces cerrar
Los ojos llorosos en un día inoportuno,
Y dejar que mis pensamientos torturados busquen el reposo
que los cadáveres encuentran en la tumba.
Oh, por el destino de aquella que, transformada en hojas*,
Ya no puede llorar ni emitir gemidos;
O la reina enferma, quien, temblando mientras sufría,
Encontró que su cálido corazón en piedra se convertía.
Oh, por la corriente de las olas del Leteo**,
Igualmente mortal para la alegría y el arrepentimiento;
Acaso nada de todo esto se pueda salvar;
Pero el amor, la esperanza, y tú, son cosas que no puedo olvidar.
I must forget thy dark eyes' love-fraught gaze,
Thy voice, that fill'd me with emotion bland,
Thy vows, which lost me in this wild'ring maze,
The thrilling pressure of thy gentle hand;
And, dearer yet, that interchange of thought,
That drews us nearer still to one another,
Till in two hearts one sole idea wrought,
And neither hoped nor fear'd but for the other.
I must forget to deck myself with flowers:
Are not those wither'd which I gave to thee?
I must forget to count the day-bright hours,
Their sun is set —thou com'st no more to me!
I must forget thy love! —Then let me close
My tearful eyes upon unwelcome day,
And let my tortured thoughts seek that repose
Which corpses find within the tomb alway.
Oh! for the fate of her who, changed to leaves,
No more can weep, nor any longer moan;
Or the lorn queen, who, chilling as she grieves,
Finds her warm beating heart grow calm in stone.
Oh! for a draught of that Lethean wave,
Mortal alike to joy and to regret!
It may not be! not even that would save!
Love, hope, and thee, I never can forget!
Mary Shelley (1797-1851)
Thy voice, that fill'd me with emotion bland,
Thy vows, which lost me in this wild'ring maze,
The thrilling pressure of thy gentle hand;
And, dearer yet, that interchange of thought,
That drews us nearer still to one another,
Till in two hearts one sole idea wrought,
And neither hoped nor fear'd but for the other.
I must forget to deck myself with flowers:
Are not those wither'd which I gave to thee?
I must forget to count the day-bright hours,
Their sun is set —thou com'st no more to me!
I must forget thy love! —Then let me close
My tearful eyes upon unwelcome day,
And let my tortured thoughts seek that repose
Which corpses find within the tomb alway.
Oh! for the fate of her who, changed to leaves,
No more can weep, nor any longer moan;
Or the lorn queen, who, chilling as she grieves,
Finds her warm beating heart grow calm in stone.
Oh! for a draught of that Lethean wave,
Mortal alike to joy and to regret!
It may not be! not even that would save!
Love, hope, and thee, I never can forget!
Mary Shelley (1797-1851)
*Dafne, ninfa de los mitos griegos que se transformó en laurel para escapar del dios Apolo.
**Leteo: uno de los ríos del Hades, que al beber de sus aguas, o al cruzarlas, producía el olvido.
Poemas góticos. I Poemas de Mary Shelley.
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El análisis, traducción al español y resumen del poema de Mary Shelley: Debo olvidar tus ojos oscuros (I Must Forget Thy Dark Eyes), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
2 comentarios:
muy bueno,me sacaré un siete,gracia saludos a la mami shira
Me gustó que pusieras esos asteriscos; deberías hacerlo más seguido para los que no estamos acostumbrados a la poesía y nos estamos iniciando.
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