Vampiros energéticos: características, síntomas y cómo protegerse.
Para reconocer a un vampiro energético —también llamados vampiros psíquicos o vampiros emocionales— primero es necesario conocer cuáles son sus características, luego los síntomas que pueden experimentarse en su presencia, y, recién entonces, entender de qué manera podemos protegernos de la influencia nefasta que éstos emanan.
No hay una sola clave para reconocer a un vampiro energético, sino muchas, casi tantas como características suelen manifestar este tipo de individuos.
A continuación repasaremos las más importantes.
En resumen: los vampiros energéticos ejercen una fuerte influencia sobre las personas que los rodean, en cierto modo, infectándolos con sensaciones de fatiga física y malestar psíquico y emocional.
Algunos investigadores aseguran que solo es necesario compartir el espacio físico durante muy poco tiempo con un vampiro energético para sentirse totalmente agotado, tanto emocional como físicamente.
Este tipo de ataques, por llamarlos de algún modo, no siempre son tan evidentes; ya que el vampiro energético se caracteriza por ser una persona muy hábil, una que constantemente busca apoyo en los demás, pero siempre de un modo obsesivo, enfermizo, e incluso parasitario.
Esto quiere decir, en resumen, que un vampiro energético hará cualquier cosa para no estar solo, lo cual lo llevaría a enfrentarse a sí mismo y a sus miedos.
Solo en presencia de determinadas personas, a las que supuestamente aprecia, se siente con energía. Esto no significa que el vampiro energético sea constantemente el centro de atención; de hecho, son lo suficientemente astutos como para pasar desapercibidos en determinadas circunstancias.
Repasemos ahora, punto por punto, la personalidad y características del vampiro energético, así también como algunos síntomas que pueden experimentarse al estar cerca de ellos y de qué manera es posible protegerse.
1- Vampiro energético = víctima:
Los vampiros energéticos se especializan en el arte de la victimización.
Son incapaces de tomar responsabilidad por lo que les ocurre; y más aún, suelen pensar que todos están en su contra, que todos, de algún modo, participan de una conspiración para perjudicarlos.
Este tipo de creencias, naturalmente, le permite al vampiro energético evadir su responsabilidad y, al mismo tiempo, generar compasión y hasta lástima en los demás.
Esta es una de las principales características del vampiro energético: básicamente el chantaje emocional; es decir, el aprovechamiento de cualquier ocasión para manifestar que el resto del mundo está en su contra y, de esa manera, manipular a las personas que lo rodean.
En síntesis: el vampiro energético parte de la premisa falsa de que es una víctima.
2- Irresponsabilidad.
Ahora bien, si el vampiro energético no se siente responsable de lo que ocurre a su alrededor, tanto a él mismo como a quienes participan de su círculo íntimo, es lógico deducir que esa falta de responsabilidad lo induce a creer que no debe sentirse culpable de nada.
Esta es la segunda característica del vampiro energético: la total ausencia de culpa.
Por regla general será muy hábil para articular argumentos bastante elaborados, y completamente falsos, para justificar sus reacciones, pero sobre todo para hacerle sentir a los demás que sí son responsables de todo lo que sucede; y no vacila en señalar a los otros en este sentido.
3- Narcicismo I Dramatismo.
Con los vampiros energéticos todo se reduce a una cuestión de narcisismo; pero que al mismo tiempo prescinde del verdadero amor propio.
En otras palabras: el vampiro energético no duda en convertirse en el vértice del universo, aún cuando esto lo lleve a asumir una postura ridícula, falta de sentido común, rogando e implorando cuando fallan sus artimañas, o directamente patética.
En este contexto, el vampiro energético es dramático en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Todo lo dramatiza, todo lo exagera, convirtiendo de ese modo un asunto de menor importancia, incluso irrelevante, en una verdadera catástrofe personal, desde luego, producto de oscuras fuerzas que intentan perjudicarlo.
Su último recurso, cuando fracasan todos los demás, es romper en llanto o estallar, literalmente, en respuesta a su incapacitad para lidiar con la frustración.
4- Celos.
Sería injusto decir que los vampiros energéticos son celosos con sus parejas, ya que esencialmente son celosos de cualquiera que tenga la mala fortuna de integrar su círculo íntimo.
Las razones de estos celos suelen ser ilusorias, totalmente imaginarias, o a lo sumo basadas en cuestiones tan insignificantes que nadie en su sano juicio repararía en ellas. No obstante, la reacción de un vampiro energético celoso es completamente desproporcionada en relación al hecho que la originó.
En cierto modo, el vampiro energético supone que cuando el interés de su pareja, o de cualquier otra persona a la que considera como alguien cercano, se desvía hacia alguien más, aún en una simple conversación, su influencia sobre ella peligra, y en consecuencia reacciona como si el propio vínculo que los une estuviese en riesgo.
5- Síntomas de castigo.
Siendo incapaz de manejar el rechazo, y la frustración lógica que eso trae consigo, el vampiro energético es como un perro que simplemente no puede soltar un hueso: insiste, hasta el cansancio, por situaciones y discusiones menores cuya victoria no le brindan mayor satisfacción.
El vampiro energético suele insistir hasta el agotamiento, es cierto, pero no siempre de forma implacable. Por ejemplo, puede ceder en algunas cuestiones, pero generalmente terminará castigando al otro por esa victoria, a menudo con una actitud rencorosa, ofendida, que muchas veces puede conducir a su rival a creer que lo ha tratado injustamente después de todo.
Decirle no a un vampiro energético equivale a un insulto.
Y la respuesta a ese insulto imaginario es, desde luego, mostrarse ofendido.
Este tipo de castigo a quienes lo han rechazado es habitualmente psicológico, desde mostrarse ofendidos a generar un clima de convivencia laboral y/o familiar verdaderamente tenso.
Ahora bien, cuando el blanco de este tipo de castigos empieza a evidenciar que su eficacia ha perdido fuerza, el vampiro energético cambia radicalmente de estrategia. Del sentirse ofendido pasa a mostrar un comportamiento conciliador, como si nada hubiese ocurrido anteriormente.
Esta es una de las principales características del vampiro energético: saber adaptar su estrategia de acuerdo a los estados emocionales de sus víctimas.
Es importante entender que los vampiros energéticos conocen perfectamente cuáles son los puntos débiles de las personas que los rodean, y no vacilan en inducirles todo tipo de sentimientos relacionados con el remordimiento y la culpa.
6- Inseguridad y manipulación.
El vampiro energético no solo es inseguro, a pesar de que se muestre tenaz y hasta determinado en ciertas circunstancias, sino que además sabe utilizar a la perfección esa inseguridad para arrastrar a los demás a la vibración de su propio estado emocional.
Cualquier persona insegura procura, en la medida de lo posible, evitar aquellas situaciones que lo angustian; en cambio, el vampiro energético las genera él mismo.
Esto le permite victimizarse, infundir sus propios miedos sobre los demás, y, en última instancia, manipularlos.
7- Argumentos paranoides.
Otra característica del vampiro energético, respecto de esa realidad en la que todos sus vínculos peligran, es creer que en cualquier momento puede perderlo todo.
Visto a través de la razón, esto no parece necesariamente algo malo, no obstante, el vampiro energético solo teme perder aquello que considera suyo, es decir, de su propiedad: pareja, amigos, trabajo, etc.
Esto induce al vampiro energético a vivir en una realidad sumamente desdichada, llena de miedos, pero también en un plano que le permite, entre otras cosas, realizar pronósticos funestos respecto del futuro, anunciando a cada paso desgracias que rara vez ocurren.
Siendo que teme perderlo todo, el vampiro energético nunca arriesga nada.
8- Influencia en los demás.
Sobre su propia vida, ya lo sabemos, el vampiro energético nunca es culpable de nada, pero todo lo contrario ocurre cuando se trata de la vida de los demás.
Se siente con derecho a meterse en todo, y lo ejerce de un modo activo, tratando de tomar decisiones por los demás. Su pareja rara vez podrá hacer algo sin tomar en cuenta sus opiniones.
De hecho, si alguien hace algo sin consultarlo, esto suele ser tomado como una ofensa directa, la cual, naturalmente, debe ser castigada.
Comentarios críticos, inapropiados, agresivos, incluso, son moneda corriente en él. Su nivel de crítica sobre los demás, y sobre todo de expectativa, es francamente intolerable. Nadie, jamás, hace las cosas tan bien como él.
9- YO.
Con los vampiros energéticos todo tiene que ver con ellos mismos; y cualquier cosa, por absurda que parezca, que contradiga sus intereses, es tomada como un ataque directo, o como una prueba de esa conspiración global de la que hablábamos anteriormente.
Ahora bien, siendo que todo el mundo orbita a su alrededor, el vampiro energético se ubica en el centro de todo. Esto significa que pondrá sus intereses y preocupaciones particulares por delante de las necesidades elementales de los demás.
10- Insatisfacción.
Finalmente, la característica del vampiro energético por excelencia es, desde luego, la insatisfacción.
Aún cuando consiga lo que quiere, probablemente no sea suficiente para él. Las pocas cosas que de hecho lo satisfacen rápidamente son desechadas luego de ser obtenidas, transformándose así en otro motivo de insatisfacción.
Lo curioso es que, visto desde afuera de su círculo íntimo, el vampiro energético puede ser visto como un sujeto muy activo, ya que todo el tiempo corre detrás de metas que, según él, le brindarán una profunda y genuina alegría.
De cerca, en cambio, se observa que esos mismos objetivos, cuando son cumplidos, no le producen la más ínfima satisfacción.
Este grado de insatisfacción responde a una cuestión muy simple: al vampiro energético nada le interesa realmente, nada le produce placer; de forma tal que su respuesta es aumentar una y otra vez su nivel de exigencia sobre los demás, sobre su trabajo, sobre la vida misma, como si esta, y todos, en cierto modo, estuviesen en deuda con él.
Más sobre vampiros. I El lado oscuro de la psicología.
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- Posesión vampírica: otra forma de convertirse en vampiro.
- Razas y especies de vampiros.
2 comentarios:
Al leer esto un aire frio me rodeo puesto que me vi identificado con este escrito y debo decir que todo lo dicho aqui es cierto ya que yo fui víctima de uno y como se habrán dado cuenta solo sabran quien es uno de estos cuando ya sean la presa de uno de ellos le deseo suerte alque tenga el nefasto destino de toparse con uno de ellos yo la tuve...
Justamente este año tuve la mala suerte de conocer a uno de estos vampiros y ser su presa. Son personas sumamente densas,no dejan de hablar un segundo de ellos mismos y de sus problemas,sólo con pasar un corto período de tiempo con ellos hace que te sientas mal, agotado. Y aunque trates de levantarles el ánimo con alguna palabra de aliento nunca será suficiente porque lo que buscan es victimizarse. Curiosamente tienen todas las enfermedades una detrás de otra, todo para desligarse de sus responsabilidades. Espero que ignorándola pueda librarme de ella, porque es un martirio.
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