Hombres lobo que se transforman en vampiros


Hombres lobo que se transforman en vampiros.




Esta extraña y fascinante combinación mitológica procede de Hungría, en cuyas leyendas los hombres lobo pueden convertirse en vampiros bajo determinadas circunstancias. El nombre de esta criatura insólita es Farkaskoldus.

Por ejemplo, si un hombre lobo prueba la carne de una persona ejecutada, al morir como licántropo renacerá como vampiro. El dato es confirmado por distintos folkloristas, entre ellos, Charles Nodier, celebérrimo autor de relatos de vampiros.

El Farkaskoldus posee otras propiedades inauditas. Normalmente aparece bajo la figura de un inmenso lobo negro pero puede cambiar de forma a voluntad, transformándose en gato, perro o cabra, y de ese modo infiltrarse en las aldeas rurales sin despertar sospechas.

A pesar de sus poderes, el Farkaskoldus es una criatura discreta, furtiva, que selecciona cuidadosamente a sus víctimas antes de atacar; casi siempre personas ancianas o enfermas, tal vez creyendo que la cercanía con la muerte natural los vuelve presas más dóciles.

Una vez que elige a su víctima, el Farkaskoldus bebe su sangre a través de numerosas incisiones y perforaciones hechas con sus garras y dientes. La operación no deja de ser un riesgo para él, ya que luego de saciarse su cuerpo se hincha terriblemente, haciendo que su regreso a la tumba antes de la salida del sol le demande un esfuerzo supremo.

Los cazadores de vampiros de Hungría solían rastrean fácilmente las huellas del Farkaskoldus, de un tamaño asombrosamente grande, y que casi siempre giran en círculos concéntricos alrededor de su tumba.

Una vez que el Farkaskoldus ha sido detectado existen numerosas formas de matarlo.

La forma tradicional de hacerlo es quemarlo dentro de su ataúd y rociar las cenizas con agua bendita. Sin embargo, la naturaleza multifacética de este vampiro-licántropo demanda efectuar varias operaciones en simultáneo; por ejemplo, clavarles una estaca de madera de fresno en el tórax, cortarles la cabeza y llenarles la boca con dientes de ajo.

En otras regiones se emplean métodos de destrucción aún más complejos.

En la provincia de Baranya, por ejemplo, los cazadores de vampiros prefieren amputar los brazos y piernas del Farkaskoldus, y finalmente extraer su corazón a través de un corte hecho sobre su espalda. Acto seguido, el cuerpo desmembrado es quemado y su corazón es arrojado al río más cercano en medio de cantos obscenos y bailes que se prolongan durante varios días.

Estas tertulias tienen como objetivo silenciar los aullidos lobunos del espíritu del vampiro, que buscará entre la multitud a sus asesinos y profanadores para volcar sobre ellos toda clase de maldiciones.

Las mujeres de Baranya suelen recompensar a los cazadores con favores sexuales, hecho que demuestra que la persistencia de los Farkaskoldus en las comarcas húngaras no se debe únicamente a un capricho geográfico.




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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Osea que son híbridos?



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