El día que Batman fue citado por el Congreso

El día que Batman fue citado por el Congreso.


Fredric Wertham (1895-1981) fue un polémico psiquiatra que desplazó al Joker como archienemigo principal de Batman, con la doble curiosidad de que no se trató de un personaje de ficción, sino de un sujeto probadamente real.

En 1954 apareció su obra principal, notablemente infame, titulada La seducción del inocente (Seduction of the innocent), bastión de una cruzada contra los hipotéticos efectos nocivos del comic en el correcto desarrollo intelectual de los niños.

Hasta aquí no encontramos nada verdaderamente asombroso, salvo por el hecho de que aquel libro impulsó la creación de una comisión invesigadora del Congreso norteamericano contra la industria de la historieta, concluyendo en la creación del Código del comic.

Fredric Wertham participó como perito en numerosos juicios, lo cual lo llevó a editar, en 1941, una especie de preludio de su incansable lucha contra Batman: Leyenda oscura (Dark Legend)

Según Fredric Wertham, las fantasías de muchos psicópatas se veían estimuladas por las truculentas historias del comic. Por aquel entonces, esta clase de historias eran notablemente populares, de modo que no resulta sorprendente que los criminales jóvenes también las consumieran con avidez. No obstante, Fredric Wertham se apoyó en esta dudosa conexión y a partir de allí lanzó su cruzada contra el Caballero de la Noche.

La hipótesis de Fredric Wertham puede resumirse del siguiente modo: los comics son una forma inferior y degradada de literatura, cuya función principal es corromper y descomponer la moral de los jóvenes, provocando verdaderas hordas de delincuentes juveniles.

Aunque suene absurdo, el libro de Frederic Wertham se convirtió en un rotundo éxito de ventas, a pesar de que las únicas hordas que desde entonces fueron asociadas al comic estaban integradas por padres alarmados y organizados en un reclamo de censura.

Alternativamente, el Congreso de Estados Unidos inició una investigación sobre el tema. Como la censura no era posible, no al menos técnicamente, se instauró la figura del Comics Code Authority (Autoridad del código de cómics); una especie de reglamento para que los editores puedan autocensurarse sin mancillar la democracia.

La paranoia fue en aumento. No solo se vio en los comics una lectura nociva, sino un tipo de material que estimulaba conductas delictivas.

Frederick Wertham se presentó ante la comisión y expuso sus argumentos ardorosamente. Redobló la apuesta, sosteniendo que muchos comics escondían propósitos nefastos que buscaban destruir la moral y la ética. Creyó descubrir mensajes subliminales, casi siempre desnudos, en los escenarios y en las ventanas, por ejemplo, de una oscurecida Ciudad Gótica.

La relación entre Batman y Robin fue puesta en tela de juicio. Los trajes, las máscaras, la noche, la "doble identidad", fueron acusadas de ocultar una amistad peligrosamente cercana.

La Mujer Maravilla, entre otros personajes, tampoco se salvó de las agudezas de Frederick Wertham. Fue acusada de agitar un mensaje relacionado con la sumisión y el masoquismo. Extrañamente, cuando su creador, William Moulton Marston, admitió que ese juego realmente existía en las historias de Wonder Woman, Frederick Wertham invirtió la carga de sus acusaciones y sostuvo que la fuerza física y la independencia emocional de la Mujer Maravilla ponían de manifiesto su carácter de lesbiana.

En el ocaso de las audiencias declaró:

En el peor de los casos, los cómics son demoníacos; en el mejor, simple basura.

Con el tiempo, la influencia de Frederick Werthan se fue diluyendo. En los años '70 intentó revertir su imagen enfocándose en los aspectos positivos del comic, pero ya era demasiado tarde.

Batman, en cambio, continúa vigente.


Universo pulp. I Misterios miserables.


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