Jane Morris: musa y modelo prerrafaelita.
La posibilidad de ponerle un rostro y una figura a un movimiento cultural es algo muy raro, pero no en el caso del movimiento prerrafaelita, cuyos rostros principales fueron los de Elizabeth Siddal, Fanny Cornforth, Alexa Wilding y Jane Burden, más conocida como Jane Morris.
Más raro todavía es encontrar que la belleza física sea vencida por la belleza intelectual, y que algunas mujeres extraordinarias logren sobreponerse a los estigmas de una sociedad que sólo las admira como objetos de contemplación y deseo, para convertirse en algo más. Afortunadamente hay ojos capaces de advertir la majestuosa belleza interior de algunas damas, un brillo demasiado intenso para observarlo directamente, pero que puede plasmarse en el lienzo cuando el artista vibra en la misma sintonía.
Jane Burden nació en Oxford el 19 de octubre de 1839, y nació pobre. Su madre era analfabeta, y su padre era un rígido encargado de caballerizas. El destino de Jane Morris, así lo auguraba su linaje, era continuar la noble labor de su madre y convertirse en mucama o lavandera. Daba lo mismo.
A los 18 años, en 1857, Jane Burden y su hermana, Bessie, gastaron sus últimos ahorros en un par de entradas para ver el espectáculo de un teatro itinerante. Allí se enteraron de la convocatoria de un grupo de pintores y poetas, entre los que se encontraban Dante Gabriel Rossetti y Edward Burne-Jones, quienes buscaban nuevos rostros para sus pinturas.
Ambas asistieron a la convocatoria y Jane Burden se robó la mirada de todos.
Posó inicialmente para Dante Gabriel Rossetti, que necesitaba un rostro medieval para su Reina Ginebra (Queen Guinevere). Luego, posó para William Morris para La Bella Isolda (La Belle Iseult), ocasión en la que ambos, la modelo y el pintor, aprovecharon para enamorarse.
La educación de Jane Burden era muy precaria. Apenas sabía leer y escribir. Tras el compromiso, consiguió una tutora y comenzó a descubrir que poseía una memoria prodigiosa y un apetito intelectual voraz. Su inteligencia le permitió reconstruirse a sí misma, literalmente. Aquello que Dante Gabriel Rossetti y William Morris habían captado en sus lienzos como una verdad secreta, íntima, ahora fluía hacia el exterior con una fuerza arrasadora.
Jane Burden aprendió francés, luego italiano, e incluso a tocar el piano con cierta destreza. Sus modales se volvieron refinados, como los de una reina que súbitamente advierte su posición. Se convirtió en Jane Morris en la iglesia de St Michael, el 26 de abril de 1859.
La pareja se instaló en la mítica Red House, en Bexleyheath, condado de Kent, donde tuvieron dos hijas, Jane Alice y Mary. Años después, William Morris, acaso consciente del espíritu indomable de su esposa, viajó a Islandia bajo pretextos artísticos, dejando a Dante Rossetti a cargo de la casa, y de Jane.
Fue así que Jane Morris se convirtió en una de las musas predilectas de Dante Rossetti. A su influencia le debemos algunos poemas notables y varias pinturas magníficas.
La relación entre ambos, ilegítima, por cierto, levantó rumores ociosos y miradas indignadas. Desde 1865 hasta 1882, año de la muerte de Dante Rossetti, vivieron un romance en todos los niveles imaginables: físico, intelectual y emocional; experiencia que no evitó que ambos siguiesen amando profundamente a sus respectivas parejas. Jane Morris, además, fue la única que pudo contener al poeta en su fuerte adicción al cloral.
En 1884, dos años después de la muerte de Dante Rossetti, Jane Morris cautivó al activista político Wilfrid Scawen Blunt. Fueron amantes estables durante tres años, hasta 1887, e inestables hasta 1894.
Lejos de censurar el comportamiento de Jane Morris, nos parece importante destacar lo difícil que era para las mujeres victorianas vivir su sexualidad con libertad, abrazar sus instintos y disparlos fuera del lecho matrimonial, casi siempre, sede de encuentros que fatigan la memoria.
Lo notable en la vida de Jane Morris es haber trascendido su belleza física, o mejor aún, haber grabado en su belleza cierto resabio de sabiduría ancestral, captada genialmente por la sutil mirada de los prerrafaelitas. Estas son algunas de sus presencias inmortales en la pintura.
Más poemas prerrafaelitas. I Feminología: la mujer en la literatura y el mito.
Más literatura gótica:
- Las mujeres prerrafaelitas.
- El libro de los prerrafaelitas.
- Lizzie Siddal: el rostro de los prerrafaelitas.
- Alexa Wilding: Lilith entre los prerrafaelitas.
4 comentarios:
a vos aelfwine quiero decirte algo de buena onda:informate sobre la ley s.o.p.a.es una ley que quiere imponer ee uu en contra de la pirateria pero afectara a otros servicios como:facebook,twiter,google,my space,etc y afectara a tu blog por que,segun ellos,estas violando derechos de autor por publicar libros de autores famosos y simplemente te censuraran,ademas si se aplicara esta ley no se va a poder usar internet gratuitamente.andate a taringa o si lo preferis yo te paso los enlaces mañana para que firmes en contra de esta ley.espero que solo sean rumores y no suceda nada,yo,por las dudas abro el paraguas antes que llueva.atentamente:ludmila sanzo
Estoy conciente de esa ley, que por otro lado está vigente sobre los derechos de autor, pero en el espejo sólo subimos material de autores muertos hace sesenta años, o más, de modo que sus obras pertenecen al dominio público.
Saludos.
Hermoso el sitio, hermosas las historias y ciertamente los que andan jorobando con el tema de autores y derechos, debieran ver que existen cientos, cientos de blogs y grupos que descargan libros, traducen los que no son editados en español, y que la ley o no la ley comparten cultura sin medrar un peso. besos
Que buena historia.
Toda una musa inspiradora.
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