«Las tres brujas»: Ernest Dowson; poema y análisis.


«Las tres brujas»: Ernest Dowson; poema y análisis.




Las tres brujas (The Three Witches) es un poema decadentista del escritor inglés Ernest Dowson (1867-1900), publicado en la antología de 1896: Versos (Verses).

Las tres brujas, posiblemente uno de los poemas de Ernest Dowson menos conocidos, expresa la atracción del poeta por la muerte a través de escenarios áridos, oscuros, que despojan a la vida de su estado de espera, de limbo. En la poesía de Ernest Dowson la voz narradora siempre mira la vida retrospectivamente; desea el final porque siente que el acto de vivir, de existir, es agotador. En este contexto, Las tres brujas es un poema simbólico que imagina a la muerte físicamente en un paisaje oscuro y desolado:


Las noches bañadas de luna han pasado,
y los días de gris y pardo;
no hay mayo ni trébol,
y el día y la noche son uno.
Ni una aldea, ni una ciudad
se encuentran con nuestros ojos cansados y sin lágrimas;
en la llanura sin piedad,
donde la hierba pálida cae y muere.


El motivo de la pérdida es frecuente en los poemas de Ernest Dowson, sin embargo, la tendencia del poeta a la aniquilación también es una alegoría del fin de siglo. Las tres brujas es un poema sobre el fin de la civilización conocida hasta entonces, una pieza que trata de capturar las ansiedades del autor sobre su propia situación cultural. Sin embargo, la Muerte parece estar suspendida en las Las tres brujas, y esa suspensión se manifiesta geográficamente como un paisaje de limbo que existe fuera del tiempo [«Y el día y la noche son uno»].

Es interesante cómo Ernest Dowson socava este limbo [aparentemente] inmóvil empleando un movimiento rápido, casi nervioso, de palabras en su mayoría monosilábicas. Las Tres Brujas con sus «brazos de líquen» son un símbolo que representa el anhelo de destrucción, decadencia y disolución, como las brujas en Macbeth o las Vampiresas de Drácula [ver: La verdad sobre las tres Vampiresas de Drácula]. Ellas son «las hijas de Astarté, queridas abortos de la luna». Astarté es una diosa semítica y en el mito se la representa tanto como un demonio lunar como una madre fértil. La idea del regreso a la vida uterina es bastante claro aquí [ver: Horror Uterino: descenso hacia el inconsciente colectivo]. Astarté encarna la autocontradicción de la fertilidad en la esterilidad, ya que las Tres Brujas son «abortos», pero también «queridas». Las líneas: «deambularemos por el significado de un día y no veremos la luz» insinúa un avance hacia la nada. Así, el deseo de muerte tiene dimensiones intrincadas. Avanza pero está suspendido:


Murallas en llamas, ¡siempre en llamas!
A la llama que nunca muere
estamos anhelando, anhelando, anhelando,
con nuestros ojos alegres y sin lágrimas.


La «llama que nunca muere» tiene sus raíces en el Romanticismo como símbolo del anhelo de destrucción. Se hace eco del poema de Percy Shelley: Epipsychidion [palabra acuñada por el poeta y que significa «alma nacida del alma»] donde el «único deseo» de la «polilla» es precipitarse hacia la luz y morir [«una muerte radiante, un sepulcro de fuego / como si fuera una lámpara de llama terrenal»]. Por otro lado, la «llama que nunca muere» también es una alusión al bíblico «fuego que nunca se apagará» [Marcos 9: 43], que más adelante sería utilizado brillantemente por May Sinclair en el cuento: Donde su fuego nunca se apaga (Where Their Fire Is Not Quenched).

La triple repetición de la palabra «anhelando» sugiere que el anhelo se perpetúa. La disposición destructiva de Ernest Dowson también puede detectarse en el anhelo de las Tres Brujas por la «llama», de nuevo, como en la atracción de la polilla de Percy Shelley por la luz. Los «ojos sin lágrimas» de las Brujas indican un deseo contenido, una espera controlada de la expiración. Los «ojos sin lágrimas», además, marcan el esfuerzo por evitar que el deseo se evapore, manteniéndolo atrapado en el interior.

Este estancamiento estético que de alguna manera inmoviliza el anhelo de muerte en Las tres brujas ofrece connotaciones simbólicas más amplias sobre el mundo del arte que representa Ernest Dowson, su propósito y su relación con la sociedad burguesa victoriana. La última estrofa completa el artificio de circularidad restringida del poema:


En la llanura sin piedad,
(ni aldea, ni ciudad)
donde la hierba pálida cae y muere.


La estrofa reorganiza estérilmente este limbo, y expresa una falta de capacidad para escapar; una especie de encierro artístico, también delimitado por el uso de paréntesis. Su [fútil] circularidad está impresa en la vista estéril y post-apocalíptica que domina el poema. La ausencia de civilización [«ni aldea, ni ciudad»] manifiesta cierta inquietud en relación con las Brujas y su linaje [de Astarté], cuyas raíces florecieron en las representaciones de la mujer decadente. De este modo, las Tres Brujas podrían encarnar la fascinación y la repulsión Ernest Dowson por la ciudad burguesa. Sugerentemente, las Tres Brujas son son musas [o anti-musas] que queman la ciudad burguesa y la alienante modernidad que esta representa, y se relacionan con la obsesión más amplia de Ernest Dowson con los temas del autoaislamiento y la abstinencia de la vida [ver: El monstruo femenino como figura de resiliencia]

Es importante tener en cuenta que Ernest Dowson formaba parte de un movimiento que trataba de encontrar la pureza en las cosas sucias, lo dulce en lo amargo. En todos sus poemas podemos encontrar esta fusión entre categorías supuestamente antitéticas: lo sagrado y lo profano, lo puro y lo corrupto, lo real y lo falso; tal es así que las mujeres en sus obras siempre son chicas rurales y espectrales, y están inspiradas en el gran amor de su vida, Adelaide Foltinowicz, que era una mujer trabajadora, urbana y mundana.

Esta aparente incongruencia no socava la sinceridad de Ernest Dowson; más bien ilustra cómo operaba su imaginación. El poeta adoraba a Adelaide, «por su pureza y su perversidad», y sus poemas se basan en una tensión entre elementos aparentemente irreconciliables, como lo ideal y lo mundano. Por un lado, las Tres Brujas son agentes corruptores; por el otro, poseen una castidad invulnerable. Ningún extremo está completo sin el otro [ver: Virgen o Bruja: la mujer según la literatura gótica]




Las tres brujas.
The Three Witches, Ernest Dowson (1867-1900)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Las noches bañadas de luna han pasado,
y los días de gris y pardo;
no hay trébol ni mayo,
y el día y la noche son uno.

Ni una aldea, ni una ciudad
se encuentran con nuestros ojos cansados y sin lágrimas
en la llanura sin piedad,
donde la hierba pálida cae y muere.

Deambularemos por el significado
de un día y no veremos la luz,
porque nuestros brazos de líquen
se apoyan en los extremos de la noche interminable.

Nosotras, las hijas de Astarté,
queridas abortos de la luna,
en fiesta alegre y silenciosa,
pronto cabalgaremos hacia ustedes.

Murallas en llamas, ¡siempre en llamas!
A la llama que nunca muere
estamos anhelando, anhelando, anhelando,
con nuestros ojos alegres y sin lágrimas.

En la llanura sin piedad,
(ni aldea, ni ciudad)
donde la hierba pálida cae y muere.


All the moon-shed nights are over,
And the days of gray and dun;
There is neither may nor clover,
And the day and night are one.

Not an hamlet, not a city
Meets our strained and tearless eyes;
In the plain without a pity,
Where the wan grass droops and dies.

We shall wander through the meaning
Of a day and see no light,
For our lichened arms are leaning
On the ends of endless night.

We, the children of Astarte,
Dear abortions of the moon,
In a gay and silent party,
We are riding to you soon.

Burning ramparts, ever burning!
To the flame which never dies
We are yearning, yearning, yearning,
With our gay and tearless eyes.

In the plain without a pity,
(Not an hamlet, not a city)
Where the wan grass droops and dies.


Ernest Dowson
(1867-1900)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Ernest Dowson.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Ernest Dowson: Las tres brujas (The Three Witches), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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