Cómo reconocer a un vampiro energético


Cómo reconocer a un vampiro energético.


Algunos consejos para saber quién es un vampiro energético.



Recientemente hablábamos sobre cómo protegerse de un vampiro energético. Hoy trataremos de especificar en resumidas cuentas las cualidades, atributos y rasgos que nos permitan identificar quién es un vampiro energético.

Así como la felicidad es "infecciosa", también lo son la envidia, el odio y el miedo: los tres atributos esenciales de los vampiros energéticos.

El vampiro energético es, en esencia, el opuesto de aquellas personas con las que podríamos pasar horas enteras sin darnos cuenta: hablando, compartiendo momentos; en definitiva, personas que nos llenan de energía, que nos hacen sentir vivos.

Los vampiros energéticos, por el contrario, promueven un constante sentimiento de infelicidad. Nos hacen sentir agotados, miserables, físicamente exhaustos e incómodos. Incluso durante una llamada telefónica logran absorber grandes cantidades de energía.

Desde luego que no todos los vampiros energéticos son iguales. Muchas personas con buenas intenciones no logran equilibrar su propia energía mental y, en consecuencia, hacen descender los niveles de los demás para balancearse con los suyos.

Por suerte existen algunos tipos de personalidades muy marcadas que pueden identificarse rápidamente como vampiros energéticos.

Naturalmente, esto es apenas una simplificación brutal, pero creo que sirve a modo de ejemplo. Todos los casos valen tanto para hombres como para mujeres.



10 tipos de personalidad de vampiros energéticos:


1) La Víctima:
Podríamos resumir este tipo de personalidad de vampiro energético como aquel que, con o sin evidencias objetivas, considera que todo el mundo está en su contra. Sus quejas rara vez conducen hacia algo constructivo, por el contrario, el propósito principal de sus lamentos es atraer la atención de los demás.


2) El Culpador.
Básicamente es aquel que desliga responsabilidades en los demás y nunca las asume como propias. Nunca se siente culpable de sus acciones; en todo caso, éstas siempre son justificadas con argumentos falaces. A todos señala con dedo acusador.


3) El Dramático.
La personalidad dramática intenta desesperadamente capturar la atención de los demás, no importa el costo, que puede oscilar desde el ridículo a lo patético. Las razones tampoco suelen ser claras. Todo lo dramatiza. Todo lo exagera. Todo lo saca de proporción. Rompe en llanto por cualquier motivo.


4) El Ofendido.
Es incapaz de lidiar con el rechazo. Se ofende frente a cualquier negativa o actitud que contradiga sus deseos. Suele ser firme en sus ofensas, que no se evacúan rápidamente. No es infrecuente que "castigue" a quienes supuestamente lo han ofendido.


5) El Celoso.
No solo cela a su pareja por motivos insignificantes, sino a todo el mundo y por cualquier cosa. Sus celos se disparan cuando la atención de quienes lo rodean se dirigen hacia alguien más. Puede ser una personalidad muy peligrosa si no se le marcan límites claros.


6) El Inseguro.
No hablamos aquí de la persona tímida, sino del sujeto inseguro que arrastra a los demás a su propia atmósfera. La persona sanamente insegura prefiere evitar las situaciones que le incomodan, el Inseguro, en cambio, hace que todos participen de sus miedos.


7) El Paranoide.
Vive lleno de ansiedad, de miedo; todo su entorno vibra en un ritmo caótico que se acentúa todo el tiempo. Prevee planes nefastos en contra suyo. Anticipa desgracias que nunca ocurren. Teme perderlo todo y nunca arriesga nada.


8) El Entrometido.
No solo se entromete en la vida de los demás sino que se siente partícipe exclusivo de las desiciones de otros. Suele esparcir rumores maliciosos y comentarios inapropiados.


9) El Egoísta.
Todo se relaciona con él y nada más que con él. Incluso el clima parece diseñado para perjudicarlo. Todo el cosmos, hasta su molécula más ínfima, gira alrededor de él.


10) El Demandante.
Nada es suficientemente bueno, nada lo satisface. Vive en un perpetuo estado de insatisfacción. Corre desesperadamente para alcanzar objetivos que luego descarta sin vacilaciones. Nada le gusta. Nada le resulta cómodo. Nada le causa placer. Exige más, lo demanda todo, siempre.




Más sobre vampiros. I El lado oscuro de la psicología.


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