Lamashtu: diosa babilónica de los vampiros


Lamashtu: diosa babilónica de los vampiros.




A Lamashtu —también conocida en Lamartu en Arcadia, y Dimme en Sumeria— se le atribuye ser la primera diosa babilónica de los vampiros, cuyo nombre se convirtió en sinónimo de horror y espanto en casi todos los pueblos mesopotámicos.

Lamashtu es representada como una criatura híbrida: hirsuta, con cabeza de león (o de pájaro), dientes y orejas de burro, garras y uñas de bronce, entre otros rasgos espeluznantes. Sin lugar a dudas, las representaciones de Lamashtu son las más inquietantes de toda la mitología mesopotámica. También se la describe montando un burro infernal, amamantando a un perro y a un cerdo mientras sostiene un par de serpientes bicéfalas.

Hace 4,000 años, en la Antigua Babilonia, Lamashtu ascendió definitivamente al panteón vampírico como hija de Anu, dios del cielo, parentesco que no alcanza a explicar por qué Lamashtu eligió vestirse con los atuendos más contrahechos de la naturaleza.

Pocos se atrevían a pronunciar el nombre de Lamashtu en voz alta. Se refería a ella a través de epítetos horrorosos, como la Secadora de Ríos, la que Arrasa las Cosechas o el Negro Horror de la Noche. Cuando Lamashtu necesitaba alimentarse atacaba directamente el corazón de las aldeas. Como un viento frío, rastrero, que erosiona los pastos chatos del páramo, Lamashtu recorría los poblados en búsqueda de mujeres embarazadas, apetito que compartía con otra diosa de los vampiros: Lilith.

Con dedos invisibles Lamashtu tocaba siete veces el vientre de las embarazadas, marchitando la vida en su refugio más fértil. Al acecho, Lamashtu aguardaba entonces que los llantos y lamentaciones cesen, que los ritos funerarios se sucedan, que concluyan las exequias, para luego alimentarse de los efluvios cadavéricos y la sangre vertida durante aquellas interrupciones abominables.

Lamashtu prefería esta dieta horrorosa sobre cualquier otra, aunque si se presentaba la oportunidad también era capaz de robar a los infantes de sus lechos, rasgo que la emparenta con las hadas más temibles de la mitología celta, hábiles ladronas de niños, a quienes sustituían con su propia prole: los Changelings.

Pero los infantes que caían en las garras de Lamashtu corrían una suerte aún peor, ya que solía envenenarlos con su leche ácida, ponzoñosa, fruto infame de esterilidad.

Lamashtu fue la vampiresa más temida de los días antiguos. A su lado, Lilith empalidece como un remedo poco confiable de las torturas del inframundo, así como otras diosas del panteón vampírico, como Ardat Lili, Aisha Qandisha, Alouqua y Aluga, por ejemplo.

Vil asesina de infantes, Lamashtu también se cebaba con la carne de hombres y mujeres, provocando pesadillas terribles y enfermedades contra las que no había remedio ni alivio posible. Para prevenir sus ataques, las mujeres embarazadas de la Antigua Babilonia solían llevar consigo un amuleto de Pazuzu, el único ser en el universo capaz de mesurar la terrible sed de Lamashtu (ver: Pazuzu: el demonio de «El Exorcista», quizá no era el malo de la película)

La cualidad mediadora de Pazuzu se explica siguiendo la compleja trama de alianzas de los dioses de la mitología babilónica. Después de todo, Pazuzu era el esposo de Lamashtu; quien curiosamente también era un demonio, y no uno más, sino el Rey de los Demonios del Viento, lo cual ubicaba a las temerosas madres babilónicas en una verdadera encrucijada, ya que para evitar la ira de Lamashtu debían recurrir necesariamente a otro ser diabólico.

Tan intenso era el terror que provocaba esta diosa de los vampiros que jamás se ha encontrado un sólo santuario, Templo o evidencia edilicia del culto a Lamashtu. Existen, en cambio, unas pocas plegarias que han traspasado las barreras del tiempo, y que, por prudencia, preferimos omitir.

Portadora de un sinnúmero de epítetos, Lamashtu fue conocida como Lamashto, Lamastu, Lamatu. Todas sus variantes babilónicas poseen las partículas: La-Mas-Tu, cuyo significado podría ser: «las siete brujas», en clara alusión a su distintas facetas como dispensadora de horrores.




Leyendas de vampiros. I Vampiresas.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

esto asi como se publicó la ultima parte fue usado en un episodio de la serie constantine, donde lamashtu fue puesta fuera de combate invocando a pazuzu su archienemigo luego de que habían sido muy cercanos, claro no sabia que eran tan cercanos o sea que en realidad era todo un problema matrimonial nomas, como siempre estas cosas quedan muy calientes, claro que pazuzu es el demonio del exorcista y no se que es peor si salir de Guatemala o entrara en Guatepeor je je jejjeje. esta buneo el blog muy bueno



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