Los Nueve Mundos de la mitología nórdica


Los Nueve Mundos de la mitología nórdica.




Los Níu Heimar, como los llamaban los antiguos nórdicos, o Nueve Mundos, como los denominaremos aquí, son esencialmente el marco del universo desde lo material a lo espiritual, atravesado por el árbol Yggdrasil (ver: Cosmogonía nórdica)

La profundidad de los mitos nórdicos es tan grande, que incluso las cosas comunes de nuestra realidad son multiplicadas en sus diversos mundos o niveles de existencia, aunque con ligeras discrepancias, desde luego. Por ejemplo, el poema Alvíssmál se aclara que los mundos son seis, y que cada uno corresponde a una clase de seres en particular.

En una de los versos, Thor pregunta cuál es el nombre del viento en cada uno de los mundos —heimi hverjum í—, y el enano Álvíss responde:


Se llama «viento» entre los humanos.
Waverer entre los dioses.
Los Vanir encantadores lo llaman neigher
(resoplar de los caballos)
Los Jotuns, «shrieker» (gélida ventista del ártico)
Los Elfos lo llaman «whistler» (susurrador)
Y en el Hel, «squall» (el viento que precede a la lluvia)

Vindr heitir með mönnum.
en váfuðr með goðum.
kalla gneggjuð ginnregin.
æpi jötnar.
alfar dynfara.
kalla í helju hviðuð.


Las seis razas que ocupan estos mundos son:

Los hombres (Menn) habitan el Midgard (Miðgarðr) o Tierra Media.

Los dioses (Aesir) en el Asgard.

Los Vanir (dioses del agua, acaso una variante de los elfos) en Vanaheimr.

Los gigantes (Jötnar) en el Jötunheimr.

Los Elfos (Álfar) en el Álfheimr.

Los Náir (literalmente: «cadáveres») en el Hel.


¿Pero qué sucede con los Enanos y otras razas de la mitología nórdica?

El Alvíssmál explica que los Enanos (Dvergar) son, en realidad, parientes de los Elfos, tradición que J.R.R. Tolkien utilizaría para sus Orcos. Pero enseguida se contradice al apuntar un par de nuevos mundos sobre los que nada se había dicho hasta entonces: el Svartálfaheimr, hogar de los Elfos Oscuros, y el Niðavellir, habitado por una raza de astutos Enanos.

Con el tiempo, la idea de los Nueve Mundos fue ganando terreno en la tradición nórdica, aunque sus límites no siempre son claros; a pesar de los sesudos intentos de los especialistas por elaborar un mapa coherente.

La mejor forma de pensar en los Nueve Mundos es imaginar una esfera con diferentes capas. En el centro está el hombre, la Tierra Media o Midgard; y a su alrededor se extienden los distintos mundos o planos, aunque de hecho muchas veces se yuxtaponen.

Los viejos escribas tomaron un camino más sencillo: razonar sobre los Nueve Mundos de Sur a Norte. En este sentido, su ubicación es la siguiente:


1- Muspellsheimr: Mundo de Muspell; hecho de fuego y vapores sulfurosos.

2- Alfheimr: Mundo de los Elfos de la Luz (Ljósálfr)

3- Vanaheimr: Mundo de los Vanir (dioses de las aguas)

4- Goðheimr: Mundo de los dioses (Æsir)

5- Manheimr: Mundo de los hombres (Maðr)

6- Jǫtunheimr: Mundo de los gigantes (Jǫtunn)

7- Svartálfaheimr: Mundo de los Elfos oscuros —enanos— (Svartálfar o Dvergar)

8- Helheimr: Mundo de Hel (reino de los muertos)

9- Niflheimr: Mundo de Nifl (la niebla y el impenetrable hielo ártico)


Ahora bien, existen tres niveles que dividen los Nueve Mundos, en cuyas fronteras los reinos se entremezclan de forma dudosa:

Los mundos celestiales: Múspellsheimr, Álfheimr y Ásgarðr.

Los mundos terrenales: Vanaheim, Midgard y Jotunheim.

Y los mundos infernales: Svartalfheim, Hel y Niflheim.

Ahora bien, la separación entre los Nueve Mundos es ilusoria. Todos están atravesados por el Árbol de la vida, o Yggdrasil; básicamente, un fresno cósmico cuyas ramas y raíces penetran en todos los mundos y seres conocidos. Es, en definitiva, la médula espinal del universo, el esquema fundamental que sostiene la realidad como un todo absoluto.

Estos «salvajes», como eran denominados basándose únicamente en sus exponentes beligerantes, poseían una cosmogonía muy rica, tan elaborada como la griega y la egipcia. Casi todos ellos imaginan un «arriba» (Cielo), un «abajo» (Infierno) y un «centro» (Tierra), pero los nórdicos vieron en el unvierso una serie de engranajes demasiado complejos como para reducirlos sin perder de vista la profundidad del asunto.

En consecuencia, razonaron sobre los Nueve Mundos como una secuencia de órbitas que se alejan de un núcleo áspero, el mundo, aunque de hecho ocupen el mismo espacio físico. Más aún, cada uno de los Nueve Mundos posee incontables reinos internos o planos de existencia. Todos ellos son atravesados por Yggdrasil, una imagen noble y efectiva para las invisibles ramificaciones que conforman el orden natural de las cosas.




Mitología nórdica. I Mitología.


Más literatura gótica:
El artículo: Los Nueve Mundos de la mitología nórdica fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

4 comentarios:

romulo dijo...

+++++ MUCHAS GRACIAS POR EL APORTE ME AYUDADO MUCHO, ES BASTANTE APASIONANTE TODO ESTE ARCANO MUNDO DE SERES VENEBOLENTES Y OMNINOSOS+++

Vianey dijo...

Vaya cuanta información, gracias por esta aportación, la mitología nórdica me fascina es algo que me gusta desde hace mucho y la cual respeto más, me gusta el hecho de que en la cultura nórdica los personajes principales son racionales a comparación de el cristianismo etc.

Unknown dijo...

Muy buena información, estoy leyendo casi todas tus publicaciones, me parece muy interesante !!!

Unknown dijo...

Muy buena toda la información, estoy leyendo casi todas tus entradas :)



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

¿Por qué a las 03:00 AM?
Poema de Madison Cawein.
Relato de Walter de la Mare.

Poema de Elizabeth Bishop.
Relato de Mary E. Wilkins Freeman.
El libro de los vampiros.