3 historias que anticiparon el hundimiento del Titanic


3 historias que anticiparon el hundimiento del Titanic.




No es infrecuente que la literatura se anticipe a las grandes catástrofes, ya sean naturales o fabricadas por el hombre.

El Titanic no fue la excepción.

El hundimiento del transatlántico británico RMS Titanic se produjo el 15 de abril de 1912, luego de chocar contra un iceberg la noche del 14, causando la muerte de 1514 personas de las 2223 que viajaban a bordo. Estos son los hechos, que si debiésemos resumirlos en términos básicos como trasfondo de una historia se verían más o menos así:

  • El barco más grande que se haya construido.
  • Considerado insumergible.
  • Choca contra un iceberg.
  • Botes salvavidas insuficientes.
  • Más de la mitad de los pasajeros mueren.


Si bien la influencia del Titanic en la literatura es marginal, resulta extraño que cuatro autores diferentes —John Jacob Astor, Jacques Futrelle, F.D. Millet y W.T. Stead— hayan muerto en el hundimiento del Titanic; y que uno de ellos haya anticipado lo que ocurriría.

Las predicciones literarias suelen causar bastante alboroto, especialmente cuando una catástrofe de la magnitud del Titanic viene a confirmarlas. En este contexto, profetizar es fácil, el problema consiste en que esas profecías realmente se cumplan.

W.T. Stead escribió dos interesantes historias acerca de naufragios muy similares al del Titanic:

Del Viejo al Nuevo Mundo (From the Old World to the New), publicado en 1892, relata el choque de un transatlántico descomunal contra un iceberg. La segunda obra en importancia, no en fecha de publicación: Cómo el vapor del correo se hundió en el medio del Atlántico (How the Mail Steamer Went Down in Mid-Atlantic), de 1886, es relatado por un supuesto sobreviviente que consiguió abordar uno de los pocos botes disponibles tras el choque con un bloque de hielo en las frías aguas del Atlántico Norte.

Las obras de W.T. Stead son apenas acercamientos a lo que sería el hundimiento del Titanic, lo verdaderamente curioso es que estas narraciones no lo hayan persuadido de no embarcarse en un transatlántico de dimensiones similares a los que había descrito anteriormente.

La muerte de W.T. Stead en el Titanic revitalizó sus obras durante cierto tiempo. Se sabe que morir es una buena forma de recuperar prestigio.

El naufragio del Titán (Wreck of the Titan) es quizá una de las novelas que mejor anticipó la tragedia del Titanic; a tal punto que las similitudes superan largamente lo atribuible al azar.

Fue escrita por Morgan Robertson en 1898 y relata la historia de un transatlántico: Titán, y su hundimiento, catorce años antes de que el Titanic fuese construido. Si bien la novela de Morgan Robertson fue compuesta mucho antes de que la Clase Olímpica fuese diseñada, en la cual se inscribe el Titanic, las coincidencias entre la historia real y la novela son asombrosas:


Algunas semejanzas inexplicables entre el Titán y el Titanic:

Titanic:
268 metros de eslora, 53.000 toneladas; 3 hélices y 2 mástiles; 45.000 caballos de fuerza; considerado insumergible, zarpa desde Southampton en abril. Choca con un iceberg en el Atlántico Norte, a 400 millas náuticas de Terranova. Botes salvavidas insuficientes. Más de la mitad de los pasajeros mueren.

Titán:
243 metros de eslora, 75.000 toneladas; 3 hélices y 2 mástiles; 40.000 caballos de fuerza; considerado insumergible, zarpa desde Southampton en abril. Choca con un iceberg en el Atlántico Norte, a 400 millas náuticas de Terranova. Botes salvavidas insuficientes. Más de la mitad de los pasajeros mueren.


Mucho se ha especulado acerca de las semejanzas entre el Titán y el Titanic.

Podemos pensar que ciertas catástrofes se cocinan de a poco, lentamente, que flotan en la atmósfera, a la deriva, mucho tiempo antes de que ocurran; y que ciertos individuos con capacidades extraordinarias pueden captarlas y traducirlas a su manera.

La otra explicación posible es una mera cuestión estadística: de las cientos de miles de historias anteriores al Titanic sólo una, o tres, en realidad, se asemejan a su argumento fatídico.

El nexo entre la realidad y los sueños, entre las profecías y los hechos, también puede encontrar su cauce en la ficción.

En la novela de Suzanne Weyn: Olas distantes (Distant Waves), publicada en 2009, se incluye un pasajero ilustre a bordo del Titanic; nada menos que Nikola Tesla, cuyos equipos tecnológicos e invenciones ocupan un rol preponderante en el naufragio.




Libros extraños y lecturas extraordinarias. I Relatos náuticos.


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