El chico de la remera de Batman


El chico de la remera de Batman.




Los vimos a través de las ventanas empañadas del bar: un grupo de chicos atestiguaba en silencio, casi como testigos involuntarios de un siniestro ritual, cómo un muchacho más grande, adecuadamente obeso, golpeaba a otro contra la pared.

Sería inexacto decir que los golpes buscaban lastimarlo físicamente. Cada palabra, cada risa, cada burla, cada bofetada estruendosa con el dorso de la mano estaban meticulosamente diseñadas para humillar.

Y el humillado asistía, con una especie de horror laxo, distante, cómo sus compañeros observaban los pasos del ritual sin intervenir.

Entonces apareció otro chico, con una remera de Batman que flotaba sobre un cuerpo escuálido, que golpeó al matón en la nuca. Aturdido, casi tanto como un científico que descubre súbitamente que la gravedad es una fábula, el matón se palpó la herida, tambaleó, inseguro del curso irreal de ese nuevo y espantoso universo, y huyó.

—¡Por fin un héroe! —exclamó alguien, ya dispuesto a aplaudir.

—Aún no. Esperen. —ordenó el profesor Lugano.

Atónitos, incapaces de pronosticar aquel rotundo giro de los acontecimientos, observamos desde el bar cómo el chico de la remera de Batman le propinaba una tremenda bofetada a cada uno de los testigos.

—Ahora sí podemos decir que es un héroe. —dijo el profesor Lugano.

—Pero, profesor, ¿de qué héroe nos habla? Ese muchacho solo ha sustituído el reinado de terror de aquel otro villano.

—Los malos simplemente accionan el mal, está en su naturaleza, pero el verdadero villano es la pasividad de quienes saben lo que ocurre y no hacen nada para detenerlo. El Joker, me temo, es el menor de los problemas de Batman.




Filosofía del profesor Lugano. I Egosofía: filosofía del Yo.


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1 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Se portó como si fuera el verdadero. Porque tiene sentido el planteo del Profesor Lugano. Y en cierta forma, los otros. Lo de Batman es un reino del terror, pero con fines nobles.



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