Cómo convertirse en Hombre Lobo

Cómo convertirse en Hombre Lobo.

Según las leyendas, existen varios métodos para convertirse en hombre lobo. El primero, y más simple, es vestirse con la piel de un lobo durante la luna llena. Tomar la precaución de no utilizar una piel de oso; en ese caso, nos convertiríamos en un Berserker. Otros casos hablan de ciertos ungüentos y pócimas para convertirse en lobo, que deben ser untadas en el cuerpo para liberar el espíritu salvaje que nos habita, casi siempre, en estado de embotamiento.

En Alemania, por ejemplo, se creía que bastaba con beber agua de lluvia a los pies de un lobo muerto para lograr este objetivo, aunque algunos exégetas suponen que ese es el último eslabón de una larga cadena de privaciones de un antiguo ritual para transformarse en hombre lobo.

En el siglo VI d.C. el erudito sueco Olaus Magnus señaló que en su pueblo natal existía una cerveza particularmente fuerte, cuya ingesta convertía a los hombres en lobos. En Italia y algunas regiones de Francia, existía la creencia de que cualquiera, hombres o mujeres, podían transformarse en licántropos si dormían a la intemperie bajo la luz de la luna durante los días miércoles o viernes.

Fuera de estas metamorfosis casuales, casi ingenuas, existen otras más terribles, que incluso relacionan a otras criaturas sobrenaturales de la noche, como los vampiros. Por allí anda la leyenda de Farkaskoldus: hombres lobo que se transforman en vampiros en determinadas circunstancias.

La mayoría de las transformaciones en hombre lobo de la Edad Media incluyen algún tipo de pacto con el diablo, o al menos la práctica de la brujería y la magia negra. De hecho, el anticuario Richard Verstegan escribió, en 1628, que todos los hombres lobos son, en realidad, hechiceros que han recibido una fórmula secreta de parte de Lucifer como premio por sus favores. Esta pócima para convertirse en hombre lobo no tiene fecha de caducidad, siempre que el iniciado recuerde a quién le debe su lealtad tras firmar aquel pacto satánico.

Por último, y quizá debido a la imposibilidad de la iglesia para explicar los brotes de licantropía que surgieron en la Edad Media, algunos eruditos cristianos explicaron que el hombre lobo es, en definitiva, un ser maldito. Se habló sobre una maldición divina, de la licantropía como castigo exagerado de tropelías más bien menores.

Este concepto se arraigó de tal modo que sus defensores no calcularon del todo bien la profundidad de sus consecuencias. La excomunión se convirtió en el vehículo normal, y justificable, por el que alguien, cualquiera, podía convertirse en hombre lobo, detalle que ubicó a la Iglesia Católica como la mayor hacedora de licántropos de la historia.

Ni Lucifer ni las brujas en todos los aquellarres medievales habrían realizado la tarea con mayor precisión.

Pero la cosa no termina allí. Las distintas maneras de convertirse en hombre lobo se multiplican exponencialmente. Incluso Santo Tomás de Aquino sugiere que los ángeles (buenos o malos, aclara) pueden metamorfosear en bestia el cuerpo de cualquier humano. Citamos:

Omnes angeli, boni et Mali, ex virtute naturali habent potestatem transmutandi corpora nostra.

(Todos los ángeles, buenos y malos, tienen el poder de trasmutar nuestros cuerpos)

En Irlanda, San Patricio admite haber convertido al rey galés Vereticus (luego llamado El Rey de los Hombres Lobo) en un licántropo. Autores posteriores apuntan este exceso de San Patricio como el inicio de la maldición de la familia real de Irlanda, algunos de cuyos miembros, se dice, se convierten en lobos cada siete años.

Pero de todas las transformaciones en hombres lobo hay una que, a mi entender, se lleva la mejor parte. De hecho, es un caso único.


Año 1692. Livonia.

Un hombre de ochenta años, llamado Thiess, confiesa que él y otros miembros notables de la comunidad recorren los campos convertidos en lobos. Capturado por la Inquisición, Thiess niega cualquier vínculo entre la licantropía y Lucifer y los demonios, incluso declara que todos los hombres lobo se consideran a sí mismos los sabuesos de Dios.

Según el testimonio de Thiess, los hombres lobo cumplen una función opuesta a la que habitualmente se les asigna en las leyendas. Son implacables perseguidores de brujas, hechiceros y nigromantes, portadores de la facultad divina de descender a los infiernos y escoltar el avance de los ángeles.




Hombres lobos. I Seres fantásticos de la mitología.


Más literatura gótica:

• 7 razas de hombres lobo y cómo convertirse a cada una de ellas.
• Razas y clanes de hombre lobo.
• Cómo convertirse en vampiro.
• Cómo convertirse en gotico.

El artículo: Cómo convertirse en Hombre Lobo fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com