«Helen en soledad»: Rudyard Kipling; poema y análisis.
Helen en soledad (Helen All Alone) es un poema del escritor inglés Rudyard Kipling (1865-1936), publicado en la antología de 1907: Versos selectos (Collected Verse).
Helen en soledad, uno de los mejores poemas de Rudyard Kipling, explora el mito de Simón el Mago y Helen, que con el tiempo pasaría a engrosar la doctrina gnóstica. En este caso, Helen, o Helena, personifica la más pura e irresistible tentación.
Según este mito, el primer pensamiento de Dios concibió a la mujer, es decir, al principio femenino del universo. Cuando este primer pensamiento o acción descendió a las esferas materiales del cosmos creó a las criaturas del orden superior, entre ellos, a los ángeles.
Pero los ángeles, al estilo de Lucifer, se sintieron celosos de su hacedora; de modo que crearon nuestro mundo para encerrarla en el cuerpo de una mujer mortal. Esta hembra reencarnó en muchas ocasiones, incluyendo a Helena de Troya, hasta que finalmente ocupó el cuerpo de una prostituta de la ciudad fenicia de Tiro. De ella se enamoraría Simón el Mago, a su vez, intérprete material del principio masculino del universo.
Si bien Rudyard Kipling no lo aclara, de eso se trata Helen en soledad, un poema realmente magnífico.
Helen en soledad.
Helen All Alone; Rudyard Kipling.
Hubo oscuridad bajo el Cielo
Durante una hora.
La oscuridad que conocemos
Nos fue otorgada como una gracia.
El sol y el mediodía y las estrellas se ocultaron,
Dios abandonó su Trono,
Cuando ella vino hacia mí, lo hizo,
Helen en soledad.
Lado a lado (porque el destino
Nos condenó desde el nacimiento)
Arribamos a las puertas del Limbo
Y miramos hacia la tierra.
Mano sobre mano en medio
De un espanto que el sueño no conoce,
Helen corrió junto a mi, y lo hizo
Helen en soledad!
Cuando el Horror que pasa
Se lanzó a nuestra caza,
Cada uno se apoyó en el otro,
Y encontramos fortaleza en el otro.
En los dientes de las Cosas Prohibidas
Y la Razón derrocada,
Helen se paró junto a mi, y lo hizo
Helen en soledad.
Cuando, por fin, oímos aquellos fuegos,
Quebrados y muriendo lejos,
Cuando, por fin, nuestro deseo encadenado
Nos arrastró hacia el día;
Cuando, por fin, nuestras almas se libraron
De lo que nos había revelado la Noche,
Helen pasó junto a mí, lo hizo
Helen en soledad.
Déjala ir y encontrar a su amado,
Así como yo he de buscar a mi novia,
Sin conocer la Nada detrás del Limbo
Ni a quienes son encerrados dentro.
Hay un conocimiento prohibido por Dios,
Más de lo que podemos soportar,
Entonces Helen se alejó de mí, lo hizo,
¡Oh, mi alma se alegró de ello!
¡Helen en soledad!
There was darkness under Heaven
For an hour’s space—
Darkness that we knew was given
Us for special grace.
Sun and moon and stars were hid,
God had left His Throne,
When Helen came to me, she did,
Helen all alone!
Side by side (because our fate
Damned us ere our birth)
We stole out of Limbo Gate
Looking for the Earth.
Hand in pulling hand amid
Fear no dreams have known,
Helen ran with me, she did,
Helen all alone!
When the Horror passing speech
Hunted us along,
Each laid hold on each, and each
Found the other strong.
In the teeth of Things forbid
And Reason overthrown,
Helen stood by me, she did,
Helen all alone!
When, at last, we heard those Fires
Dull and die away,
When, at last, our linked desires
Dragged us up to day;
When, at last, our souls were rid
Of what that Night had shown,
Helen passed from me, she did,
Helen all alone!
Let her go and find a mate,
As I will find a bride,
Knowing naught of Limbo Gate
Or Who are penned inside.
There is knowledge God forbid
More than one should own.
So Helen went from me, she did,
Oh my soul, be glad she did!
Helen all alone!
Rudyard Kipling (1865-1936)
For an hour’s space—
Darkness that we knew was given
Us for special grace.
Sun and moon and stars were hid,
God had left His Throne,
When Helen came to me, she did,
Helen all alone!
Side by side (because our fate
Damned us ere our birth)
We stole out of Limbo Gate
Looking for the Earth.
Hand in pulling hand amid
Fear no dreams have known,
Helen ran with me, she did,
Helen all alone!
When the Horror passing speech
Hunted us along,
Each laid hold on each, and each
Found the other strong.
In the teeth of Things forbid
And Reason overthrown,
Helen stood by me, she did,
Helen all alone!
When, at last, we heard those Fires
Dull and die away,
When, at last, our linked desires
Dragged us up to day;
When, at last, our souls were rid
Of what that Night had shown,
Helen passed from me, she did,
Helen all alone!
Let her go and find a mate,
As I will find a bride,
Knowing naught of Limbo Gate
Or Who are penned inside.
There is knowledge God forbid
More than one should own.
So Helen went from me, she did,
Oh my soul, be glad she did!
Helen all alone!
Rudyard Kipling (1865-1936)
Poemas góticos. I Poemas de Rudyard Kipling.
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