«A las damas»: Mary Chudleigh; poema y análisis


«A las damas»: Mary Chudleigh; poema y análisis.




A las damas (To the Ladies) es un poema de amor de la escritora inglesa Mary Chudleigh (1656-1710), publicado en la antología de 1703: Poemas en distintas ocasiones (Poems on Several Occasions).

En una época donde la igualdad de género parecía una quimera inalcanzable, muchas autoras consolaron a sus lectoras con historias que honraban el espíritu femenino. Otras, menos propensas al simbolismo, retrataron con cruda minuciosidad los más oscuros e insondables laberintos de hombre, rebelándose violentamente contra una sociedad que limitaba hasta extremos absurdos las capacidades de desarrollo de la mujer.

Mary Chudleigh no se conforma con advertir los peligros que encierra el matrimonio sino que los expone con macabra lucidez.

Pero A las damas dista mucho de ser una sucesión de advertencias; aquí, la exposición de detalles no persigue objetivos exclusivamente estéticos, sino quitar el velo que recubre los ojos de toda mujer enamorada, al menos durante el ocaso del período isabelino.

Con perversa lucidez Mary Chudleigh desenmascara los ardides del hombre, sus promesas, sus juegos de seducción y aún las pequeñas ternuras que pertenecen al orbe del cortejo y que no sobrevivirán al escrupuloso tedio de la vida conyugal.



A las damas.
To the Ladies, Mary Chudleigh (1656-1710)

Esposa y sirvienta son lo mismo,
pues sólo se diferencian en el nombre,
cuando del fatal anillo surge un abismo;
que nada, nada puede separar.
Cuando ella obedece la solemne palabra,
que el hombre en ley suprema ha formulado,
todo lo amable queda entonces sepultado,
y sólo permanece la posesión, y el orgullo.
Feroz como un príncipe oriental, él crece,
revelando al fin toda su soberbia innata.
Para mirar, reír o hablar,
sus votos no lo sujetan,
pero a ella, a una infinita soledad la condenan,
resignando para siempre toda libertad.
Así será gobernada bajo su mando,
temiendo a su esposo como a una deidad.
A él debe obedecer, a él debe servir,
sin jamás actuar, sin jamás decir;
hasta que en su arrogancia repose, confiado,
dueño del poder, sobre un panteón adorado.
Evitad, dulces doncellas, aquel indeseable estado,
y toda esa adoración que supura odio.
Valoraos a ustedes mismas, y despreciad a los galanes.
Recordad que si sois orgullosas, seréis sabias;


Wife and servant are the same,
But only differ in the name:
For when that fatal knot is tied,
Which nothing, nothing can divide:
When she the word obey has said,
And man by law supreme has made,
Then all that’s kind is laid aside,
And nothing left but state and pride:
Fierce as an Eastern prince he grows,
And all his innate rigour shows:
Then but to look, to laugh, or speak,
Will the nuptial contract break.
Like mutes she signs alone must make,
And never any freedom take:
But still be governed by a nod,
And fear her husband as a God:
Him still must serve, him still obey,
And nothing act, and nothing say,
But what her haughty lord thinks fit,
Who with the power, has all the wit.
Then shun, oh! shun that wretched state,
And all the fawning flatt’rers hate:
Value your selves, and men despise,
You must be proud, if you’ll be wise.


Lady Mary Chudleigh (1656-1710)




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El análisis, resumen y traducción al español del poema de Mary Chudleigh: A las damas (To the Ladies) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a: elespejogotico@gmail.com

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