Sufrir o no sufrir por amor: una decisión filosófica


Sufrir o no sufrir por amor: una decisión filosófica.




Ocurrió cierto día, un lunes gris. Encontramos a uno de los acólitos echado sobre un banco del parque, sin dudas vencido por el peso de un desengaño amoroso. A su alrededor, en una órbita de cristales rotos, contamos cinco botellas vacías.

Decidimos que levantar el ánimo de aquel pobre desgraciado era una causa humanitaria.

Lo llevamos a una prestigiosa cadena cafeterías, donde vomitó. Luego de andar un rato, ya con el estómago vacío, lo trasladamos a un local de comidas rápidas, donde las arcadas se renovaron con apenas un sorbo de gaseosa. Pensamos entonces que la fatiga gástrica, sumada al exceso de alcohol, exigía una nueva libación para aliviar los síntomas de la resaca. Clandestinamente le dimos una cerveza sin alcohol, solo para comprobar que sus malestares se intensificaron con cada intento.

Desesperados, los llevamos hasta el bar donde habitualmente nos embriagamos con el profesor Lugano.

—Hay que hacer algo, profesor. Este hombre se encuentra en un estado lamentable.

El pobre infeliz balbuceó algo en los oídos del profesor, quien luego nos advirtió:

—Déjenlo en paz y traigan una botella de vodka.

—Pero, profesor, ¿no sería adecuado ayudarlo para que deje de sufrir? Quiero decir, sufrir por amor es un anacronismo.

—Por el contrario, hay que ayudarlo a que sufra.

Discutimos tímidamente, entendiendo que aquel pobre infeliz ya sufría en exceso.

—Son ustedes un ejemplo paradigmático de la postmodernidad —nos acusó el profesor—. Lo desean todo, aquí y ahora, salvo los efectos secundarios. Beben café siempre que sea descafeinado, liban cerveza sin alcohol, tragan litros de gaseosa sin azúcar, digieren hamburguesas sin calorías, sin grasa, sin sabor, y sobre todo aman sin aceptar el sufrimiento que el verdadero amor trae consigo.

Sin prisa, aunque con determinación, llevamos al hombre hasta el banco del parque.

Bebimos con él en absoluto y viril silencio hasta que perdimos el conocimiento, ya bien entrada la madrugada.




La filosofía del profesor Lugano. I Egosofía.


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2 comentarios:

Anyrvana dijo...

ayudar a las personas a que sufran

Mr tauro dijo...

Solo debería decir que toda la información es para tauro



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