Cómo defenderse de un hechizo.
Hace unos días hablamos sobre el libro de la ocultista Dion Fortune: Autodefensa psíquica (Psychic Self Defence). Hoy empezaremos a recorrer algunos fragmentos de este trabajo.
Para comenzar me pareció interesante citar las opiniones de Dion Fortune acerca de cómo defenderse de un hechizo. Para ello comparto con ustedes un capítulo del libro llamado: Métodos de defensa contra un ataque psíquico (Methods Of Defence Against Psychic Attack).
Métodos de defensa contra un ataque psíquico.
Methods Of Defence Against Psychic Attack, Dion Fortune.
Hemos distinguido los diversos tipos de ataques psíquico, hemos descrito los métodos que pueden emplearse en llevarlos a cabo, y hemos indicado también las diversas formas de engaño, fraude y autosugestión que pueden complicar el evento. Consideremos toda la cuestión desde el punto de vista práctico. Suponiendo que un extraño venga con una historia de ataque psíquico, ¿cuál debería sor nuestro proceder?
Debemos tener presente en primer lugar que hay una gran necesidad de precaución al presumir que se está haciendo un ataque psíquico. Los ataques psíquicos son cosas relativamente raras. No debemos asumir que estamos tratando con uno hasta que hayamos excluido todas las otras cosas que posiblemente pueda ser. No hace mucho me crucé con un caso de supuesta obsesión que resultó ser una constipación descuidada, y que fue exorcizada efectivamente con aceite de castor. Si hay cualesquiera síntomas físicos, incluso si no son más que un mal color o un mal aliento, debería hacerse un diagnóstico por un practicante médico cualificado, pues incluso si el problema tiene un elemento psíquico predominante, su origen puede ser físico. Los focos sépticos son realmente centros de descomposición, y como tales abren la puerta a formas bajas de vida elemental cuya función es asistir en el retorno del polvo al polvo [ver: Cómo protegerse de las entidades del bajo astral]
Las impurezas en el torrente sanguíneo puede envenenar el cerebro. Nuevos crecimientos o abscesos pueden desarreglar sus funciones. Estas cosas sólo pueden ser reconocidas por el hombre que entiende el cuerpo; siendo las otras cosas iguales, el hombre entrenado es el mejor, y el hombre con el mejor entrenamiento es el hombre mejor, y el único lugar donde puede obtenerse un entrenamiento adecuado en el diagnóstico es un hospital general. Más aún, si las cosas se pusieran mal, la única persona que pueda sacar las castañas del fuego es la persona cuya firma aceptarán las autoridades sobre un certificado. Suponiendo que el paciente resulte ser un lunático, ¿qué va a hacer con él el practicante no cualificado? Una proporción muy grande de los casos de supuestos ataques psíquicos resultan ser lunáticos o histéricos. El lunatismo incipiente es una cosa muy difícil de detectar; la histeria es muy solapada y plausible; un doctor que está manejando la naturaleza humana a montones cada día de su vida detectará cualquiera de estas dos condiciones mucho más rápidamente que el laico que nunca se ha encontrado con ellas.
Puede objetarse que es una cosa muy difícil el encontrar un doctor que tenga una actitud simpática hacia el ocultismo. Argüir esto es confundir la posición. No se le pide al doctor que coopere con alguna operación oculta, sino que examine la enfermedad física, y si la encuentra, la trate. El no está más concernido en las medidas ocultas que se toman para el beneficio de su paciente de lo que lo está en la iglesia a la que asiste su paciente.
Si el doctor no encuentra la evidencia de una enfermedad orgánica, o algún trastorno tal como venas varicosas que obviamente no pueden tener incidencia sobre la condición mental, se puede afirmar que el caso ha pasado la primera prueba, y podemos pensar que merece la pena proceder a la investigación psíquica.
Si el caso es malo, o el problema es de mucho tiempo, el doctor encontrará probablemente que el paciente esté debilitado, incluso si no hay nada definidamente fuera de caso, y procederá a tratar la condición de acuerdo con ello.
Esto es todo para bien, pues cuanto mejor sea la condición física del paciente mejor control mental y resistencia tendrá. Los somníferos al dormir, sin embargo, deberían ser evitados si es posible, y si tienen que administrarse, entonces el paciente debería ser observado mientras duerme por alguien que sabe cómo mantener una guardia oculta, y la habitación en la que duerme debería ser purificada y sellada.
En el modo ordinario, si una persona que está fuera en el astral se encuentra con un ataque oculto, se lanza de vuelta a su cuerpo como un conejo a su madriguera y se despierta como de una pesadilla; pero si el dormir se hace artificialmente profundo por un somnífero no puede despertarse, y está encerrado afuera en el astral, por así decirlo, que es la última cosa que uno desea en el caso de un ataque psíquico.
Si se considera esencial un somnífero, pues es imposible continuar sin dormir indefinidamente, la persona que está vigilando junto al que duerme debería observar cuidadosamente cualesquiera signos de que el dormir esté siendo perturbado por sueños, y si observa murmullos o crispaciones, debería ejecutar inmediatamente las necesarias purificaciones y musitar en el oído del que duerme sugestiones tranquilizadoras y dadoras de confianza tales como las que Coué recomienda que se hagan en el caso de niños jóvenes. Una de las características más desazonantes de un ataque psíquico es que la víctima teme dormirse porque siente que en el dormir está indefensa. Aquellos que hayan leído la terrible historia de Rudyard Kipling: El final del callejón (At the End of the Passage), recordarán que la víctima del ataque oculto ahí descrito siempre iba a la cama portando espuelas a fin de que pudiera espolearse así mismo y despertarse así si estuviera luchando con su enemigo invisible durante el dormir.
Hay mucho que se puede hacer sobre el plano físico para ayudar a la persona que está sufriendo de un ataque oculto, y será conveniente que consideremos estos métodos físicos mientras estamos sobre el tema de la parte que puede ser jugada por un doctor al tratar con el caso. La luz del sol es extremadamente valiosa porque fortalece el aura y la hace mucho más resistente. A la gente se la aconseja a menudo irse al campo para esto, pero para la víctima de un ataque oculto el irse a las profundidades del campo puede no ser la cosa más sabia, porque las fuerzas elementales son mucho más potentes lejos de las ciudades, y si está amenazada por un impulso de fuerzas atavísticas, hará mejor en agarrarse a las guaridas de los hombres.
El mar, también, es una fuerza elemental que es mejor evitarla, pues el agua es un elemento íntimamente asociado con el psiquismo. Las grandes masas de agua y las montañas elevadas deberían ser evitadas al escoger un refugio de salud para una persona que sufre de trastorno psíquico. El mejor lugar es un balneario de tierra adentro. Juegos, entrenamiento físico, masaje, cualquier cosa que mejore la condición corporal, resulta inestimable, pero los largos paseos solitarios deberían ser evitados porque hay a menudo un riesgo de suicidio. La persona que es la víctima de un ataque oculto debería evitar la soledad a toda costa.
Hay otra medida muy simple que da un alivio inmenso en casos de interferencia psíquica. Es obvio que el ataque es hecho a través de centros psíquicos, por lo tanto cualquier cosa que cierre esos centros hará a la víctima relativamente inmune. Es bien conocido cómo el tipo de persona estólida y materialista puede vivir con impunidad en casas encantadas que conducen al sensitivo a la locura y al suicidio. Es bien conocido también que el trabajo psíquico no puede ser realizado si hay comida en el estómago; los mejores resultados se obtienen siempre al ayunar.
El corolario obvio de estos hechos es que si queremos mantener cerrados los centros psíquicos, no deberíamos permitirle al estómago quedarse vacío. La persona que está encarando un ataque psíquico no debería estar más de dos horas sin comida.
Ciertos centros psíquicos importantes están en la cabeza. Uno de los modos más simples de frenar su actividad es atrayendo la sangre hacia abajo desde la cabeza.
Esto puede hacerse por un baño caliente o poniendo los pies en mostaza y agua caliente. Otro centro importante es el plexo solar; durante un ataque psíquico éste se siente a menudo tenso y fastidiado. Una botella grande de agua caliente, bien llena de modo que sea tan pesada como caliente, depositada sobre el plexo solar, que es el ancho de una mano entre la boca del estómago y las costillas aliviará efectivamente la tensión en ese punto. En verdad, la presión sin calor dará alivio, y he sabido de casos en los que un cojín firme sujetado en su sitio por un cinturón o corsé dio mucho confort.
Por encima de todas las cosas, los intestinos deberían mantenerse libremente abiertos mientras se encara un ataque psíquico, porque no hay nada que ponga a uno en tan gran desventaja como la acumulación de materia usada dentro del cuerpo.
Todos estos simples remedios físicos están fácilmente disponibles. No proporcionarán una cura para las patologías psíquicas, ni una defensa completa de un ataque psíquico, pero pueden dar un gran alivio del malestar; capacitan a la víctima para adoptar una resistencia mucho más efectiva, y aliviando la tensión incrementan su resistencia. En muchos casos de ataque psíquico, aquél que resiste más tiempo vence; los ataques psíquicos por los seres humanos no son cosas que puedan mantenerse indefinidamente porque consumen demasiada energía.
Hay un viejo adagio, "Nunca uses una espada grande si servirá una espada pequeña". Los métodos físicos de defensa implican un despliegue mucho menor de energía que los psíquicos, por lo tanto es psíquicamente económico hacer tanto uso de ellos como sea posible. ¿Por qué preocuparte de exorcizar a los elementos de tierra con un ritual si puedes hacerlo con una pildora?
La cuestión de la dieta también necesita ser considerada en esta conexión. La ampliamente difundida propaganda de la Sociedad Teosófica ha hecho que el vegetarianismo sea considerado como un sine qua non del entrenamiento oculto. Este, sin embargo, no es el caso. La Tradición Esotérica Occidental no hace del vegetarianismo ninguna parte de su sistema, sino que enseña que un hombre debería participar frugal y temperadamente de la comida de la tierra en la que se encuentra. Personalmente estoy inclinada a pensar que el ocultismo y el vegetarianismo son apropiados para hacer una mezcla imprudente para un europeo, siendo elesultado una hipersensitividad que hace la vida muy difícil en nuestra civilización de dura conducción.
Cualquiera que esté teniendo problemas con trastornos psíquicos debería interrumpir inmediatamente todas las prácticas ocultas y debería intercambiar sus meditaciones habituales por las oraciones de su niñez, o los métodos del Nuevo Pensamiento. No es el momento de abrir los centros psíquicos cuando hay un problema astral. La cosa a hacer en tales casos es volver al plano físico y pararse ahí resueltamente.
Si la víctima de un ataque oculto se concentra en cosas mundanas, ella es una proposición rompecorazones para cualquier hechicero. ¿Que ha de hacer el hechicero si, en el tiempo en que está operando su arte negro, su víctima está en el cine local carcajeando ante las payasadas de Charles Chaplin? Hay un viejo dicho de que un clavo desclava a otro. Si estáis en temor de peligros invisibles, emprended un deporte con un elemento de riesgo en él.
Hechizoteca. I Libros de hechizos.
El artículo: Como defenderse de un hechizo fue realizado por Atenea Helenaus para El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a ateneahelenaus@gmail.com
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