«Diario de un seductor»: Søren Kierkegaard; libro y análisis.
Hace poco hablábamos de la historia de la seducción, dejando un poco de lado a sus creadores. En esta ocasión recibimos la intervención de una mente exquisita en asuntos amorosos: Søren Kierkegaard (1813-1855) y su celebérrimo Diario de un seductor (Forførerens Dagbog), publicado en 1844.
La filosofía existencial de Søren Kierkegaard, que en definitiva se basa en la elección, el hastío y la melancolía a menudo alcanzan el status de rapto espiritual; una especie de arrobamiento irresistible que sólo puede ser sacudido por otra emoción, sin dudas más potente, como el amor. No obstante, el amor se inflama con distintos matices según el pecho que lo albergue, adoptando formas siniestras, inquietantes, y en ocasiones, fatales.
Para invocar los horrores secretos del Diario de un seductor, Søren Kierkegaard apeló a sus demonios domésticos. No podemos hablar de una obra estrictamente autobiográfica, pero si de una especie de palimpsesto: un lienzo reescrito a través de una óptica artística sobre hechos personales. El temperamento melancólico de Søren Kierkegaard, por momentos, arrollador, lo llevó a romper con la única mujer que realmente amó. Entre 1819 y 1834 murieron tanto su madre como sus cinco hermanos. La última desgracia lo sumió en un estado de desesperanza irreversible. Rompió su compromiso con la hermosa Regine Olsen, a pesar de que la amaba sinceramente; creyendo que su propio temperamento hecho de hastío y abatimiento, sería la ruina de aquella muchacha llena de vida [ver: Kierkegaard y Olsen: una historia de amor]
Esta «elección», que también sería parte de su filosofía existencial, es el gérmen violento del Diario de un seductor.
Søren Kierkegaard sacude el concepto de «seducción» y lo transforma en una operación perversa, casi diabólica. Si pensamos en la seducción como un intento por despertar el deseo en otra persona a través de la mirada, las actitudes, la inteligencia, el protagonista del Diario de un seductor trasciende todas estas peculiaridades y va aún más lejos. Para Søren Kierkegaard la atracción física, y aún la atracción intelectual, son matices superficiales de la seducción. La verdadera seducción, aquella que derrumba barreras y penetra en las damas mejores protegidas contra los artilugios masculinos, se encuentra en el poder de las palabras.
Rendirse ante las palabras, ante la sensibilidad imparable de la literatura, es también sucumbir ante la potencia del arte. Juan, protagonista de Diario de un seductor, no busca seducir a la encantadora Cordelia para obtener de ella un beneficio carnal, ya que la posesión anula la seducción; sino para experimentar con su imaginación. En el fondo, lo que busca es invadirla, suprimir su espíritu hasta el punto de volverlo irreconocible para si misma.
La seducción intelectual, con todas sus abominables variantes, es la fuerza que mueve el Diario de un seductor. Aquí conocemos a Juan, un hábil y astuto melancólico que utiliza toda clase de ardides para desmoronar la personalidad de Cordelia, a la que llena de confusión y desconcierto con sus actitudes. La naturaleza contemplativa de Juan, sumada a sus tendencias sádicas, que de algún modo anuncian el decadentismo, lo conducen a ensayar toda clase de experimentos psicológicos sobre la muchacha, a fin de lograr un éxtasis de turbación que la lleven a efectuar cualquier sacrificio por él.
Cordelia, por su lado, está dispuesta a realizar «cualquier sacrificio por amor», aún cuando por momentos razona los móviles nefastos de su amado. Es, en definitiva, el amor sincero, el amor en movimiento, nunca en estado de rigidez o introspección. El juego mórbido planteado en el Diario de un seductor finalmente concluye en una tragedia, una tragedia anunciada desde las primeras páginas, pero que sin embarogo resulta demoledora para el lector; ya que no solo descubrimos frialdad en el corazón de Juan, sino un egoismo implacable, refinado, que busca el placer aún a costa del dolor ajeno.
Naturalmente, el máximo placer del egoísta reside en recibir la ofrenda máxima que puede realizarse...y Cordelia, desequilibrada por los juegos y astucias de su amado, está dispuesta a ofrendar todo.
Diario de un seductor.
Forførerens Dagbog, Søren Kierkegaard (1813-1855)
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- https://ministeriodeeducacion.gob.do/docs/biblioteca-virtual/I1yW-kierkegaard-soren-diario-de-un-seductorpdf.pdf
Novelas decadentes I Novelas del romanticismo.
El análisis y resumen de la novela de Søren Kierkegaard: Diario de un seductor (Forførerens Dagbog) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
5 comentarios:
yo creo que en cierta forma juan es egoista y trata de seducir a cordelia a costa de los sentimientos de la muchacha y como pueda reaccionar ella ante el abandono de el. tambien se catalogaria de fria su actitud, pero por dios , no es una prosa diabolica, es arte en estado puero es el amor que el siente hacia ella , fuerte , lleno maravilloso; pero a pesar de todo no suficente.
al amar juan ama con pasion y sinceridad, es frio , calculador y cruel. pero no llames a esto seduccion vil; solo podria llamarse asi sin ver lo que hay dentro de el ; pero juan no es un seductor vulgar. el busca lo que ama, y aprende de las que ama. transforma a cada una de las que ama en hermosos cuadros que admirar extasiado en la galeria de su mente, no en trofeos de ver a cuantas seducio sino a cuantas amo con locura y a cuantas queria entregarles el mundo. este diario no es solo un libro de seduccion sino un himno a las muchachas que juan atesora con verdadera fidelidad, devocion y amor. el no quiere a las mujeres por su fisico solamente sino porque ve en ellas la nobleza de su sexo ,la grandeza escondida o no en los recovecos de sus mentes femeninas.
este diario no es algo diabolico, puede demostrar crueldad y frialdad.pero el amor y la esencia del sexo femenino y lo que el hombre debe aprender de las muchachas nobles eso es lo que se muestra terriblemente.no condenen a una obra solo por ciertas acciones que se muetren en el protagonista. el amara a muchas pero las ama con verdadero amor, no vulgarmente.
esto es contradictorio , pero asi es el amor no...
Hola a todos, soy nueva en este blog.
Mi opinion al respecto es muy superfial debedo a ue solo he leido lo que aqui esta escrito y no su obra,asi que mi conclusion quizas sea muy simplista o superflua...
Creeo que si el dejo a la persona que mas amaba para no corromper su espiritu, supongo que el intento tratar de buscar un refugio en donde su necesidad fuera ser amado...
Aun que eso fuera casi planificado, quizas tambien habla de su obsesion con descubrir a que punto puede llegar una persona por amor, creo que quizas quizo planter una barrera o un limite mejor dicho, pero no lo encontro...
Hola Camila, suena intesresante tu comentario, me parece profundo y autentico, sabes ver más allá de lo obvio... aunque te cuento, no he leido la novela; es ir más allá de la forma y recrearse en el fondo.
Pues ciertamente debo decir que este filosofo Danés es un personaje interesante, incomprendido y muy melancólico, dejó a la única persona que lo amó por temor a corromperla, pero eso no lo detuvo para hacerla perder su espíritu mediante el uso destructivo y cautivador de sus elocuentes palabras casi poéticas, solo me pregunto, ¿Qué tan lejos hubiera llegado esta relación de haberse mantenido?
Muy interesante e introspectivo, habria q leer el texto completo, para poder opinar mejor
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