La princesa, el sapo y un beso que jamás existió


La princesa, el sapo, y un beso que jamás existió.




Existen innumerables versiones de este cuento folclórico. En él, invariablemente, la princesa besa al sapo convirtiéndolo en un príncipe. No obstante la popularidad de la historia, aquel beso jamás existió.

Todas aquellas versiones proceden de un cuento de los hermanos Grimm titulado: El príncipe sapo o el Enrique de Hierro (Der Froschkönig oder der eiserne Heinrich). En el relato original, una caprichosa princesa filosofa acerca del amor cerca de un estanque, donde un sapo croa incesantemente a la luna. Cansada de oír sus respuestas, la princesa le arroja una especie de joya, casi siempre una esfera de oro, que golpea de lleno sobre las aguas tranquilas del estanque. Mágicamente el sapo se convierte en un apuesto príncipe.

Si bien en todas las versiones modernas del relato la princesa debe besar al sapo para que éste se convierta en príncipe, el cuento de los hermanos Grimm prescinde de este artilugio.

En versiones anteriores al cuento de los hermanos Grimm la tragedia se torna aún más increíble. El beso está ausente, naturalmente, pero también aquella joya o esfera de oro arrojada contra el estanque. Allí, la caprichosa princesa, en un rapto de disgusto, arroja al sapo contra un muro, devolviéndole su forma natural.

En la transición entre estas transformaciones violentas, en absoluto románticas, apareció una versión en la cual el sapo debía pasar la noche sobre la almohada de la princesa antes de recuperar su forma humana.

Según la clasificación Aarne-Thompson de cuentos de hadas, la princesa y el sapo se incluyen en la categoría 440.

El significado del beso en el cuento de la princesa y el sapo es bastante claro, y no requiere mayores explicaciones. No se trata, como normalmente se piensa, de una metáfora acerca de encontrar el verdadero amor detrás de las apariencias, sino de una analogía acerca de la experiencia, del besar sapos antes de encontrar al príncipe.

Repasemos algunos aspectos psicológicos de la historia de la princesa y el sapo. Uno de los motivos principales del relato es el enojo y la ansiedad de la princesa. Estas emociones parecen intensificarse en presencia del sapo-príncipe. En casi todas las versiones, la idea de tocar al sapo disgusta profundamente a la princesa. Esto simboliza la llegada a la madurez; arribo que viene aparejado con un sentimiento de amor-odio por el objeto de deseo.

Ahora bien, el amor-deseo por el príncipe no es «natural». De hecho, solo puede volverse «natural» cuando el sapo se convierte en príncipe.

Marie-Louise von Franz sostiene que el mito de la transformación en sapo procede tiempos antiquísimos, y que de hecho los sapos rara vez fueron vistos como criaturas diabólicas. En la mitología popular, el sapo encarna el principio masculino de la naturaleza, casi siempre, en oposición el principio femenino, representado como una rana.

En la versión original, el padre de la princesa la obliga a contraer matrimonio con el sapo. Él conoce la verdadera naturaleza del batracio, pero no se lo informa a su hija. Aquí el padre funciona como una fuerza que pone a prueba los caprichos de la princesa, pequeños actos de rebeldía contra la certeza de que la adultez se avecina y con ella la pérdida de la infancia.

La esfera de oro que la princesa arroja al estanque representa la perfección, es decir, el estado idílico de pureza que hasta entonces era su patrimonio exclusivo. En otras palabras, lo que la princesa le arroja al sapo es su pureza, su virginidad. En recompensa por ese sacrificio iniciático, el sapo se convierte en lo que ya era secretamente: un apuesto príncipe que nunca necesitó un beso, sino algo mucho más íntimo para recuperar su forma.




Mitología. I Psicología.


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3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, mi nombre es Reneé, soy mexicana y me tenis cautivada la idea de que una princesa besara a un sapo para encontrar el verdadero amor... Pero si no hay un cuento que haga mención de tal beso... No importa. Yo seguiré besando sapos hasta encontrar el vencedor...

Anónimo dijo...

La versión que conozco es así:

En un castillo había una caprichosa princesa que su padre le regalo una pelota (o cosa) de oro. Se le cayo a un lugar con agua (estanque,lago,pileta) y comenzó a llorar porque era muy importante para ella. Vino un sapo y dijo que le traería la pelota a cambio que lo alojara 3 días en su palacio. La princesa acepto y el sapo le trajo la pelota.
En la noche,cuando cenaban el rey y la princesa,tocaron la puerta. Al abrirla no era nada más que el sapo que estaba esperándolos. El sapo comió y fue a dormir el un estante en la pieza de la princesa.La princesa no durmió.
Al día siguiente se repitió la historia.El sapo comió y fue a dormir el un estante en la pieza de la princesa.La princesa no durmió.
En el día tercero,la princesa fue mucho más amable con el sapo y hablo con el antes de dormir. Y la princesa y el sapo durmieron en sus respectivos lugares.
A la mañana siguiente,la despertó un apuesto príncipe que la invitaba ir a su castillo. El príncipe no era más que el sapo después del hechizo. La princesa acepto y se fue con el príncipe.


Pero bueno. Parece que en verdad no hubo final feliz :(

AxelD dijo...

Vaya nunca es como lo cuenta dysney, no imagine que tenia que darle su honor la chica a un sapo xD



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