Como confiar en tu pareja.
-Tengo los nervios destrozados, profesor Lugano.
-Tranquilícese, hombre. Cuénteme qué le ocurre.
-Soy perfectamente incapaz de confiar en mi pareja.
-¿Ella lo ha traicionado?
-No.
-¿Lo ha engañado con otro hombre?
-No que yo sepa.
-¿Le ha mentido de alguna u otra forma?
-Creo que no.
-¿Le ha confiado alguna infidelidad pasada?
-Jamás.
-Entonces el motivo de su desconfianza no tiene fundamentos, hombre.
-Ya lo sé. Créame. Pero sin embargo no puedo confiar en ella.
-No se preocupe. En definitiva, la confianza está sobrevaluada.
-¿Le parece?
-Absolutamente. La confianza se basa sobre algo muy nocivo: la certidumbre.
-Pero eso no tiene nada de malo. Por el contrario. No hay nada más tranquilizador que la certidumbre, la confianza en alguien.
-Tal vez. Pero por más tranquilizador que le parezca eso no tiene nada que ver con el amor.
-No entiendo.
-La confianza se basa en la certidumbre, en una certeza íntima sobre el otro; y esto excluye la duda, la incertidumbre.
-Eso me quedó claro, profesor. Lo que no entiendo es por qué usted separa la confianza del amor.
-Justamente porque esa exclusión de la duda también nos aleja de la inquietud. La fe, o como usted la llama, confianza, prescinde de los sobresaltos y las ansiedades del deseo. La confianza es monotonía, es creer que el otro nos debe algo, pero sobre todo que el amor puede y debe acreditarse. La incertidumbre, en cambio, es hija de la pasión.
-Por eso proliferan las relaciones clandestinas.
-No. Los amantes proliferan muchas razones, todas genuinas; y entre ellas por cretinos como usted, que no conciben el amor libre de dudas.
Más filosofía del profesor Lugano. I El lado oscuro del amor.
Más misterios miserables:
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-¿Ella lo ha traicionado?
-No.
-¿Lo ha engañado con otro hombre?
-No que yo sepa.
-¿Le ha mentido de alguna u otra forma?
-Creo que no.
-¿Le ha confiado alguna infidelidad pasada?
-Jamás.
-Entonces el motivo de su desconfianza no tiene fundamentos, hombre.
-Ya lo sé. Créame. Pero sin embargo no puedo confiar en ella.
-No se preocupe. En definitiva, la confianza está sobrevaluada.
-¿Le parece?
-Absolutamente. La confianza se basa sobre algo muy nocivo: la certidumbre.
-Pero eso no tiene nada de malo. Por el contrario. No hay nada más tranquilizador que la certidumbre, la confianza en alguien.
-Tal vez. Pero por más tranquilizador que le parezca eso no tiene nada que ver con el amor.
-No entiendo.
-La confianza se basa en la certidumbre, en una certeza íntima sobre el otro; y esto excluye la duda, la incertidumbre.
-Eso me quedó claro, profesor. Lo que no entiendo es por qué usted separa la confianza del amor.
-Justamente porque esa exclusión de la duda también nos aleja de la inquietud. La fe, o como usted la llama, confianza, prescinde de los sobresaltos y las ansiedades del deseo. La confianza es monotonía, es creer que el otro nos debe algo, pero sobre todo que el amor puede y debe acreditarse. La incertidumbre, en cambio, es hija de la pasión.
-Por eso proliferan las relaciones clandestinas.
-No. Los amantes proliferan muchas razones, todas genuinas; y entre ellas por cretinos como usted, que no conciben el amor libre de dudas.
Más filosofía del profesor Lugano. I El lado oscuro del amor.
Más misterios miserables:
El artículo: Como confiar en tu pareja fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
2 comentarios:
buena historia, nunca lo eh visto desde ese punto
pero si mi pareja si me confeso una infidelidad por asi decirlo con una ex pareja
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