Berserker: el origen de los licántropos en los mitos nórdicos


Berserker: el origen de los licántropos en los mitos nórdicos.




Los Berserker fueron una antigua raza de hombres lobo provenientes de los mitos nórdicos, aunque de hecho exista cierta confusión respecto de sus orígenes y características. Se los asocia más con los osos que con los lobos, pero esto no es necesariamente así.

Los Berserker eran, en esencia, feroces guerreros vikingos que combatían en un estado de trance, cubiertos con la piel de lobos, osos o venados. De hecho, la palabra Berserker está compuesta por el término serkr, un tipo de camisa o tapado, y berr, que significa «oso», pero también «desnudo».

Es decir que los Berserker no solo se transformaban simbólicamente en osos, tal como lo sugiere su nombre, sino en diferentes criaturas destacadas por su fuerza y su ferocidad, entre ellas, el lobo.

Se creía que los Berserker era insensibles al dolor. Lamían y mordían el hierro de sus escudos, echaban espuma por la boca y emitían espantosos alaridos. Se cree que no cualquiera podía convertirse en Berserker, y que en realidad éstos eran seleccionados cuidadosamente.

Cuando un niño vikingo mostraba convulsiones —para nosotros, los primeros síntomas de algún tipo de enfermedad, como la epilepsia— era rápidamente alistado en las filas de estos pavorosos hombres lobo que infundían terror entre los enemigos.

Otros aseguran que el temperamento de los Berserkers se debía a su dieta. Al parecer, se alimentaban regularmente de carne cruda, amanita muscaria, y una especie de pastel elaborado con cerveza y pan fermentados con el cornezuelo del centeno, el cual contenía altísimos niveles de concentración ácido lisérgico, un precusor del LSD, y bebían cerveza de beleño fermentado, una de las plantas alucinógenas más potentes que existen.

Esta dieta, la cual se asemeja a la que se utilizaba en las escobas de las brujas, forjaba a los Berserkers y los hacía incontrolables en la batalla. Su furia era tan intensa que los vikingos solían atarlos a sus embarcaciones (drakkar) para que éstos no se arrojaran al mar antes de llegar a la costa.

El final de los Berserkers llegó con el cristianismo.

Muchos de ellos fueron alistados en la guardia personal de reyes y príncipes. Se los respetaba y temía como guerreros de temperamento volátil. Los primeros cristianos, al enterarse de las espeluznantes metamorfosis de los Berserkers, lanzaron una dura campaña de difamación. Se los acusó, como a tantos otros, de realizar un pacto con el diablo. Fueron recluídos por la sociedad, tenidos por locos, y pronto fueron barridos de los ejércitos y las cortes. Algunos reyes piadosos los conservaron como mascotas.

Los Eddas ofrecen una visión diferente sobre el comportamiento de los Berserkers. No niegan el uso de sustancias, pero aseguran que su furia explotaba luego de severas meditaciones. Al contrario de lo que sucedía en Oriente, donde se aspiraba a eliminar los residuos salvajes del ser, los Berserkers meditaban para extraer la parte animal en nosotros.

Así se los describe en la saga de Haraldskvæði:


Hablaré de los berserks, los catadores de sangre,
Aquellos héroes intrépidos, ¿como trataban
A los que se vadean en la batalla?
Piel de lobo les llaman.
Portan escudos sangrientos.
De puntas rojas son sus lanzas cuando marchan.
Forman un grupo apretado, cerrando filas.
El príncipe, en su sabiduría, confía en ellos,
En los que cortan los escudos enemigos.


Y así se refiere a ellos Snorri Sturlson en la saga de Ynglinga.


Los hombres de Odin se precipitaron hacia adelante sin armadura, locos como perros o lobos, fuertes como osos o bueyes, masacran a los príncipes de un solo golpe, y ni el fuego ni el hierro los atemoriza. Su furia es conocida como Berserkergang.


Para advertir el profundo significado de los Berserkers deberíamos verlos como algo más que guerreros. Eran místicos, en un sentido contrario al misticismo oriental; es decir, su autoexploración tenía como propósito extraer el horror y el salvajismo atávico y dirigirlo únicamente hacia sus enemigos.

Los Berserkers llegaron tan lejos como a las cortes de Bizancio, luchando bajo el mando de Constantino VII, donde eran considerados tropas de elite. En el oscuro De cerimoniis aulae byzantinae se detalla la danza gótica, una especie de ritual de transformación que los Berserkers efectuaban antes de entrar en combate.

Escandinavia los recluyó a los bosques y pequeñas compañías diseminadas en el yermo. Algunos melancólicos señalan que fueron los Berserkers quienes eligieron el olvido y la vida de los lobos.




Mitos nórdicos. I Mitología.


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2 comentarios:

Javier dijo...

Y como siempre el cristianismo interfiriendo en todo el mundo destruyendo las culturas...

Anónimo dijo...

El estado frenético de estos guerreros (berserkergang) me recuerda mucho a la bakeia que las ménades griegas experimentaban bajo la presunta influencia de Dionisos, ambos se caracterizan por desencadenar el lado salvaje y primitivo del ser lo cual a algunos no nos vendría mal hacer de vez en cuando.



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