Borges, el Infinito, y la Teoría de Cuerdas


Borges, el Infinito, y la Teoría de Cuerdas.




En los últimos años ha comenzado a descubrirse que buena parte de la metafísica de Jorge Luis Borges entraña una sutil mirada científica sobre el universo. De hecho, abundan las referencias que vinculan a Borges con la física cuántica, pero muy pocas acerca de su relación con la Teoría de Cuerdas.

Los tigres, los laberintos, los espejos, forman parte de la mitología de Borges, y en general todos esos elementos son utilizados por el autor argentino para hablar sobre el Tiempo, o, más precisamente, sobre el Infinito. Ya en el ensayo de 1939: Avatares de la Tortuga, Borges confiesa con cierta ironía que le gustaría escribir sobre el tema:


Cinco o siete años de entrenamiento metafísico, teológico y matemático me prepararían, tal vez, para planificar adecuadamente ese libro.


En el relato de 1941: La biblioteca de Babel, Borges razona que una colección de libros que utilicen un número fijo de símbolos, aun cuando su combinación arroje incongruencias, sería tan vasta como inimaginable. Sin embargo, dado que las permutaciones de los veinticinco símbolos ortográficos son finitas, la biblioteca necesariamente debe comenzar a repetirse en algún punto [ver: Borges y el horror cósmico en «La Biblioteca de Babel»]

En El libro de arena, Borges se ocupa de otra forma de Infinito; uno cuyos elementos son un conjunto en el cual siempre podemos encontrar una parte que los separa. El narrador describe un misterioso libro cuyas páginas son infinitamente delgadas, no en términos metafóricos, es decir, páginas con una longitud infinitesimal, sino un libro que es virtualmente eterno pero en un sentido inverso al que habitualmente imaginamos.

El ejemplo más interesante se encuentra en el ensayo de 1936: La doctrina de los ciclos, publicado en Historia de la eternidad, donde Borges especula sobre un universo con tiempo infinito y masa finita:


El número de todos los átomos que componen el mundo es, aunque desmesurado, finito, y sólo capaz como tal de un número finito (aunque desmesurado también) de permutaciones. En un tiempo infinito, el número de las permutaciones posibles debe ser alcanzado, y el universo tiene que repetirse. De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo cursarás todas las horas hasta la de tu muerte increíble.


Como es frecuente en muchos análisis de la obra de Borges, esta línea de pensamiento se recibió como una especulación metafísica, un juego filosófico, si se quiere. Sin embargo, hoy en día los físicos teóricos se encuentran deambulando por los mismos laberintos, esta vez, como una posible consecuencia de la Teoría de Cuerdas.

Si el universo realmente está acelerando su expansión, entonces sabemos que se hará infinitamente grande. Y si existen infinitas posibilidades, entonces cada resultado posible sucederá infinitamente, sin importar cuán improbable sea.




Autores con historia. I Más de Jorge Luis Borges.


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1 comentarios:

NITO dijo...

El famoso cuento de Borges,El aleph, esta basado en uno anterior de uno del Circulo Lovecraft, no
recuerdo si era un cuento de Clarck Ashton Smith o Belknap Long. UTILIZA LA MISMA FORMULA.
La petulancia de Borges en desacreditar a esos autores no la tuvo cuando ROBÓ!



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