El silogismo de la muerte y el garca.
A pesar de las objeciones de sus familiares y abogados el hombre que agonizaba no solicitó la presencia de un sacerdote para suministrarle los últimos sacramentos, ese perdón institucionalizado; en cambio, pidió por el profesor Lugano.
Desde luego, el profesor aceptó, a condición de que la entrevista sea privada y el audio fuese registrado por motivos de profilaxis judicial.
Transcribo el archivo de audio:
—Profesor. He sido garca. Mentí, robé, maté, traicioné, me enriquecí a costa de otros, blasfemé, torturé, evadí impuestos, forniqué con la mejor amiga de mi esposa, con todas las mejores amigas de todas mis esposas, practiqué la glotonería, cultivé la avaricia, coseché la usura, oriné flaquezas, supuré malicia; fui juez, hincha de River, desvié fondos públicos. En resumen: fui malo.
—Ya veo. Pero no se preocupe, la muerte trae prestigio.
—No me entiende, profesor. Hice el mal toda mi vida y no quiero partir sin haber hecho algo honorable.
(Se oyó un sonido metálico. Luego supimos que el profesor Lugano había depositado un revólver sobre la cama del convaleciente).
—¿Qué hace? —tosió el hombre que agonizaba— Le acabo de decir que estoy cansado de hacer el mal.
—Quiero que practiquemos un sencillo silogismo. Respóndame lo siguiente: ¿El mal puede ser honorable?
—Desde luego que no.
—¿Y la muerte?
—En ciertos casos, sí. Pero convengamos que matarse, profesor...
—Usted acaba de sintetizar el silogismo: el mal no puede ser honorable, pero la muerte sí, al menos en ciertos casos; de modo que la muerte no sería un acto del mal.
—...
La cinta finalizó con un fuerte estampido, y aplausos.
Filosofía del profesor Lugano. I Egosofía: filosofía del Yo.
Más literatura gótica:
- Paradoja de un cretino.
- Cómo terminar con el remordimiento.
- El secreto de vivir o cómo resolver una paradoja.
- Por qué los hombres no saben bailar.
0 comentarios:
Publicar un comentario