Aprender a tomar buenas decisiones [sin deciir nada]


Aprender a tomar buenas decisiones [sin deciir nada]




Tomar una decisión es un asunto serio. Por eso acompañamos [seriamente] al compañero Masticardi a una entrevista con su psicoanalista. Para tal propósito, desde luego, clandestino, nos ocultamos detrás de unas cortinas.

Masticardi debía tomar una decisión. Cuál era esa decisión y por qué le costaba tanto tomarla son asuntos que debo preservar, no tanto para proteger su identidad sino su credibilidad como notario público.

Escuchamos atentamente la sesión. Masticardi expuso su problemática, un tanto perturbado por nuestra presencia, y su psicoanalista, una muchacha agradable de lucidez más bien superficial, respondió con determinación sobre los argumentos del planteo de su paciente. Al finalizar, Masticardi salió eyectado de la sesión. Por prudencia, y principalmente por temor a la intervención de las autoridades policiales, nos mantuvimos ocultos en nuestro escondite hasta que la profesional se retiró del establecimiento.

Al salir entablamos la siguiente conversación:

—Menuda decisión le espera a Masticardi —dijo alguien.

—No me gustaría estar en sus zapatos —añadió otro.

—Afortunadamente pudo consultar el problema con su analista. No imagino a nadie más calificado para dar una opinión...

—O a nadie peor. —dijo el profesor Lugano, un tanto acalambrado.

—¿Peor? No veo nada de malo en consultar un problema, menos aún si se trata de tomar una decisión difícil y acaso irreversible.

El profesor respondió, mientras elongaba sus gemelos:

—Es difícil para mi imaginar un escenario más peligroso que consultar una decisión con alguien incapaz de pagar el precio por equivocarse.

Nos retiramos en silencio. Luego decidimos, sin consultarlo con nadie, brindar hasta la ebriedad por Freud, Lacan, Jung y las piernas robustas de Marie Bonaparte.



Más filosofía del profesor Lugano. I El lado oscuro de la psicología.


El artículo: Aprender a tomar buenas decisiones: el profesor Lugano vs. el psicoanálisis fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

6 comentarios:

Maika Duvnj'ack dijo...

Pedir un consejo a alguien que no esta dispuesto a pagar el precio de equivocarse es tan peligroso como creer que las ideas que tenemos son propias, cuando en realidad son producto de un dialogo direccionado a traves de la dialectica (al estilo de los escritos de Platon)...podemos encontrarnos ambas cosas en un "divan"...

Unknown dijo...

Muy bueno, es un gusto leer entradas asi!

Sebastian Beringheli dijo...

Absolutamente de acuerdo con vos, Maika.

Emilio dijo...

Genial!!!

ale dijo...

Para tenerlo en cuenta y no pecar de egoísta

Poky999 dijo...

De acuerdo



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