¿Por qué a las mujeres les gustan los chicos malos?


¿Por qué a las mujeres les gustan los chicos malos?




Esta pregunta, aislada de su contexto, acaso alarme a nuestros lectores más radicales. Sin embargo, no buscamos divagar sobre la psíquis femenina, por cierto, inescrutable para nosotros; sino sobre algunos mecanismos del Horror y cómo éstos operan sobre la conciencia. Después de todo, saber por qué a las mujeres les gustan los chicos malos es algo sencillo de averiguar...

La atracción y el rechazo son movimientos opuestos, razón por la cual si logramos desentrañar la naturaleza de uno necesariamente tendremos una idea bastante clara sobre el otro. El Horror busca causar rechazo, pero un rechazo calculado, medido, cuyos alcances deben ser quirúrgicamente precisos para no caer en otras sensaciones desagradables. Cualquier escritor conconocimientos básicos sobre la psicología humana es capaz de provocar aversión, asco, repulsión; pero el Horror es algo muy distinto y difícil de provocar.

El primer repaso de nuestra pretendida hipótesis nos lleva a una teoría de la robótica bastante extendida y aceptada: el Valle Inquietante, propuesta por Masahiro Mori en 1970. Allí se anuncia que cuánto mayor es el grado de similitud entre un autómata y un humano mayor será la sensación de rechazo de éste último. En otras palabras; cuando la apariencia de un autómata se acerca peligrosamente a la humana la respuesta emocional del humano es de total rechazo. Y, por el contrario, cuando el autómata es apenas una parodia de la fisionomía humana, mayor será el grado de empatía en el observador. Esta teoría, aunque original en el campo de la robótica, no lo es tanto en la psicología y el relato de terror.

Ya en 1906, Ernst Jentsch razonó que lo inquietante es aquello que se asemeja peligrosamente a la realidad, pero que no lo es por completo. En su ensayo Sobre la psicología de lo inquietante (On the Psychology of the Uncanny), elabora el concepto de que la atracción se produce mediante un mecanismo análogo al del rechazo, y que éste último no siempre es un extremo de la misma curva, sino una proyección dilatada de la atracción.

En términos más claros; el rechazo a menudo sucede a la atracción.

En 1919 se publicó Lo siniestro (Das Unheimliche), de Sigmund Freud; donde se explora la naturaleza de aquello que nos inquieta. Freud elucida que, entre otras posibilidades, lo inquietante se produce a través de una mezcla de familiaridad y desconocimiento, entre algo que conocemos y que al mismo tiempo nos resulta perfectamente desconocido [ver: Lo Siniestro en la ficción]

Ya en el terreno de la literatura podemos pensar en todos los intentos por inquietarnos que han caído en saco roto, a veces injustamente. Vampiros, fantasmas, hombres lobo, dementes y lunáticos obsesivos, todos ellos son figuras que en la pluma de un maestro pueden encarnar nuestros horrores más íntimos, mientras que en manos inexpertas tendrán un efecto más bien patético. El Horror nunca está en una figura determinada, sino en como esa figura se desarrolla de forma más o menos análoga a nuestros demonios interiores.

El rechazo y la inquietud emergen cuando nos reconocemos en el Mal, aunque sea un reconocimiento parcial e inacabado. El Mal encarnado no nos afecta, sino el Mal que opera a través de nosotros.

Alguien podrá preguntar con toda justicia, ¿qué tengo que ver yo con un vampiro? Felizmente, mucho. Si un personaje especialmente desalmado y cruel nos inquieta no se debe a sus características manifiestas, sino a que vemos en ellas un reflejo de nuestros instintos mejor resguardados.

Aquellos que hayan llegado hasta este artículo para averiguar por qué a las mujeres les gustan los chicos malos deberán, me temo, retirarse a otros foros sin una respuesta definitiva. Personalmente les recomendaría un enorme relato de E.T.A. Hoffmann: El hombre de arena (Der Sandmann), donde hay pocas mujeres y menos aún teorías que expliquen el por qué de su atracción por los chicos malos. Sin embargo, el relato esconde una hipótesis válida e incluso aplicable para escandalizar a nuestras amistades: lo que nos atrae es nuestra Sombra, nuestro Doble libre de las cadenas del juicio y la sociedad [ver: Freud, el Hombre de Arena, y una teoría sobre el Horror]

En el fondo, nunca nos atraen los opuestos, sino aquellas particularidades que nos resultan inexplicablemente familiares, y que acaso los espejos se confabulan en disimular.




Taller literario. I Egosofía.


El artículo: ¿Por qué a las mujeres les gustan los chicos malos? fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo, Aelfwine. He seguido las publicaciones de este blog desde las sombras. Por favor, no dejes de publicar, ¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Concuerdo con el comentario anterior, excelente blog!

Anónimo dijo...

Joder, te quiero. Muy genial.

Anónimo dijo...

muchisimas gracias, me trajiste recuerdos muy gratos !!

Anónimo dijo...

El titulo del articulo hay que corregirlo...a)por q a las mujeres le gustan los hombres malos b)por q a las chicas le gustan los chicos malos.En cualquier caso la respuesta la sabe cualquie "chica" o "mujer".por que los chicos /hombres buenos son aburridos...y que los malos le dan a las mujeres/chicas lo q nesecitan...DRAMA!

Vicus

Anónimo dijo...

Es magnífico leer esta explicación. Felicidades. Deberían publicar mas artículos en esta sección. Muy buena.

Unknown dijo...

Muy interesante...

Anónimo dijo...

Simple y sencillo. A las mujeres nos atraen los "chicos malos" porque cubren nuestras carencias. Y sí, como dice el artículo: "nos va a atraer lo que nos parezca más familiar"; va a depender mucho de tu "Molde psico-sexual" lo que definirá qué tipo de personas son las que atraerás a tu vida. (A menos que hagas algo para que eso cambie, claro).
Saludos!

Anónimo dijo...

Tal vez el problema radique en que la chica no te quiere y el chico malo representa una fantasía sexual que la saca del hastío. O simplemente es un lavado de cerebro en la televisión, películas, libros donde el prota es el chico malo y está la típica chica buena, ambos se enamoran ella lo reforma sin dejar de vivir el romance apasionado, idílico y poco realista. Sacando estereotipos de lado y siendo chica, cuando me enamoro veo solo cosas lindas de él, si es torpe, no me importa, si tartamudea, no me importa, si es tímido, no me importa. Tal ves sea la única mujer en decir esto pero los chicos malos son lindos en la pantalla, en los libros, porque en la realidad solo me generan un fuerte dolor de cabeza.

Unknown dijo...

Justo los descubro. Fascinantes todas sus reflexiones. He brincado de una a otra, me han hecho pensar y meditar en aspectos de mi petsonalidad.



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