¿Todos podemos vivir un gran amor?


¿Todos podemos vivir un gran amor?




En teoría, todos somos capaces de escribir el mejor libro posible, de componer una pieza musical exquisita, de correr tan rápido o saltar más alto que el atleta más calificado. Todos, sin excepción, contamos con los 29 signos del alfabeto, las mismas notas musicales, la misma cifra de músculos y huesos.

Sin embargo, pocos se atreverían a competir seriamente en estas rutinas, o al menos a considerarse a sí mismos como iguales con quienes se destacan en ellas, a pesar de contar con las mismas posibilidades.

En el amor, en cambio, todos nos sentimos en plena igualdad.

El amor nos empareja.

O eso creemos.

El escritor dotado, el músico talentoso, el atleta superlativo, se destaca justamente porque su actividad ocupa un lugar de privilegio en su vida. ¿Pero cuántas personas podrían afirmar que el amor, el amor verdadero, ese que desgarra y consume, ocupa un rol preponderante en sus vidas?

Tal vez nos engañamos, por hábito o sutil esperanza, y en realidad somos tan incapaces de vivir un gran amor como de componer una sinfonía.




El lado oscuro del amor. I Egosofía: psicología del Yo.


El artículo: ¿Todos somos capaces de vivir un gran amor? fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

3 comentarios:

Alejandro dijo...

Pero acaso esas actividades como "escribir el mejor libro posible, de componer una pieza musical exquisita, de correr tan rápido o saltar más alto que el atleta más calificado" no son acaso actividades que en cierto modo tienen que ver con 'decidir' es decir con la voluntad?

¿Puede el amor acaso ser una decisión? ¿Yo puedo decidir el cómo, el cuándo y el quién? A mi me parece que no. Eso de que si todos podriamos vivir un gran amor tal vez dependa en gran medida, no tanto de nosotros, sino de eso que la gente llama 'destino', quién sabe!

Sebastian Beringheli dijo...

En parte, seguramente, esas cosas tienen que ver con una decisión, pero también con una capacidad o aptitud que puede o no estar presente en cada uno. El verdadero milagro, en todo caso, es que dos personas puedan encontrarse entre millones.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno que yo te encontré!

tu dama de luz!
rosita <3



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