Entendiendo a una mujer que dice NO.
-¿Conoce alguna forma de entender el No de las mujeres, profesor Lugano?
-Conozco todas las formas.
-¿Por ejemplo?
-Que el NO de una mujer es irrefutable.
-¿Quiere decirme que nunca ha intentado persuadir a una mujer que le ha dicho NO?
-Quiero decirle no hay nada que usted pueda hacer para cambiar ese NO por un Si. No hay palabra, gesto o flatulencia que evada los silenciadores intestinales capaces de disuadirla. El cambio, si se produce, corre exclusivamente por cuenta de ella.
-¿Podría darme algún consejo?
-Por supuesto. Coménteme su caso.
-Mire, profesor; sucede que hace un mes conocí a una mujer extraordinaria: atractiva, inteligente, sagaz, intuitiva, con un extraordinario sentido del humor.
-Lo felicito por el hallazgo.
-Hay algo más, profesor.
-¿Qué?
-Ella es demasiado... virtuosa.
-Entiendo.
-Se resiste ferozmente a la intimidad. No rechaza mis besos, pero los rehuye cuando nota que aumentan en intensidad. ¿Qué puedo hacer, profesor? ¡Estoy desesperado! Nunca antes había conocido a una mujer tan tremendamente virtuosa.
-¿Usted cree que la única causa por la que las mujeres no se entregan alégremente al comercio carnal es por un exceso de virtud, de pureza, de inocencia?
-Naturalmente. ¿Qué otra cosa podría ser?
-Con el tiempo aprenderá que la resistencia de la mujer no tiene relación alguna con la virtud o la pureza, de hecho, es directamente proporcional a su experiencia.
Más filosofía del profesor Lugano. I Feminología.
Más literatura gótica:
-¿Conoce alguna forma de entender el No de las mujeres, profesor Lugano?
-Conozco todas las formas.
-¿Por ejemplo?
-Que el NO de una mujer es irrefutable.
-¿Quiere decirme que nunca ha intentado persuadir a una mujer que le ha dicho NO?
-Quiero decirle no hay nada que usted pueda hacer para cambiar ese NO por un Si. No hay palabra, gesto o flatulencia que evada los silenciadores intestinales capaces de disuadirla. El cambio, si se produce, corre exclusivamente por cuenta de ella.
-¿Podría darme algún consejo?
-Por supuesto. Coménteme su caso.
-Mire, profesor; sucede que hace un mes conocí a una mujer extraordinaria: atractiva, inteligente, sagaz, intuitiva, con un extraordinario sentido del humor.
-Lo felicito por el hallazgo.
-Hay algo más, profesor.
-¿Qué?
-Ella es demasiado... virtuosa.
-Entiendo.
-Se resiste ferozmente a la intimidad. No rechaza mis besos, pero los rehuye cuando nota que aumentan en intensidad. ¿Qué puedo hacer, profesor? ¡Estoy desesperado! Nunca antes había conocido a una mujer tan tremendamente virtuosa.
-¿Usted cree que la única causa por la que las mujeres no se entregan alégremente al comercio carnal es por un exceso de virtud, de pureza, de inocencia?
-Naturalmente. ¿Qué otra cosa podría ser?
-Con el tiempo aprenderá que la resistencia de la mujer no tiene relación alguna con la virtud o la pureza, de hecho, es directamente proporcional a su experiencia.
Más filosofía del profesor Lugano. I Feminología.
Más literatura gótica:
- ¿En el amor y en la guerra todo vale?
- Historia de amor en un cementerio.
- Por qué nos asusta la soledad.
- Cómo saber si van a dejarnos.
El artículo: Entendiendo a una mujer que dice NO fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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