El origen de las Hadas Madrinas.


El origen de las Hadas Madrinas.




Todos tenemos presente la imagen del Hada Madrina, esto es, un Hada personal que otorga dones y bendiciones a sus ahijados humanos en innumerables relatos [ver: Razas y especies de Hadas]. Sin embargo, las Hadas Madrinas están prácticamente ausentes en las leyendas populares. Es en la literatura donde comenzaron a ser populares de la mano de autores como Madame d'Aulnoy y Charles Perrault.

La figura del Hada Madrina es una quimera entre las Nornas, las diosas del destino de la mitología nórdica, las únicas capaces de torcer el curso de los acontecimientos; y la silueta folclórica de la Madre Muerta, a menudo presente en cuentos de hadas de un modo indirecto.

De hecho, las Hadas Madrinas operan de un modo atípico con respecto a las otras hadas. Ellas se ocupan casi exclusivamente del destino y los problemas de sus protegidos humanos, cuando la mayoría de las hadas míticas se ocupan únicamente de sus propios asuntos [ver: Cuando las hadas abandonaron nuestro plano]

Esto se debe a un detalle puramente narrativo, una omisión, si se quiere, que pretendía suavizar el contexto para los lectores y oyentes más jóvenes. No hay relato en el que figure un Hada Madrina sin que la madre de la protagonista este viva. Las Hadas Madrinas son, de hecho, el espíritu de la Madre Muerta que retorna para asistir a su cría a lo largo de las peripecias del relato.

Desde luego, la imagen espectral de una madre que retorna de la muerte es, junto con la muerte misma de la madre, elementos muy fuertes para la psiquis infantil, de modo que para aliviar el peso de la angustia ante esta posibilidad nefasta el cuento de hadas ha preferido crear una especie completamente nueva para ayudar a sus protagonistas.

Las Hadas Madrinas no sólo protegen al héroe de la historia, sino que mediante la magia asisten a todos los personajes que puedan a colaborar físicamente con el protagonista. Los casos más conocidos son los de Cenicienta y la Bella Durmiente. En ambas historias las Hadas Madrinas fueron añadidas por Charles Perrault en lugar del espíritu de las madres muertas de las jóvenes.

Más aún, la existencia de las Hadas Madrinas como reemplazo simbólico de las madres muertas queda registrado en el hecho de que, siempre, en todos los relatos en donde aparecen, se ocupan de que sus «hijas» consigan lo que toda madre desea para ellas, es decir, un marido [ver: El cuento de hadas y el plan para «civilizar» a las mujeres]. En otras palabras, si en un relato aparece un Hada Madrina es seguro que al final habrá una boda. No hay excepciones en este sentido.

Narrativamente hablando las Hadas Madrinas funcionan como un impulso extra en el protagonista, casi siempre femenino; un vínculo con lo sobrenatural que opera en el mundo sensible. Pero la asimilación del Hada Madrina con la figura de la madre muerta no pretende ser secreta, por el contrario, opera a un nivel psicológico que normalmente vamos perdiendo a medida que crecemos, pero que en los niños ejerce un poderoso atractivo mórbido.

Esta es la razón por la que un cuento popular sobrevive a pesar de las omisiones y alteraciones que los años y las distintas plumas fueron ejecutando. En el fondo de todo cuento infantil se esconde una verdad terrible: la certeza de la muerte de nuestros mayores, pero también una esperanza, que aquellos que nos han abandonado seguirán velando por nosotros en horas difíciles.



Mitología. I Hadas.


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3 comentarios:

Unknown dijo...

Wow es impresionante ya que a pesar de durante mi niñez haber leido muchos cuentos de hadas no imaginaba que estas eran las madres muertas de las protagonistas que regresaban para ayudarlas. Pensaba que todas las princesas al serlo ya tendrian una hada madrina, un ser aparte de su familia y que estaria alli para protegerla siempre.

Unknown dijo...

Pinche concepción de conservadurismo que maneja Disney. Eso de que las mujeres a fin de cuentas necesitan de la protección del hombre… es una estupidez. Me caen mejor sólo las hadas: egoístas.

Lilith Angelical dijo...

No se si alguien más lo recuerda de la misma manera, pero creo que de hecho la Bella Durmiente tenía padre Y madre... esa fue la historia que me contaron.



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