Etimología del miedo.
Cuando no es propio el miedo es una de las sensaciones humanas que más fácilmente podemos comprender. Si alguien afirma: «tengo miedo», no necesitamos mucho más para entender qué está sintiendo. El miedo es colectivo, como el hambre y el sueño. Ni siquiera el amor, con su vasto repertorio de matices, logra competir con su carácter universal.
Desde luego, hay graduaciones en el miedo, nivelas e intensidades, pero frente a la palabra que lo designa todos interpretaremos más o menos lo mismo. Sin embargo, ni siquiera el miedo universal posee una fisionomía lingüistica ajena a interpretaciones personales.
Repasemos un poco su historia.
Todos conocemos la palabra inglesa fear, «miedo». En Inglés Antiguo no existía en esa forma específica, sino bajo el adjetivo færan, que normalmente se traduce por «aterrador», fær, «calamidad», y fyrhto, tal vez el más parecido de todos al fear moderno.
En el Antiguo Sajón tenemos otra variante: faron, que designaba un estado de espera, inquietud, y acaso de inminencia; ya con un significado ligeramente distinto. En Antiguo Alemán las cosas ya se tornan completamente diferentes. Por allí existía el término faren, «complotar», y feraz, «peligro». Los viejos norsos utilizaban la palabra færa, «burla», y far, «daño, decepción».
Todas estas voces son los padres del miedo en los países del norte.
Ahora bien, ninguna de estas palabras nos permiten identificarnos con el miedo que intentan definir. No porque el miedo fuese diferente en aquellos tiempos, en todo caso, lo único diferente serían los móviles que lo disparan; sino porque cada pueblo tenía sus formas y costumbres para procesar el miedo.
Nuestra palabra Miedo proviene tal vez del latín metus. Extrañamente, esta fuente sólo fue utilizada en nuestro idioma y en el portugués. El resto de las lenguas que bucearon en el latín para hallar una definición para el miedo eligieron como raíz la palabra paura, «pavor»; por ejemplo en el francés paur. ¿Por qué esta distinción? ¿Por qué eligir una denominación distinta para algo tan universal como el miedo? Nadie lo sabe realmente. Pero quizás las cuestiones de género hayan jugado un papel preponderante en este asunto.
Todas las lenguas que abrevaron el término latín paura le asignan al miedo una naturaleza femenina. En todas esas lenguas el miedo es mujer. Cualquier relación entre este hecho aparentemente azaroso con la realidad de la mujer en esas sociedades es producto de la especulación.
Egosofía. I Filología.
El artículo: Etimología del miedo fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
4 comentarios:
Menuda falacia sin sentido excluyendo la etimologia de la palabra que no se si es cierta.
Interesante
Nunca se me hubiera ocurrido ese planteo
El miedo no es mujer, sino una condición (anímica, abstracta, concreta o como sea) en general: pavura, bravura, soltura, cordura, juntura, melladura, blandura, ricura.
O sea: no es que "el miedo sea mujer" sino que si tiene género femenino en "pavura", "paura", "peur" es porque el género de las condiciones o estados suele ser femenino (galanura, finura; belleza, esbeltez, inteligencia). "Está en un estado de pavura": tiembla de miedo. Y de ahí en algunas lenguas pasó a significar directamente miedo. Véase en castellano antiguo "la calor, la color, la honor".
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