«El muchacho de Egremond»: Samuel Rogers; poema y análisis.


«El muchacho de Egremond»: Samuel Rogers; poema y análisis.




El muchacho de Egremond (The Boy of Egremond) es un poema gótico del escritor inglés Samuel Rogers (1763-1855), publicado en 1819.

El muchacho de Egremond, uno de los grandes poemas de Samuel Rogers, fue influenciado por William Wordsworth, y pronto se convirtió en una pieza central en la obra de este autor; tal es así que llegaría a inspirar a la magnífica Gertrude Atherton.

Ahora bien, ¿quién fue el muchacho de Egremond? En el siglo XII, William Fitz-Duncan (Uilleam mac Donnchada), príncipe de Escocia, fue enviado por el rey David de Escocia a una batalla imposible de ganar. Cayó como un héroe en los valles de Craven.




El muchacho de Egremond.
The Boy of Egremond, Samuel Rogers (1763-1855)

¿Qué resta cuando huye la Esperanza?
Ella contestó, «un llanto Infinito».
Pues en el ojo del pastor ella leyó
Quién en su yacía en su lecho.
En Embsay rugieron las campanas,
La daga despertó en Barden;
Los sonidos mezclados se hinchaban, muriendo,
Y abajo en el Wharfe tronaban los gritos;
Cerca del refugio en el bosque,
Vestido de tartán y forestal verde,
Con el sabueso amarrado y el halcón en su capucha,
El Muchacho de Egremond fue visto.
Alegre era su canto, un canto de tiempos antiguos;
Pero donde la rocas se parten en dos,
Y el río se precipita,
¡Su voz no volvió a oírse!
¡Sólo un paso! Y el golfo atravesó;
¡Pero aquel paso fue su último!
Como la niebla devora su camino,
(Una nube que se cierne día y noche),
El sabueso amarrado, oliendo
Al Amo y también su halcón.
Aquel estrecho de ruido y batalla
Recibieron el resto de su Vida.
Allí ahora tocan las campanas;
El Miserere, debidamente cantado;
Y hombres santos, encapuchados,
Vagan arriba y abajo de los bosques.
¿Qué provecho hemos sacado?
Señor despiadado,
No te has estremecido cuando la espada
Vació su furia sobre el joven corazón,
Sobre el desvalido y el inocente.
Siéntate ahora y responde por cada gemido.
El niño antes tí es sólo tuyo.
Y aquella que por allí vaga,
Es una madre en su desesperación,
A menudo lo recordará, despertando, durmiendo,
A los que lloraron junto al Wharfe;
A los que nunca serán consolados
Cuando el río se bautizó con sangre.


"Say what remains when Hope is fled?"
She answered, "Endless weeping!"
For in the herdsman's eye she read
Who in his shroud lay sleeping.
At Embsay rung the matin-bell,
The stag was roused on Barden-fell;
The mingled sounds were swelling, dying,
And down the Wharfe a hern was flying;
When near the cabin in the wood,
In tartan clad and forest-green,
With hound in leash and hawk in hood,
The Boy of Egremond was seen.
Blithe was his song, a song of yore;
But where the rock is rent in two,
And the river rushes through,
His voice was heard no more!
'Twas but a step! the gulf he passed;
But that step--it was his last!
As through the mist he winged his way,
(A cloud that hovers night and day),
The hound hung back, and back he drew
The Master and his merlin too.
That narrow place of noise and strife
Received their little all of Life!
There now the matin-bell is rung;
The "Miserere!" duly sung;
And holy men in cowl and hood
Are wandering up and down the wood.
But what avail they? Ruthless Lord,
Thou didst not shudder when the sword
Here on the young its fury spent,
The helpless and the innocent.
Sit now and answer, groan for groan.
The child before thee is thy own.
And she who wanders wildly there,
The mother in her long despair,
Shall oft remind thee, waking, sleeping,
Of those who by the Wharfe were weeping;
Of those who would not be consoled
When red with blood the river rolled.


Samuel Rogers (1763-1855)




Poemas de Samuel Rogers. I Poesía gótica.


El análisis, resumen y la traducción del poema de Samuel Rogers: El muchacho de Egremond (The Boy of Egremond) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Guille dijo...

hermoso



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