10 pesadillas más comunes y sus significados.
Absolutamente nadie puede ser un incrédulo mientras sueña. De hecho, una de las características más fascinantes de los sueños es que mientras estamos dentro de ellos, sumergidos en su lógica, nada nos parece extraño.
Recién cuando despertamos nos damos cuenta de los matices irreales que lo sostenían, donde volar o hablar con personas muertas no configuraba un hecho capaz de sorprendernos.
Así como resulta difícil entender el significado de los sueños en general, las pesadillas son mucho más accesibles a la interpretación. Casi todas ellas, con excepción de algunos matices propios e individuales, pueden agruparse en temas centrales que a todos nos preocupan.
El significado de las pesadillas a menudo gira en torno a la pérdida de integridad del Yo; es decir, a cualquier amenaza externa o interna que desestabilice la estructura de nuestra psique en relación con los demás.
Repasemos el significado de las 10 pesadillas más comunes que nos hacen despertar.
10- Pesadillas de traición:
Las pesadillas de traición suelen dejar un rastro emocional bastante desagradable. Pueden ser sueños acerca de infidelidad, abandono, soledad, en los que normalmente alguien a quien queremos nos traiciona; desde una pareja a un amigo o un familiar.
Este tipo de pesadillas se relaciona con la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos como seres sociales, y sobre todo cómo las relaciones que tejemos con los demás los colocan en una posición vulnerable.
9- Pesadillas de muerte:
Mucho menos común de lo que se piensa, los sueños de muerte, es decir, aquellas pesadillas en las que soñamos con nuestra muerte, no tienen que ver con ningún mensaje o premonición concreta sobre una futura desgracia. En tal caso, aventurar nuestra propia muerte es siempre un pronóstico que no puede fallar.
Estas pesadillas pueden representar un cambio, y eso normalmente produce miedo. Cuando algo se termina en nuestro sueños habitualmente muere, y no es infrecuente que para explorar la posibilidad de un cambio esencial en nuestra vida las pesadillas lo traduzcan como nuestra propia muerte.
Además, nuestro inconsciente tiene graves problemas para aceptar la idea de la mortalidad. Es común que este miedo atávico se desplace incluso en pesadillas que no se relacionan directamente con él. De ahí la frecuencia de pesadillas con escenarios más bien lúgubres, como cementerios, casas abandonadas (cuerpos cuya alma ha sido desalojada) o bien que refrescan viejas conversaciones con personas que han muerto.
8- Pesadillas de fracaso:
Desde ser reprobado en un examen a perder el trabajo, pasando por una larga lista de posibilidades, las pesadillas de fracaso son aquellas en las que sencillamente no alcanzamos los objetivos que nos habíamos planteado.
Este perfil de pesadillas se caracteriza por inyectar enormes flujos de ansiedad. Todos, a nivel consciente, nos jactamos de que nos gustan los desafíos, pero a nuestro subconsciente claramente le desagradan, en parte porque ponen en riesgo su integridad, algo así como una versión extremadamente soberbia del ser.
Las pesadillas de fracaso son muy fáciles de reconocer. No importa el contexto, ni siquiera que debamos o no enfrentarnos a un desafío, la sensación que se experimenta es la de no estar preparado, la de ser un impostor, un fraude.
7- Pesadillas de encierro:
Bastante más complejas que las anteriores, las pesadillas de encierro son aquellas en las que nos sentimos atrapados. Esta impresión puede tanto física como emocional, por ejemplo, al sentirnos encerrados en un castillo como presos de una pareja o de un trabajo que no disfrutamos.
Las pesadillas de encierro poseen múltiples manifestaciones; sin embargo, podemos reconocerlas ya que en todas ellas se nos presenta una dificultad para movernos o actuar con naturalidad: sueños en los que caminamos pavorosamente lento, como si estuviésemos debajo del agua, o donde somos incapaces de movernos, incluso de respirar, son sus manifestaciones más comunes.
Si bien desde la infancia aprendemos a lidiar con las frustraciones nuestro cerebro es bastante ineficaz para hacerlo. No solo responde mal frente a este tipo de situaciones sino que se muestra incapaz siquiera de admitir la posibilidad de perder el control. En consecuencia, nos presenta pequeños problemas y dilemas de encierro, en ocasiones frente a situaciones que no lo son objetivamente.
Todas las pesadillas de encierro tienen que ver con la pérdida de poder. ¿Sobre qué? Naturalmente, sobre uno mismo. Una pareja feliz puede ser algo que disfrutemos realmente, pero que a nivel inconsciente plantea la posibilidad de perder el control sobre uno mismo, cediéndole al otro la facultad de lastimarnos.
6- Pesadillas de extravío:
Sentirse perdido en sueños es una de las pesadillas más habituales. Esto puede ocurrir en un contexto físico, es decir, sintiéndonos perdidos en un lugar que no conocemos, o incluso entre personas que jamás hemos visto pero que nos hablan con descarada confidencialidad; o bien emocional, actuando dentro de la pesadilla de una forma en la cual no nos reconocemos.
Ahora bien, nuestro cerebro es hábil para evocar metáforas que nos despisten. Muchas veces no somos nosotros los que estamos perdidos sino que en el sueño sentimos la necesidad de buscar algo que no encontramos por ninguna parte.
Las llegadas tarde, por ejemplo, a la escuela o el trabajo; perder un vuelo, un tren, un micro, o cualquier medio de transporte, son parte de las pesadillas en las que estamos perdidos. En cierta forma, todos los sueños en los que estamos solos, sin otros personajes que nos acompañen, siquiera de manera silenciosa o presencial, son parte de la misma matriz onírica.
Desde luego, esta sensación de extravío rara vez tiene un inyector externo.
5- Pesadillas de mutilación:
Las pesadillas en las que se nos caen los dientes, así como una gran variedad de miembros, algunos de ellos verdaderamente esenciales, representan el miedo a la castración.
No se trata de una pesadilla de género ya que las mujeres también lo experimentan, y vaya que lo hacen. De hecho, ellas son las que más y mejor sueñan con francas desmejorías faciales, como la pérdida de dientes, de cabello y ceguera. A veces la mutilación no es visible físicamente sino que se traduce mediante la amputación de una facultad; por ejemplo, la facultad de hablar.
Las pesadillas de mutilación exploran las sensaciones de vulnerabilidad, y generan una buena cantidad de ansiedad en quien las experimenta. Quizás tenga que ver con el hecho de que estas mutilaciones nunca se explican dentro del sueño, es decir, no proceden de un accidente (ver el punto 4) sino que se generan de manera espontánea y sin razones aparentes.
4- Pesadillas de accidentes:
Diferentes a las pesadillas de mutilación, los sueños en los que nos accidentamos representan cierta tensión relacionada con lo emocional, es decir, el dolor físico como metáfora del sufrimiento emocional.
Para descifrar el significado de estas pesadillas debemos preguntarnos algo acerca de la naturaleza de la herida que allí se representa. Los golpes en la cabeza testimonian a la realidad derribando nuestras ideas y preconceptos, las heridas en el corazón, lógicamente, se relacionan con nuestro sentimientos.
Ahora bien, nuestro inconsciente proyecta estas imágenes y rara vez nos coloca como responsables de los accidentes que sufrimos en nuestras pesadillas, pero si los examinamos cuidadosamente encontraremos que siempre somos nosotros los causantes.
3- Pesadillas de exposición:
Las pesadillas en las que aparecemos desnudos en sitios inapropiados, o aquellos en los que todos se ríen de nosotros debido a algo que no podemos llegar a determinar con precisión, conforman este tipo de arquetipo onírico realmente perturbador.
Claramente simbolizan nuestra vulnerabilidad, es decir, el miedo esencial a que los demás nos vean como realmente somos, que sean capaces de indagar en nuestros pensamientos y emociones más íntimas.
Las pesadillas de este tipo no se relacionan con problemas de autoestima o sentimientos de inferioridad, como tantos especialistas afirman; ya que su matriz parte de una desigualdad entre el sujeto (el Yo) y quienes se burlan cruelmente de nosotros.
En estas pesadillas somos literalmente transparentes, pero los otros no; con lo cual es sencillo pensar que nuestro inconsciente manifiesta allí todas esas cosas que ocultamos cuidadosamente en nuestro interior: miedos, ansiedades, deseos, de los que rara vez nos sentimos orgullosos.
2- Pesadillas de presecusión:
Sigmund Freud sostuvo que todos regularmente tenemos pesadillas en las que nos persigue algún tipo de montruo o persona siniestra. Su teoría sexual propone que esto aterrador que nos persigue es, cuando no, un deseo reprimido.
Sin embargo, Carl Gustav Jung afirmó que estos monstruos, vampiros, fantasmas, demonios o asesinos somos en realidad nosotros mismos: nuestro Yo en bruto, crudo y elemental, que nos acecha detrás de nuestras estructuras lógicas.
En otras palabras, la COSA que te persigue en pesadillas es tu OTRO YO, o al menos una parte de él que se niega a permanecer callado o a seguir siendo ignorado.
Por esta razón este tipo de pesadillas producen tanto miedo, justamente porque somos nosotros tanto los perseguidos como los perseguidores, y uno al que no podemos ocultarle absolutamente nada, que nos conoce mejor que nadie y que sabe cómo y dónde presionar sobre nuestras inseguridades.
1- Pesadillas de caída:
Es muy común sentir que estamos cayendo en sueños. La sensación de caída puede darse de manera concreta, es decir, cayendo realmente desde algún lugar, o bien al sentir vértigo o al perder el equilibrio y caer en la calle, por ejemplo.
En parte, existen factores físicos que influyen en este tipo de pesadillas. La presión sanguínea, por ejemplo, influye poderosamente en los sueños de caída.
Nuevamente, este tipo de pesadillas tienen que ver con el control. ¿En qué otra situación podríamos perderlo de forma más absoluta que en una caída libre?
Existe, sin embargo, un miedo subyacente, mucho más complejo de analizar. En él no sentimos miedo por la posibilidad de caer, sino todo lo contrario. Lo que nos produce miedo es el deseo inconfesable de saltar al vacío.
Diccionario de sueños. I El lado oscuro de las pesadillas.
Más literatura gótica:
- 30 sueños más comunes (además de los eróticos)
- ¡Alerta! Las mujeres sueñan con sexo tanto como los hombres.
- Esas pesadillas que nos hacen despertar.
- Relatos de pesadillas.
interesante. un compañero me había comentado que las pesadillas nos hace reaccionar para no morir (paro cardíaco,problemas de respiración etc.)
ResponderEliminarTodos mis sueños son persecuciones no los consideró pesadillas por que ya me acostombre a ello y se que tengo que sobrevivir esta que me despierte
ResponderEliminarY además apenas me estoy ando cuenta que lo que yo pensada que eran sueños son pesadillas o que si sueñas todos los puntos todas las noches al final no sientes nada
ResponderEliminarNunca e soñado con mi muerte siempre me quedo sola todos mueren menos yo
ResponderEliminarTuve la número 6 durante años.
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