Mæra: la bruja de todos los cuentos de hadas.
Hay ingredientes que no pueden faltar en un cuento de hadas: una doncella en apuros, un príncipe azul, un hada madrina, y una Bruja. En realidad, todos esos elementos pueden estar completamente ausentes y seguir siendo un cuento de hadas, con excepción de uno: la Bruja, figura arquetípica que procede de una misteriosa criatura mitológica llamada Mæra.
Cuando la Bruja aparece en el cuento de hadas en general lo hace bajo la apariencia de una anciana marchita, decrépita, como la Groac'h de Hansel y Gretel, pero esta no es su verdadera forma. Simplemente asume esta figura, conocida como Hag —término que analizaremos más adelante—, para cumplir un propósito determinado.
En general, la vieja y desgastada bruja que, desde la llegada de los hermanos Grimm, encontramos en los cuentos de hadas, es una versión deslucida de un recurso que frecuentemente utilizaban las deidades femeninas del bosque, como Mæra y Morrigan, entre otras, para intervenir en el plano mundano.
La bruja en el cuento de hadas siempre es malvada, o parece serlo, pero esto no necesariamente es así en las leyendas. De hecho, la agenda de estas diosas estaba más allá de la comprensión humana, de manera tal que podían parecer alternativamente benéficas o maléficas cuando ellas mismas no se consideraban una cosa ni la otra.
La palabra Hag, «bruja», es una síntesis de esa representación, o disfraz, que utilizaban las diosas paganas para tratar determinados asuntos. Se trata de la abreviatura de la palabra Hægtesse, del Inglés Antiguo, que también puede traducirse como «bruja», pero no en términos de una practicante humana de la brujería, sino justamente de esa faceta o máscara utilizada por Mæra y otras diosas.
Con el tiempo, esa personificación fue absorbiendo las características típicas del arquetipo de la bruja, hasta que ambos se volvieron prácticamente indistinguibles entre si. De hecho, podemos tomar cualquier cuento de hadas en donde haya una Bruja y no encontrar nada que nos permita distinguir si se trata de una anciana que practica la magia o de un ser sobrenatural.
En realidad, sí hay algunos detalles que podemos tomar en cuenta, siempre que se trate de un cuento de hadas para «civilizar» a las mujeres. Por ejemplo, si la bruja vuela en una escoba, su presencia no tiene nada que ver con las antiguas diosas paganas.
Porque lo cierto es que la bruja de los cuentos de hadas no es una bruja realmente, al menos no una bruja humana: es una diosa cuyas virtudes han sido olvidadas.
En general, esta bruja de los cuentos de hadas es una personificación de Mæra, una diosa o espíritu de la naturaleza que proviene de los mitos celtas, y que luego se desarrolló con mayor profundidad en las leyendas inglesas más antiguas. Algunos la emparentan con la Mara de los mitos nórdicos, ya que comparten varias características.
Mæra podía asumir la forma de una mujer hermosa para atraer a los incautos que se aventuraban en sus dominios, pero los cuentos de hadas casi nunca retratan este motivo. En cambio, prefieren narrar aquellas historias en las que Mæra tomaba la forma de una vieja decrépita para infundir miedo en los más pequeños, o directamente atacarlos.
Si bien se le atribuyen algunas carnicerías memorables, Mæra prefería alimentarse del miedo de sus víctimas. A menudo las colocaba en situaciones espeluznantes, de las cuales podían escapar a último momento, solo para seguirlos en medio de la noche, sentarse sigilosamente sobre sus pechos mientras dormían, y alimentarse de sus pesadillas.
La sensación de opresión en el pecho, de dificultad para respirar, e incluso los síntomas de aquello que hoy se conoce como parálisis del sueño, están presentes en todas las historias de Mæra —en «La pesadilla» de Henry Fuseli se representa a la perfección este inquietante motivo folclórico—. De hecho, su nombre guarda una estrecha relación con la etimología de la palabra «pesadilla» en el idioma inglés: Nightmare, que podría significar «Noche de Mæra», y que acaso podemos interpretar caprichosamente como la «noche en la que nos visita Mæra».
La psicología de los cuentos de hadas propone que estos relatos tradicionales confluyen en algún tipo de advertencia, casi siempre para asustar a los niños y de ese modo evitar comportamientos peligrosos, como acercarse a ciertos lugares despoblados, bosques, ríos y montañas en su mayoría. La transgresión de esa advertencia implicaba convertirse en presa fácil de la Bruja, e incluso en la posibilidad de que ésta nos viniera a buscar en medio de la noche.
Paradójicamente, el relato podía ser tan inquietante que generaba pesadillas, es decir, terminaba siendo funcional a Mæra, pero esto proporcionaba una evidencia irrefutable de su existencia y, por lo tanto, de la importancia de observar aquellas prohibiciones.
Algunos investigadores deducen que Mæra era originalmente una diosa menor que se ocupaba del clima y de las cosechas, pero que al ser proscrita por el Cristianismo se convirtió, a ojos de esos mismos cristianos, en un ser malévolo. Poco a poco fueron despojándola de sus virtudes, hasta reducirla a un simple espíritu destructivo. En este sentido, la bruja de los cuentos de hadas representaría a Mæra en su faceta vengativa, como una vieja feroz que castiga a quienes traicionaron su culto en primer lugar.
Antes de que la bruja de los cuentos de hadas representara este conflicto, producto de un cambio en la cultura y la religión, Mæra también podía a aparecer como una anciana detestable en las historias populares, pero no ya como advertencia para que se respeten determinadas reglas, sino como una representación de la tierra estéril, a la que el héroe debía acercarse con respeto, sin temor, y amarla en sus propios términos.
Cuando el héroe mostraba su valor al amar y aceptar el costado más horroroso de la naturaleza, la Bruja, Mæra, le revelaba su verdadero rostro, el de una diosa joven y hermosa. Por eso, quizás, la bruja de los cuentos de hadas se empeña en perseguir a los más pequeños: para castigar la traición de aquel héroe que abandonó a los antiguos dioses del bosque por otros que habitan únicamente en fastuosos edificios.
Mitología. I Seres fantásticos de la mitología.
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Brujas! Encantadoras y Adorables amigas.
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