Una novela para cada signo del zodiaco.
La astrología aspira a convertirse en spoiler de la vida.
A todos nos gusta saber algo del libro que vamos a leer o la película que vamos ver. Para eso existen las reseñas, las contratapas, los trailers; en fin, toda una ingeniería que nos confía una parte superflua de la historia pero que se reserva los asuntos más relevantes.
La astrología se rehúsa a anticipar los eventos míseros de nuestro futuro, como una uña encarnada o un sifón que nos abandona a la mitad de un aperitivo; en cambio, resuelve pronosticar hechos decisivos para la trama de nuestra vida.
En el arte los spoilers son indeseables. Nadie quiere saber de antemano el final de una película, o en tal caso cualquier episodio intermedio que posea algún grado de relevancia, como la muerte de tal o cual personaje. Pero cuando se trata de la vida a muchos les gustaría saber en detalle qué es lo que va a pasar.
De ahí la vigencia de la astrología.
Esta refutación de las predicciones, las profecías, los pronósticos, los buenos y malos augurios, no nos impide jugar con la astrología; aunque en principio debamos establecer nuestras propias reglas.
Dejemos de lado los anuncios impactantes de la astrología como pseudociencia y tomemos, por ejemplo, las supuestas características de cada signo del zodiaco. Sobre ellas basaremos la siguiente lista de novelas, una para cada signo zodiacal.
Aries:
El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye, J.D. Salinger)
Ideal para el signo de Aries, es decir, para personas independientes, duras cuando la ocasión lo justifica, y que rara vez se inclinan por la fantasía sin cierto grado de conexión con la realidad objetiva.
En este contexto, El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye), de J.D. Salinger, parece escrito para todos aquellos que valoren la autoderminación y el valor para despejar la maleza de lo superfluo y dedicarse a perseguir las grandes abstracciones de la vida.
Tauro:
Crimen y castigo (Prestupleniye i nakazaniye, Fyodor Dostoyevsky)
Los del signo de Tauro probablemente aprecien mejor que nadie los clásicos de la literatura debido a su notoria capacidad para ser pacientes, tenaces, cuando no directamente obstinados.
Este podría ser el caldo de cultivo ideal para Crimen y castigo, de Fyodor Dostoyevsky, ya que combina el aplomo que supone la comisión de un hecho abominable con el remordimiento necesario para confesarlo.
Perfecto para sujetos con metas claras, objetivas, que siempre obtienen lo que quieren, aunque al final esto no coincida exáctamente con lo que es mejor para ellos.
Géminis:
El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde, Robert Louis Stevenson)
Si bien es un error suponer que el signo de Géminis posee dos caras, cuando más bien las incluye a todas; es decir, posee multitudes dentro de sí mismo; este clásico de Robert Louis Stevenson expresa a la perfección al menos dos facetas de esa variada personalidad.
Lo interesante de este signo del zodiaco es que sus miembros pueden identificarse con todas las variantes de las emociones humanas, lo cual los coloca en una posición de privilegio para examinar la neurosis y aún la violencia inusitada que se expresan a partir del mismo principio.
Cáncer:
Cumbres borrascosas (Wuthering Heights, Emily Brontë)
Ser sensible no es un defecto, como lo prueban millones de personas bajo el signo de Cáncer.
Para ellos, las relaciones con amigos, familia y pareja son esenciales para sentirse plenos, muy a pesar de que el resto del mundo a veces no comprenda la complejidad de su universo interior.
Estos individuos entienden a la perfección la nostalgia, la tristeza, pero también la alegría que supone estar vivo en un mundo donde la mayoría duerme un criterioso sueño hecho de hábitos adquiridos. En este contexto, Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, es una opción inobjetable.
Leo:
El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, Ernest Hemingway)
Acusados injustamente de narcisistas, las personas del signo de Leo son, según nos cuentan nuestros astrólogos de cabecera, líderes por naturaleza. Creativos, apasionados, audaces, los del signo de Leo no pueden leer nada que no les interese profundamente.
Basándonos en estos datos inciertos podemos especular que su opción más adecuada es, desde luego, Ernest Hemingway.
Hemingway posee la rara cualidad de abordar cuestiones profundas desde una poderosa simplicidad. El viejo y el mar (The Old Man and the Sea) es el ejemplo más paradigmático de su maravillosa obra.
Virgo:
Un mundo feliz (Brave New World, Aldous Huxley)
Novela ideal para los del signo de Virgo, básicamente autómatas hiperorganizados pero con un fuerte sentido de humanidad.
Un mundo feliz, de Aldous Huxley, nos lleva a recorrer un futuro cargado de reglas y prohibiciones cuyo propósito es adormecer el instinto natural del hombre por lo bello en favor de lo práctico.
Quizás este futuro refleje bastante bien la personalidad de Virgo: organizado hasta el más mínimo detalle pero siempre con el corazón abierto y bien predispuesto para el trabajo y el esfuerzo.
Libra:
Historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities, Charles Dickens)
Sociales, diplomáticas, las personas de Libra son lo que se dice equilibradas. Rara vez caen en extremismos, fundamentalismos, pero cuando sí lo hacen efectúan esa transición con la más atildada ferocidad.
Los de Libra prefieren las astucias sobre la acción directa, de modo que podrían convertirse en ávidos lectores de este clásico de Charles Dickens.
Historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities) plantea dos enfoques opuestos: la paz y la tranquilidad, la vida sencilla, sin grandes sobresaltos, en contraste con la agitación, el desafío y el caos. El equilibrio entre ambos extremos parece ser el terreno más óptimo para los librianos.
Escorpio:
El monje (The Monk, Matthew Lewis)
Decir que los de escorpio son apasionados sería decir muy poco realmente. Todo parece indicar que uno querría tenerlos de su lado, nunca como enemigos. Pueden ser amigos ferozmente leales, amantes acalorados, o implacables adversarios que nunca olvidan ni perdonan.
Pocas novelas admiten este grado de intensidad, de pasión, de retorcida y vengativa naturaleza; salvo que apelemos a autores con las mismas características.
El monje (The Monk), de Matthew Lewis, expresa el aspecto más desaforado del signo de Escorpio, eso sí, hasta límites vecinos de la criminalidad más abyecta.
Sagitario:
Diccionario del diablo (Devil's Dictionary, Ambrose Bierce)
Sagitario es el signo que mejor entiende el humor en todas sus facetas, desde lo más inocente a lo más oscuro.
Entusiastas, filosóficos, curiosos, los sagitarianos son capaces de abordar las grandes cuestiones del universo desde una perspectiva más bien hilarante, sin perder por ello su agudeza natural.
Si bien el Diccionario del diablo (Devil's Dictionary), de Ambrose Bierce, no es una novela sino más bien un conjunto enciclopédico de observaciones, presenta las características típicas que el sagitariano disfruta intensamente. Ideal para sus sujetos más inclinados por lo ácido.
Capricornio:
Jane Eyre (Jane Eyre, Charlotte Brontë)
Los capricornianos son probablemente las personas más gentiles y amables de todos los signos del zodiaco. Hablamos aquí de sujetos disciplinados pero con cierta inclinación por lo fantástico.
Si hubiese que resumirlos en pocas palabras habría que decir que los capricornianos no toleran estupideces.
Los de Capricornio no necesariamente se ven atraídos por los clásicos; y ciertamente esta novela de Charlotte Brontë quizás sea un tanto gótica para ellos. No obstante, en su esencia nos habla de una mujer independiente que aprende a valerse por sí misma, a confiar en sus propios deseos; muy aconsejable para los especímenes de este signo.
Acuario:
El hombre hembra (The Female Male, Joanna Russ)
Inclasificables desde todo punto de vista. Los acuarianos pueden ser excéntricos, humanitarios, activistas, o básicamente cualquier cosa que exija cierto grado compromiso.
Acuario es un signo original, por lo tanto los acuarianos tienden a vivir en su propio mundo, no siempre luminoso sino en ocasiones bastante oscuro.
Este fuerte compromiso con exteriorizar de forma casi obsesiva lo que les ocurre convierte a los acuarianos en sujetos ideales para los rincones más inaccesibles de lo fantástico. Al respecto, la gran novela de Joanna Russ: El hombre hembra (The Female Male), que presenta el desafío narrativo de convertir a un hombre en mujer, literalmente, resulta ideal para emparejarse tanto con la intensidad de los acuarianos como con su búsqueda de justicia e igualdad.
Piscis:
Un mundo devastado (Earthworks, Brian Aldiss)
A los del signo de Piscis les convendría cualquier novela capaz de capturar su imaginación, por cierto, desbordante.
Lo extraño, lo mágico, lo que se corre ligeramente de lo habitual y lo cotidiano, son poderosos atractivos para ellos.
Esto los coloca como grandes lectores de todo lo que se relacione directamente con la fantasía pero no necesariamente con lo fantasioso. Hay una diferencia, no siempre clara, entre ambos universos, pero el pisciano es perfectamente capaz de distinguirla.
Las distopías son perfectas para los piscianos, y dentro de ellas la novela de Brian Aldiss: Un mundo devastado (Earthworks), donde se nos lleva a recorrer un futuro arrasado por desastres ecológicos, aunque todavía con espacio para la lucha y la individualidad.
Más antologías. I Más novelas.
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