«La Colina de Zaman»: H.P. Lovecraft; poema y análisis.
La Colina de Zaman (Zaman's Hill) es un poema gótico del escritor norteamericano H.P. Lovecraft (1890-1937), publicado originalmente en la edición de febrero de 1939 de la revista Weird Tales, y luego reeditado por Arkham House en la antología de 1943: Más allá del muro del sueño (Beyond the Wall of Sleep).
La Colina de Zaman, uno de los poemas de H.P. Lovecraft menos conocidos, pertenece al ciclo Hongos de Yuggoth (Fungi from Yuggoth), narra la historia de un antiguo pueblo, y de una colina sobre la cual se cuentan historias tenebrosas de animales destrozados y niños perdidos.
Cierto día, un cartero descubre que el pueblo ha desaparecido. Sus casas, y su gente, ya no están y los pocos testigos que oyen su historia lo tratan de loco por asegurar haber visto ojos glotones y unas enormes fauces abiertas en la Colina de Zaman.
La Colina de Zaman de H.P. Lovecraft es una especie de continuación de La senda antigua (The Ancient Track); de hecho, ambos poemas pasan por esta región, y particularmente por la Colina de Zaman, en una especie de regreso hacia la zona donde ocurrieron los hechos ominosos narrados en El horror de Dunwich (The Dunwich Horror), lo cual sitúa al poema entre los Mitos de Cthulhu.
En un tono que recuerda a la poesía medieval, La Colina de Zaman de H.P. Lovecraft versifica de forma más bien pintoresca esa colina hambrienta, o lo que sea que se haga pasar por una colina. Probablemente se trate de Yog-Sothoth, quien ya había arrasado esta zona, devorando bosques enteros, en El horror de Dunwich.
La Colina de Zaman.
Zaman's Hill, H.P. Lovecraft (1890-1937)
La gran colina crecía junto al antiguo pueblo,
un precipicio contra el final de la calle principal;
verde, alto y arbolado, mirando oscuramente
hacia el campanario en la curva de la carretera.
Durante doscientos años se oyeron rumores
sobre lo que sucedió en esa ladera rechazada por el hombre:
historias de un ciervo o pájaro, extrañamente mutilado,
de niños perdidos cuyos familiares ya no esperaban encontrar.
Un día, el cartero no encontró ningún pueblo allí,
no se volvió a ver a su gente, ni a sus casas;
desde Aylesbury llegaron curiosos para mirar;
sin embargo, todos acusaron al cartero de loco
por decir que había visto los ojos glotones de la gran colina
y que sus fauces estaban abiertas.
The great hill hung close over the old town,
A precipice against the main street’s end;
Green, tall, and wooded, looking darkly down
Upon the steeple at the highway bend.
Two hundred years the whispers had been heard
About what happened on the man-shunned slope—
Tales of an oddly mangled deer or bird,
Or of lost boys whose kin had ceased to hope.
One day the mail-man found no village there,
Nor were its folk or houses seen again;
People came out from Aylesbury to stare—
Yet they all told the mail-man it was plain
That he was mad for saying he had spied
The great hill’s gluttonous eyes, and jaws stretched wide.
H.P. Lovecraft (1890-1937)
A precipice against the main street’s end;
Green, tall, and wooded, looking darkly down
Upon the steeple at the highway bend.
Two hundred years the whispers had been heard
About what happened on the man-shunned slope—
Tales of an oddly mangled deer or bird,
Or of lost boys whose kin had ceased to hope.
One day the mail-man found no village there,
Nor were its folk or houses seen again;
People came out from Aylesbury to stare—
Yet they all told the mail-man it was plain
That he was mad for saying he had spied
The great hill’s gluttonous eyes, and jaws stretched wide.
H.P. Lovecraft (1890-1937)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Poemas góticos. I Poemas de H.P. Lovecraft.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de H.P. Lovecraft: La Colina de Zaman (Zaman's Hill), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
Otro poema dunsaniano de HPL, a pesar de que su materia pertenece a los mitos de Cthulhu. No sé por qué -tal vez por su simpleza- siempre imaginé al cartero pintado por Hopper, mirando boquiabierto el vacío que había ocupado el pueblo, con un pájaro muerto a sus pies y los ojos y las fauces de la colina abriéndose en el piso bajo las hojas secas...
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