El origen mitológico de las Runas


El origen mitológico de las runas.

El mito que dio inicio a las runas nórdicas.



En otro artículo ya hemos hablado del origen de las runas, en esta ocasión, centraremos nuestra dilatada atención en su origen mitológico.

Las runas de Odín son la expresión y materialización de su existencia; representan el poder y la sabiduría con los que el dios principal de la mitología nórdica gobierna la naturaleza.

Como Señor de las Runas, Odín es la fuerza que encadena y subyuga la naturaleza física.

Reina sobre el mundo inanimado, el fuego, el mar, el viento el alma, el odio y el amor. Todo está sometido a su poderoso gobierno, y es por eso que las runas fueron grabadas sobre todas las cosas, así en la tierra como en el cielo.

Veamos qué nos dicen los Eddas sobre el descubrimiento de las runas.

Se que he estado colgado, de un árbol en una roca expuesta al viento,
nueve noches enteras, con una lanza herido.
Y me he ofrecido a Odín. Yo mismo a mi mismo;
sobre este árbol, cuya raíz nadie sabe de donde proviene...

El poeta se refiere al árbol Yggdrasil (de ygg, "profundo, pensador, dios"; y drasil, "portador"), cuyas ramas llegan hasta el cielo y sus raíces se hunden en el infierno.

Odín pasó nueve días colgado de Yggdrasil, cifra que representa los Nueve Mundos de la mitología nórdica; hiriéndose a sí mismo con una lanza.

Algunos especialistas interpretan esto como símbolo de los nueve meses durante los cuales el niño se desarrolla en el vientre materno.

Nadie me dio pan, ni un cuerno para beber.
Miraba hacia abajo, esforzándome en las runas.
Las aprendí gimiendo, y luego caí a tierra.
Nueve cantos eficaces, aprendí del famoso hijo de Bolthorn, padre de Bestla.
Y he obtenido un sorbo del preciado hidromiel, extraído de Odraerer...

Bolthorn es un gigante del frío, un Jotun, y abuelo materno de Odín.

Éste un pasaje bastante oscuro, ya que no se refiere a Bestla cuando nos habla "del famoso hijo de Bolthorn", sino a un personaje misterioso que nunca es nombrado.

Es él quien le enseña a Odín los "nueve cantos eficaces" (galdr), que no son otra cosa que encantamientos o palabras mágicas.

Esto puede apreciarse en el Galdrabok; el libro de los galdr o los encantamientos mágicos.
Odraerer significa "lo que mueve el espíritu".

Se trata de uno de los recipientes donde fue conservada la sangre del enano Kvasir, que tenia propiedades poéticas.

Entonces he empezado a llevar frutos y a conocer muchas cosas,
a crecer y a prosperar.
Palabra por palabra, he buscado las palabras.
Hecho por hecho, he buscado los hechos.
Encontrarás las runas y los caracteres explicados,
unos caracteres grandes, que el orador ha descrito,
y los altos poderes formado, y el príncipe del poder grabado.
Odín entre los ases, pero entre los alfios, Daain;
Odín como inventor de las runas, y Dvalin para los enanos;
Aasvid para los gigantes grabó las runas,
yo mismo las he grabado...


Los ases son los dioses, los alfios son los elfos, y Daain es quien revela los misterios de las runas a los de su raza, al igual que Dvalin lo hace para los enanos y Aasvin para los gigantes del frío.

¿Sabes cómo hay que grabarlas? ¿Sabes cómo hay que explicarlas?
¿Sabes cómo hay que describirlas? ¿Sabes cómo hay que probarlas?
¿Sabes cómo hay que rezar? ¿Sabes cómo hay que ofrecer?
¿Sabes cómo hay que enviar? ¿Sabes cómo hay que destruir?
Más vale no suplicar, que ofrecer demasiado;
más vale no enviar, que destruir demasiado.
Así grabó Thund las runas, antes del origen del hombre,
subió de donde luego vino...


Thund ("delgado") es Odín, en alusión al tiempo de austeridad que pasó colgado del árbol.

Conozco cantos que la mujer del rey no conoce, ni el hijo del hombre.
El primero se llama ayuda, pues te ayudará en las luchas y preocupaciones.
Con el segundo sé lo que piden los hijos de los hombres,
que quieren vivir como sanguijuelas.
Por el tercero sé, si tengo gran necesidad,
de reprimir a mis enemigos, amortiguo el filo de las armas de mi adversario.
Ni las armas ni las trampas pueden perjudicarme.
Con el cuarto sé si los hombres atan mis miembros,
canto de tal forma que puedo andar; las trabas se escapan de mis pies,
y los grilletes de mis manos.
Con el quinto sé, y adivino la flecha volando desde una mano hostil,
una flecha volando en medio del ejército;
no puede volar tan deprisa que no pueda pararla, si simplemente la veo.
Con el sexto sé que si alguien me hiere con la raíz de un árbol verde,
y también si un hombre me declara su odio,
el mal los destruirá más rápido que a mí...


Las raíces de los árboles eran especialmente empleadas en las artes mágicas de los Trolls, y producían heridas mortales.

Con el séptimo sé que si veo una casa elevada, arder encima de sus habitantes,
no arderá con tal furia que no pueda salvarla; este canto pueda yo cantarlo.
Con el octavo sé lo que a todos nos es útil conocer.
Allí donde el odio se alza contra los hijos de los hombres,
puedo enseguida apaciguarlo.
Con el noveno sé,
que si tengo la necesidad de salvar mi barca del agua,
puedo sobre las olas calmar el viento y adormecer el mar.
Con el décimo sé, si veo a las mujeres de los trolls,
jugando en el aire,
operar de tal forma que abandonen su espíritu.
Con el undécimo sé, si tengo que conducir,
a antiguos amigos al combate, canto bajo sus escudos,
y con poder van, sanos al combate, sanos vuelven, sanos en todas partes.
Con el duodécimo sé, si veo sobre un árbol,
un cadáver balanceándose en una cuerda,
puedo escribir de tal forma, y describir en runas,
que el hombre andará y hablará conmigo.
Con el decimotercero sé, que si vierto agua sobre un joven; no sucumbirá,
aunque vaya a la guerra este hombre no caerá bajo la espada...


Recordemos que los antiguos paganos nórdicos vertían agua sobre sus hijos cuando les daban su nombre.

Con el decimocuarto sé, si en la sociedad de los hombres,
debo enumerar a los dioses, los asios y los alfios.
Conozco los rangos de todos; pocos son capaces de hacerlo.
Con el decimoquinto sé, lo que el enano de Thodroerer cantó
ante las puertas de Delling,
cantó la fuerza de los asios, la prosperidad de los alfios, la sabiduría de Hroptatyr...


Hroptatyr ("el que despierta") es un epíteto de Odín.

Con el decimosexto sé, si deseo poseer el favor y el afecto de una modesta virgen, cambio el alma de la doncella de blancos brazos, y voy vuelta su espíritu.
Con el decimoséptimo sé, que esta joven virgen me evitará contra su corazón.
Estos cantos, Lodfafner, los habrás mucho tiempo necesitado;
no obstante pueden ser buenos, si los comprendes, y provechosos si los aprendes.
Con el decimoctavo sé lo que jamás enseño a virgen, mujer u hombre,
más vale conocer sólo lo que sabemos, tal es la conclusión de los cantos,
excepto a aquella que es la única, que me cubre con sus brazos, o es mi hermana.
Ahora están cantados los cantos del Muy Alto, en el palacio del Muy Alto.
Todos útiles a los hijos de los hombres, pero inútiles a los hijos de los gigantes.
Salud a quien lo ha cantado, salud a quien los conoce, salud a quien los ha escuchado.


Sabemos que las runas eran utilizadas al menos de tres maneras diferentes: como método de adivinación, como herramienta mágica (o galdr), y finalmente como sistema de comunicación.

Constituyen una especie de alfabeto simbólico con determinadas correspondencias fonéticas, que permite la formación y representación de conceptos muy variados.

Ya hablamos de esto cuando nos enfocamos en el estudio de la evolución histórica de las runas.

El alto sacrificio que Odín realiza para adquirir las runas puede dejar perplejo a quien no esté habituado a la extraña, y a veces rústica belleza, de los poemas del norte.

A mí siempre me ha parecido que aquellas gentes debían estar en permanente contacto con lo trágico de la vida; con la desazón y la angustia; y a través de ellas nos han legado Nueve Mundos maravillosos donde también nosotros podemos vernos reflejados.



Más mitología nórdica. I Mitología comparada.


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El artículo: El origen mitológico de las runas fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentario:

  1. Muy linda informacion, desde lo profundo y esencial.

    Me ha gustado mucho lo que cuentas en la historia de las runas.

    Tal vez odín hizo como el colgado del tarot, Arcano XII, retirarse y aprender desde adentro.

    Saludos

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