«Madre Tierra»: H.P. Lovecraft; poema y análisis.
Madre Tierra (Mother Earth) es un poema metafísico del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrito en 1918 y publicado en la edición de marzo de 1919 de la revista National Enquirer. Posteriormente sería reeditado por Arkham House en la antología de 1966: La hermandad oscura y otras piezas (The Dark Brotherhood and Other Pieces).
Madre Tierra, uno de los poemas de H.P. Lovecraft más interesantes, pertenece a una trilogía poética conocida como Un ciclo en verso (A Cycle of Verse), integrada además por Oceanus (Oceanus) y Nubes (Clouds). Cada una de estas piezas describen algunos de los horrores que podemos encontrar en la tierra, el océano y el cielo.
En este contexto, Madre Tierra describe el encuentro de un hombre con voz de la Tierra, una voz antigua, femenina, y sumamente intimidante (ver: La Tierra como superorganismo consciente). En ciertos aspectos, el poema homenajea al clásico de William Blake: Respuesta de la Tierra (Earth's Answer).
Madre Tierra.
Mother Earth, H.P. Lovecraft (1890-1937)
Una noche, vagando, bajé por el talud
de un hondo valle, húmedo y silencioso.
Su aire estancado exhalaba un vaho de podredumbre
y una frialdad que me hacían sentir enfermo y débil.
Los árboles, numerosos a cada lado, se cerraban
como una banda espectral de trasgos,
y las ramas contra el cielo menguante
tomaban formas que me daban aterradoras.
Sin saber por qué, seguí avanzando.
Parecía buscar alguna cosa perdida
como la alegría o la esperanza,
pero pese a todos mis esfuerzos no pude encontrar
más que los fantasmas de la desesperación.
Los taludes se estrechaban cada vez más.
Pronto, privado de la luna y las estrellas,
me vi encerrado en una grieta rocosa,
tan vieja y honda que la piedra respiraba
cosas primitivas y desconocidas.
Mis manos, explorando, intentaban rastrear
los rasgos del rostro de aquel valle,
hasta que en el musgo parecieron encontrar un perfil espantoso.
Ninguna forma que mis ojos esforzados
puediesen captar era reconocible.
Pues lo que tocaba hablaba de un tiempo remoto
para el paso efímero del hombre.
Los líquenes colgantes, húmedos y canosos,
me impedían leer la antigua historia.
Un agua oculta, goteando quedamente,
me susurraba cosas que no habría debido saber.
...mortal, efímero y osado,
guarda para ti lo que cuento,
piensa a veces en lo que ha sido,
y en las escenas que han visto
estas piedras desmoronadas.
En consciencias ya viejas antes
que tus débiles ancestros apareciesen,
y en criaturas que todavía respiran
aunque no parezcan vivas a los humanos.
Yo soy la voz de la Madre Tierra,
de la que nacen todos los horrores...
One night I wander’d down the bank
Of a deep valley, hush’d and dank,
Whose stagnant air possess’d a taint
And chill that made me sick and faint.
The frequent trees on ev’ry hand
Loom’d like a ghastly goblin band,
And branches ‘gainst the narrowing sky
Took shapes I fear’d—I knew not why.
Deeper I plung’d, and seem’d to grope
For some lost thing as joy or hope,
Yet found, for all my searchings there,
Naught save the phantoms of despair.
The walls contracted as I went
Still farther in my mad descent,
Till soon, of moon and stars bereft,
I crouch’d within a rocky cleft
So deep and ancient that the stone
Breath’d things primordial and unknown.
My hands, exploring, strove to trace
The features of the valley’s face,
When midst the gloom they seem’d to find
An outline frightful to my mind.
Not any shape my straining eyes,
Could they have seen, might recognize;
For what I touch’d bespoke a day
Too old for man’s fugacious sway.
The clinging lichens moist and hoary
Forbade me read the antique story;
But hidden water, trickling low,
Whisper’d the tales I should not know.
“Mortal, ephemeral and bold,
In mercy keep what I have told,
Yet think sometimes of what hath been,
And sights these crumbling rocks have seen;
Of sentience old ere thy weak brook
Appear’d in lesser magnitude,
And living things that yet servive,
Tho’ not to human ken alive.
I AM THE VOICE OF MOTHER EARTH,
FROM WHENCE ALL HORRORS HAVE THEIR BIRTH.”
H.P. Lovecraft (1890-1937)
Of a deep valley, hush’d and dank,
Whose stagnant air possess’d a taint
And chill that made me sick and faint.
The frequent trees on ev’ry hand
Loom’d like a ghastly goblin band,
And branches ‘gainst the narrowing sky
Took shapes I fear’d—I knew not why.
Deeper I plung’d, and seem’d to grope
For some lost thing as joy or hope,
Yet found, for all my searchings there,
Naught save the phantoms of despair.
The walls contracted as I went
Still farther in my mad descent,
Till soon, of moon and stars bereft,
I crouch’d within a rocky cleft
So deep and ancient that the stone
Breath’d things primordial and unknown.
My hands, exploring, strove to trace
The features of the valley’s face,
When midst the gloom they seem’d to find
An outline frightful to my mind.
Not any shape my straining eyes,
Could they have seen, might recognize;
For what I touch’d bespoke a day
Too old for man’s fugacious sway.
The clinging lichens moist and hoary
Forbade me read the antique story;
But hidden water, trickling low,
Whisper’d the tales I should not know.
“Mortal, ephemeral and bold,
In mercy keep what I have told,
Yet think sometimes of what hath been,
And sights these crumbling rocks have seen;
Of sentience old ere thy weak brook
Appear’d in lesser magnitude,
And living things that yet servive,
Tho’ not to human ken alive.
I AM THE VOICE OF MOTHER EARTH,
FROM WHENCE ALL HORRORS HAVE THEIR BIRTH.”
H.P. Lovecraft (1890-1937)
Poemas góticos. I Poemas de H.P. Lovecraft.
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El análisis, resumen y traducción al español del poema de H.P. Lovecraft: Madre Tierra (Mother Earth), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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