«El cisne»: Rainer Maria Rilke; poema y análisis.


«El cisne»: Rainer Maria Rilke; poema y análisis.




«Este laborioso caminar a través de lo no hecho,
como si corriéramos con las piernas atadas,
es como el torpe andar del cisne.»



El cisne (Der Schwan) es un poema modernista del escritor austríaco Rainer Maria Rilke (1875-1926), publicado en la antología de 1907: Nuevos poemas (Neue Gedichte).

El cisne, uno de los grandes poemas de Rainer Maria Rilke, aborda el tema de la vida y la muerte a través de la imagen del cisne, torpe en su andar por la tierra [la vida] pero grácil y elegante cuando se desliza sobre el agua [la muerte].


Este laborioso caminar a través de lo no hecho,
como si corriéramos con las piernas atadas,
es como el torpe andar del cisne.

Y morir, ese no volver a sentir
el suelo que cada día pisamos,
es como su abandono a las aguas
que lo reciben dulcemente,
y que, como con reverencia y alegría,
se retiran en ondas a ambos lados;
mientras, infinitamente silencioso y consciente,
en toda su majestad y cada vez más indiferente,
él se desliza.


Rainer Maria Rilke comienza refiriéndose a las dificultades de la vida, sus luchas, que emprendemos con las piernas atadas, obstáculos que nos impiden avanzar. En la segunda parte se centra en la muerte, ese acceso a una realidad desconocida para la cual, aparentemente, estamos tan bien equipados como el cisne que se desliza sobre el agua, elegantemente y sin esfuerzo [ver: Porque los muertos viajan deprisa]

Ambas experiencias, la vida y la muerte, parecen antagónicas: aceptamos la vida sin cuestionamientos y luchamos para transitar en ella, mientras que la muerte nos causa rechazo aunque, al final, descubrimos que es nuestro medio natural. No creo que Rainer Maria Rilke esté siendo nihilista aquí. No afirma que la vida [«este laborioso caminar»] sea absurda, sino que la muerte, la no existencia, es nuestro estado por default [ver: Horror Cósmico: la vida no tiene sentido, la muerte tampoco]

Por eso, sostiene Rilke, la vida requiere esfuerzo, tropiezos, incertidumbre, mientras que, al regresar a nuestro estado original [«ese no volver a sentir / el suelo que cada día pisamos»], como el cisne que abandona la tierra para deslizarse en el agua, nos transformamos en la encarnación de la gracia, es decir, hacemos aquello para lo que fuimos diseñados: morir. Como el agua para el cisne, no nos demanda ningún esfuerzo.

Parece como si Rainer María Rilke pensara que no estamos bien equipados para la vida, y para ello emplea metáforas extrañas pero curiosamente apropiadas. Más allá del contraste del torpe cisne en tierra con su elegante contraparte acuática, la idea de que el agua sea una representación de la muerte, y no de la vida, como suele ocurrir, es interesante. Sin embargo, creo que lo más poderoso de El cisne es esta noción de que la vida no es nuestro hábitat natural. Por supuesto, no es una idea original. Hunde sus raíces en conceptos religiosos que sostienen que, tras la muerte, nos espera la eternidad, y que nuestra vida en la tierra es una especie de exilio pasajero.

El vínculo religioso termina ahí. Rilke no habla del alma, no ofrece ninguna pista sobre el más allá, simplemente aconseja que no podemos aferrarnos. El final tiene fecha. Llegará. Llegaremos a él como lentos y torpes cisnes, pero tal vez, al final, descubramos que existe cierta gracia, cierta elegancia en el dejarse ir y ser recibidos de nuevo por la naturaleza.


*Esta versión de El cisne de Rainer Maria Rilke no pretende ser fiel al texto original, pero sí a su espíritu. Todo poema es algo complejo, delicado y cargado de significados. No se trata encontrar palabras análogas en nuestro idioma, sino de conservar el significado latente, el significado implícito, el tono, básicamente respetar y, si es posible, capturar la esencia del original. No digo que lo haya logrado. Es solo la búsqueda.




El cisne.
Der Schwan, Rainer Maria Rilke (1875-1926)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Este laborioso caminar a través de lo no hecho,
como si corriéramos con las piernas atadas,
es como el torpe andar del cisne.

Y morir, ese no volver a sentir
el suelo que cada día pisamos,
es como su abandono a las aguas
que lo reciben dulcemente,
y que, como con reverencia y alegría,
se retiran en ondas a ambos lados;
mientras, infinitamente silencioso y consciente,
en toda su majestad y cada vez más indiferente,
él se desliza.


Diese Mühsal, durch noch Ungetanes
schwer und wie gebunden hinzugehn,
gleicht dem ungeschaffnen Gang des Schwanes.

Und das Sterben, dieses Nichtmehrfassen
jenes Grunds, auf dem wir täglich stehn,
seinem ängstlichen Sich-Niederlassen —:
in die Wasser, die ihn sanft empfangen
und die sich, wie glücklich und vergangen,
unter ihm zurückziehn, Flut um Flut;
während er unendlich still und sicher
immer mündiger und königlicher
und gelassener zu ziehn geruht.


Rainer Maria Rilke (1875-1926)


(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Rainer Maria Rilke.


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El análisis, traducción al español y resumen del poema de Rainer Maria Rilke: El cisne (Der Schwan), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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