«Gata negra»: Rainer Maria Rilke; poema y análisis.
Gata negro (Schwarze Katze) es un poema gótico del escritor bohemio Rainer Maria Rilke (1875-1926), escrito en 1908.
Gata negra, uno de los mejores poemas de Rainer Maria Rilke, sostiene una teoría interesante sobre los gatos. Si bien un fantasma es invisible, afirma el poeta, todavía puedes entender un poco sus motivaciones; sin embargo, un gato nunca te permitirá descifrar sus secretos (ver: La diferencia entre perros y gatos).
Rainer Maria Rilke es un poeta que utiliza los objetos físicos [el «silencio de su realidad concentrada»] para revelar algo misterioso, inefable, y acaso ominoso, debajo de su aparente simpleza. Al inicio del poema, la mención a los fantasmas nos transporta inmediatamente a un lugar de asombro, precisamente porque el temor que nos despiertan es opuesto, por ejemplo, al que podría producirnos un asesino. Sabemos que un asesino puede hacernos daño, pero un fantasma... bueno, nos infunden miedo por lo que desconocemos de él. No sabemos qué quiere de nosotros, ni cómo puede dañarnos, si es que de hecho puede hacerlo.
Un fantasma, aunque invisible, todavía es algo
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:
Además, cuando uno ve un fantasma, estos parecen reconocer nuestra mirada. Hay un reconocimiento, un propósito [en apariencia] para el momentáneo levantamiento del velo que separa el mundo material del espiritual. A menudo, ese propósito no es aterrorizarnos, sino más bien impartir algún tipo de mensaje. Lo que Rainer MAria Rilke parece estar sugiriendo aquí es que incluso si un fantasma permanece invisible, todavía hay algo lo suficientemente tangible en él como para constituir una especie de eco, algo en lo que nuestra mirada puede resonar. Entonces contrasta esta noción con lo que sucede debajo de la espesa piel negra de un gato: no hay eco, no hay resonancia aquí. Solo absorción.
Gata negra enfatiza la completa absorción de la luz a través de este animal que no devuelve nada a la mirada, al igual que si observáramos el interior de un ataúd bajo tierra. No importa cuán aguda sea tu vista. No importa que tus pupilas se dilaten más allá de las fronteras del iris en el intento. Nadie puede penetrar en el misterio (ver: ¿El Gato Negro de E.A. Poe es una criatura de los mitos celtas?)
En la siguiente stanza, esta característica absorbente del gato se compara con una pared acolchada contra la cual un lunático golpea sus puños. La energía que gasta al hacerlo, se ve recompensada con alivio. Está pacificado. Sin embargo, creo que está mal suponer que Rainer Maria Rilke está recomendando un tratamiento para la ira. De hecho, parece estar sugiriendo que se puede experimentar algo beneficioso incluso si el objeto de nuestra dependencia [o desesperación] no responde.
La gata parece estar en un estrado, en una audiencia, presidiendo sumariamente todo lo que se le presenta. Entonces llega la palabra más importante de todo el poema: «pero». No debemos restar importancia a esa palabra. Significa que algunas de las anteriores suposiciones están a punto de ser negadas, o al menos reorganizadas. No hay otro lugar adonde ir después de que Rainer María Rilke despliega la palabra «pero». Sabemos que la gata vuelve su rostro hacia el tuyo, quey ahora tú eres el fantasma, la aparición sobre la cual resuena la mirada de la gata negra, y tu turno de reconocer que te están observando (ver: Caterina: la verdadera gata negra de Edgar Allan Poe)
La gata no ha estado ausente. Es más consciente de ti de lo que crees. Más sensible de lo que has imaginado. Es por eso que te sientes conmocionado y humillado cuando miras esos ojos. Nunca, mientras miramos a la gata, ella se sorprendió al ser observada de esa manera. ¿Por qué? ¿Y por qué, en el reflejo de esos ojos ambarinos, nos vemos pequeños... no solo como un insecto, sino como un «insecto prehistórico»? ¿Es porque la sabiduría de la gata es tan antigua como la prehistoria humana? ¿Hay algo que aprender de la mirada de un gato?
así, como un loco furioso, cuando nada mas
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.
La gata parece estar en un estrado, en una audiencia, presidiendo sumariamente todo lo que se le presenta. Entonces llega la palabra más importante de todo el poema: «pero». No debemos restar importancia a esa palabra. Significa que algunas de las anteriores suposiciones están a punto de ser negadas, o al menos reorganizadas. No hay otro lugar adonde ir después de que Rainer María Rilke despliega la palabra «pero». Sabemos que la gata vuelve su rostro hacia el tuyo, quey ahora tú eres el fantasma, la aparición sobre la cual resuena la mirada de la gata negra, y tu turno de reconocer que te están observando (ver: Caterina: la verdadera gata negra de Edgar Allan Poe)
La gata no ha estado ausente. Es más consciente de ti de lo que crees. Más sensible de lo que has imaginado. Es por eso que te sientes conmocionado y humillado cuando miras esos ojos. Nunca, mientras miramos a la gata, ella se sorprendió al ser observada de esa manera. ¿Por qué? ¿Y por qué, en el reflejo de esos ojos ambarinos, nos vemos pequeños... no solo como un insecto, sino como un «insecto prehistórico»? ¿Es porque la sabiduría de la gata es tan antigua como la prehistoria humana? ¿Hay algo que aprender de la mirada de un gato?
Rainer Maria Rilke creía en la coexistencia de los reinos material y espiritual, pero los seres humanos eran para él solo espectadores de la vida, captando sus bellezas momentáneamente para perderlas nuevamente. Gata negra retrata un momento en el que esa belleza es captada temporalmente. El resto es misterio, y así debe ser (ver: El gato que quiso atrapar al sol)
Gata negra.
Schwarze Katze, Rainer Maria Rilke (1875-1926)
Un fantasma, aunque invisible, todavía es algo
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:
así, como un loco furioso, cuando nada mas
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.
Ella parece ocultar en su piel todas las miradas que alguna vez
la acariciaron, de modo que, como una audiencia,
pueda vigilarlas, amenazante y taciturna,
y enrollarse a dormir con ellas.
Pero súbitamente, como si despertara,
vuelve su cara hacia la tuya;
y, conmocionado, te ves a ti mismo, diminuto,
dentro del ámbar dorado de las orbitas de sus ojos,
suspendido, como un insecto prehistórico.
Poemas góticos. I Poemas de Rainer Maria Rilke.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Rainer Maria Rilke: Gata negra (Schwarze Katze), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
Gata negra.
Schwarze Katze, Rainer Maria Rilke (1875-1926)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Un fantasma, aunque invisible, todavía es algo
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:
así, como un loco furioso, cuando nada mas
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.
Ella parece ocultar en su piel todas las miradas que alguna vez
la acariciaron, de modo que, como una audiencia,
pueda vigilarlas, amenazante y taciturna,
y enrollarse a dormir con ellas.
Pero súbitamente, como si despertara,
vuelve su cara hacia la tuya;
y, conmocionado, te ves a ti mismo, diminuto,
dentro del ámbar dorado de las orbitas de sus ojos,
suspendido, como un insecto prehistórico.
Ein Gespenst ist noch wie eine Stelle,
dran dein Blick mit einem Klange stößt;
aber da an diesem schwarzen Felle
wird dein stärkstes Schauen aufgelöst:
wie ein Tobender, wenn er in vollster
Raserei in Schwarze stampft,
jählings am benehmenden Gepolster
einer Zelle aufhört und verdampft.
Alle Blicke, die sie jemals trafen,
scheint sie also an sich zu verhehlen,
um darüber drohend und verdrossen
zuzuschauern und damit zu schlafen.
Doch auf einmal kehrt sie, wie geweckt,
ihr Gesicht und mitten in das deine:
und da triffst du deinen Blick im geelen
Amber ihrer runden Augensteine
unerwartet wieder: eingeschlossen
wie ein ausgestorbenes Insekt.
Rainer Maria Rilke (1875-1926)
dran dein Blick mit einem Klange stößt;
aber da an diesem schwarzen Felle
wird dein stärkstes Schauen aufgelöst:
wie ein Tobender, wenn er in vollster
Raserei in Schwarze stampft,
jählings am benehmenden Gepolster
einer Zelle aufhört und verdampft.
Alle Blicke, die sie jemals trafen,
scheint sie also an sich zu verhehlen,
um darüber drohend und verdrossen
zuzuschauern und damit zu schlafen.
Doch auf einmal kehrt sie, wie geweckt,
ihr Gesicht und mitten in das deine:
und da triffst du deinen Blick im geelen
Amber ihrer runden Augensteine
unerwartet wieder: eingeschlossen
wie ein ausgestorbenes Insekt.
Rainer Maria Rilke (1875-1926)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Poemas góticos. I Poemas de Rainer Maria Rilke.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Rainer Maria Rilke: Gata negra (Schwarze Katze), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
Excelente, gracias
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