La Gnosis en el ciclo artúrico


Otro magnífico -y revelador- artículo de Milos de Azaola, quien ha colaborado con El Espejo Gótico con informes atildados y lúcidos sobre distintos tópicos, entre ellos, Azael y la caída de los ángeles y Annabel Lee: un poema gnóstico. En esta ocasión, nos invita a conocer los secretos escondidos bajo la mesa redonda más célebre de la historia.







La Gnosis en el Ciclo artúrico.

Por Milos de Azaola.

Los estudiosos que durante décadas han estado debatiendo si el rey Arturo existió realmente o no, y que continúan sin encontrar pruebas consistentes de que fuera una figura histórica (lo cual parece que no les desmoraliza), han caído en el mismo error en el que cayeron los católicos, que se tomaron y siguen tomando el mito de Jesús al pie de la letra, ignorando su simbolismo. Están perdiendo el tiempo. La leyenda del rey Arturo es eso, una leyenda, simbolismo religioso puro y duro. Es como si nos pusiéramos a debatir si Zeus vivió realmente en el monte Olimpo.

A diferencia de lo que la mayoría cree, las leyendas artúricas tienen poco que ver con la mitología celta, y mucho con el gnosticismo. Aunque se basaran en antiguas historias britanas, fue en Francia donde adquirieron su forma definitiva, en la misma época y en la misma región en la que aparecieron los cátaros (los gnósticos medievales por excelencia). Chrétien de Troyes fue el principal responsable de este fenómeno, y curiosamente la ciudad de Troyes era el bastión más importante del catarismo en el norte de Francia… Pero la gente sigue sin ver el mensaje subyacente en la leyenda artúrica, pues la mayoría no están familiarizados con los secretos de la Gnosis y los símbolos que ésta emplea. Aunque una vez que uno tiene en su poder las claves para descifrar el misterio, enseguida se ve la verdadera naturaleza del mensaje. El significado oculto de la historia del rey Arturo y sus caballeros es el siguiente:

El rey Arturo, que casi nunca protagoniza las aventuras caballerescas que se narran en su corte, simboliza a Dios, aparentemente ausente de este mundo; mientras que su consorte, la reina Ginebra, es la Diosa, la Gran Madre Sofía, el Espíritu Santo (el nombre de Ginebra significa precisamente espíritu puro). El caballero Lanzarote, amante de Ginebra, simboliza al hijo-amante de la Diosa, es decir, es su ángel predilecto, Lucifer, "el portador de luz" (como Lanzarote es el portador de la lanza, símbolo del rayo de luz que ilumina al místico). Los demás caballeros de la Mesa Redonda son los ángeles de los coros restantes. Mordred, celoso de Arturo y Lanzarote (pues también desea a Ginebra), es el ángel traidor, Satán, que origina la guerra y la muerte. El inocente Perceval, en la versión de Chrétien de Troyes y sus continuadores, y posteriormente Galahad, el caballero sin mancha, esperado por todos como el salvador que dará fin a las aventuras más extrañas, son figuras mesiánicas que simbolizan a Jesús. De todos los caballeros que parten a la búsqueda del Grial, Perceval o Galahad (según la versión) es el único que consigue llegar hasta el final, es decir, el único que alcanza la Gnosis. Merlín, el mago por excelencia (además de vidente y místico), es el hombre que ya ha alcanzado la Gnosis con anterioridad (por eso no participa en la búsqueda del Grial, ya que no le hace falta), el maestro espiritual que instruye a los demás y tiene el poder de obrar magia de origen celestial sobre el mundo terrenal. Se le presenta como hijo de un demonio y una monja, es decir, reúne en su figura los contrarios, reconciliándolos. La historia de cómo fue hechizado por la belleza de la Dama del Lago simboliza el amor del sabio gnóstico por Sofía (pues la Sabiduría es la fusión del amor y el conocimiento). La ambigua Morgana, su rival (pero también su amante), es su contrapartida femenina, la bruja por excelencia, a veces practicante de magia blanca, y a veces de magia negra. Por otra parte, es su condición de mujer enamorada la que guía buena parte de sus actos; en su intenso amor por Lanzarote puede verse el mismo amor que siente cada bruja por Lucifer, el ángel caído. La Mesa Redonda, como el círculo del Zodíaco, representa el infinito, el Universo; y es también la hermandad espiritual de las almas (los caballeros-ángeles). La legendaria corte de Camelot es "el reino de los cielos" del que hablaba Jesús en sus enseñanzas.

La leyenda artúrica del Grial procede del gnosticismo primitivo. Los gnósticos del Imperio Romano celebraban ritos que incluían un banquete sagrado similar al de la Última Cena; su vasija sagrada era el krater, o cáliz. ¿Cómo fue la primera aparición del Grial ante los caballeros de Arturo? Surgió cubierto por un velo, justo en el centro de la Mesa Redonda, cuando estaban todos reunidos disfrutando de un banquete como Jesús y sus discípulos en la Última Cena. Pero fue algo efímero, pues el Grial no tardó en esfumarse. Arturo ordenó entonces a sus caballeros partir en su búsqueda, búsqueda cuyo fin era retirar el velo del Grial para que el reino, yermo, floreciera de nuevo. Dicho reino es interior: es el reino del alma, necesitada del renacimiento espiritual para ir más allá del velo que supone el mundo material. Los caballeros deciden cabalgar en solitario, pues ir en grupo habría sido vergonzoso. Cuando todos se hubieron puesto sus armaduras, "se adentraron en un bosque [el mundo material], desde diferentes puntos, donde les pareció que era más frondoso, por todos aquellos lugares donde les parecía que no había sendero alguno". Empezaron, de esta manera, su viaje espiritual como individuos.

Las armaduras de los caballeros simbolizan los cuerpos físicos de los que se revisten las almas angélicas en el mundo material. En sus aventuras, los caballeros-ángeles se topan continuamente con la Diosa, que aparece bajo diferentes aspectos. A veces la Diosa es Cundrie, el espíritu de la naturaleza, mensajera del Grial que lleva una capucha negra. Otras veces es un hada que se encuentran en medio del bosque, la cual les otorga algún tipo de poder o conocimiento, ayudándoles en su búsqueda. Con frecuencia, la Diosa adopta el aspecto de una "damisela en apuros" que requiere su ayuda, encarnando en este caso a la Sofía hija atrapada en este mundo. Otras veces es una bruja vieja y horrible con colmillos de jabalí. En un relato, esta bruja horrorosa le exige al rey Arturo el matrimonio con Gawain en pago por haber resuelto un acertijo, salvándole al rey la vida. Gawain, al besarla con desgana en la noche de bodas, descubre atónito que la bruja se convierte ante sus ojos en una mujer hermosa. En resumen, la Sabiduría hace llegar a los caballeros su llamada, y éstos se convierten en sus amantes. Disfrazada de vieja bruja, los conduce a abrazar su propia oscuridad, transformándola a través del amor. Al final de la búsqueda les revela el tesoro secreto del Grial, el cáliz que rebosa comida para todos y la visión de la reunión del alma con su fundamento divino. Esta visión otorga la experiencia de unidad, tan anhelada, sanando así toda herida y calmando toda tristeza. Como dicen Anne Baring y Jules Cashford en su obra capital El mito de la diosa: ¿Qué es entonces el Grial, sino la vasija inagotable, la fuente de vida que continuamente se genera, energía derramándose sobre la creación, energía como creación, la fuente inextinguible del ser eterno? Había habido antes otras imágenes de la fuente de la creación; sin embargo, ningún mito había vinculado esa imagen con el desbordamiento espontáneo de un corazón individual (el del caballero), convirtiendo el Grial externo en consustancial con el instante interno en que se convierte en vida dentro del ser humano. El caballero que alcanza el Grial es el ser humano liberado de las ataduras que lo amarran a las costumbres tribales propias de la mayoría. Es el caballero que sirve al mundo a través del amor individual, siguiendo su propio corazón a dondequiera que le lleve.

Al principio ese caballero solía ser Perceval. El trovador y caballero templario Wolfram von Eschenbach revelaba en su obra Parzival el origen del Grial (según los gnósticos): durante el descenso de Lucifer a este mundo, una esmeralda que adornaba su frente se desprendió y cayó a tierra, siendo recogida por Adán, que la esculpió en 144 facetas. Sus descendientes la heredaron, es decir, heredaron la Gnosis, pues los secretos del cielo estaban contenidos en esta esmeralda (son los secretos que Lucifer transmitió al hombre). En tiempos de Jesús, se supone que José de Arimatea mandó esculpir un vaso en la esmeralda de Lucifer, y que éste sería el famoso Grial, con el que José recogió la sangre que manaba de las heridas de Jesús en la cruz (el simbolismo "sanguíneo" es una forma de decir que José era pariente de Jesús, por lo que al ser del mismo linaje también estaba en posesión de la Gnosis). Tras la muerte de José, el Grial sería custodiado por sus descendientes, que llevarían sucesivamente el título de Rey Pescador (pescador de almas, como se decía de Jesús). Su último descendiente sería Galahad.

En cuanto a la figura luciferina de Lanzarote, es precisamente su amor por Ginebra la causa de su caída, es decir, de la pérdida de su reputación de "caballero perfecto" (la misma pérdida que sufrió Lucifer-Azazel, al que pasó a considerarse erróneamente un demonio a raíz de su amor por las mujeres). Esta caída provoca su expulsión de la corte, es decir, del cielo. El celoso Mordred (Satán), rechazado por Ginebra, es quien pone al corriente a Arturo del amor entre la reina y Lanzarote, originando la guerra en el reino. Cuando la facción de Mordred quiere ajusticiar a Ginebra, apresándola y atándola a un poste para quemarla como se hacía con las brujas (la misma humillación que sufre Sofía a manos de los ángeles celosos), Lanzarote acude en su rescate, liberándola y matando a varios de sus antiguos compañeros. En la división de los caballeros de la Mesa Redonda en dos bandos enfrentados, los partidarios de Mordred y los de Lanzarote, se ve la misma división que hubo en los cielos cuando Satán se rebeló… Además, durante esa guerra que divide el reino, Arturo se ausenta de Camelot para combatir, por lo que su sobrino Mordred se convierte en regente en ausencia del rey… Mordred es, por tanto, el Demiurgo que reina sobre el Mundo Material en ausencia (aparente) de Dios. Falsifica cartas en que se anuncia la muerte de Arturo y por las que se atribuye el trono (como Yahvé, que afirma ser Dios) y a la deseada Ginebra, a la que asedia en una torre… asedio que sólo rompe cuando Arturo se da cuenta de quién es el verdadero enemigo, enfréntandose a él en la batalla final. Dicha batalla entre Arturo y Mordred, es decir, entre el Bien y el Mal, es la del Juicio Final. Mordred muere, y Arturo también… pero a diferencia de Mordred, el cuerpo de Arturo es llevado a la isla mágica de Avalon (cuyo nombre significa la de los manzanos), es decir, retorna al Mundo Celestial para comer del fruto del conocimiento, la manzana de un nuevo Edén. En definitiva, para renacer, dando lugar a una Nueva Era... De esto, ni más ni menos, es de lo que realmente nos habla el ciclo artúrico.
Milos de Azaola.



El artículo: La Gnosis en el Ciclo Artúrico fue realizado integramente por Milos de Azaola. Todos los derechos de reproducción están sujetos a la voluntad de su creador.

2 comentarios:

  1. quede boquiabierto... no tenia ni la mas mínima idea de que se podía realizar una conexión entre el rey arturo y el agnosticismo .....

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  2. Impresionante!! Es impresionante lo que en realidad nos muestra el ciclo artúrico, además es muy curioso el como se relaciona con otras religiones y/o creencias y como algunas personas lo consideran simples coincidencias o casualidades, olvidándose de la naturaleza humana que nos obliga a pedir y dar una explicación sobre lo que es bueno y malo.
    Gracias por esto my lord.

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