«La copa de las hadas»: Rubén Darío; poema y análisis.
La copa de las hadas (La copa de las hadas) es un poema de hadas del escritor nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento —más conocido como Rubén Darío (1867-1916)—, publicado en 1887.
La copa de las hadas explora uno de los arquetipos mitológicos más recurrentes en la obra de Rubén Darío: la Reina Mab (Queen Mab), hada proveniente de los mitos celtas y posteriormente adoptada por el folklore inglés.
La Reina Mab es el hada de los sueños. Su función no consiste en cumplir los deseos de sus devotos, al estilo de las hadas madrinas, sino en darle a los soñadores una visión arrebatadora de aquello que desean.
William Shakespeare, en Romeo y Julieta (Romeo and Juliet), le asigna el oficio de partera de las hadas.
La influencia de William Shakespeare en La copa de las hadas es notorio. Rubén Darío recoge el motivo del hada shakespereana, en este caso, diminuta pero con un gran poder sobre los sueños, y la transforma en un vehículo que por su versatilidad se vuelve idóneo para transferir un exquisito concepto de lo sensorial.
La Reina Mab encarna el tópico dariano del arte y el artista que persiguen un ideal estético que no logran encontrar en la realidad, pero que puede hallarse en el mito. Y, al igual que en otro poema decisivo en este contexto, El velo de la Reina Mab, Rubén Darío incorpora a Mab como vínculo entre el artista y la belleza absoluta que se encuentra más allá de su alcance, donde las hadas tejen su historia.
La copa de las hadas.
La copa de las hadas, Rubén Darío (1867-1916)
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
¿Era día o noche?
El astro
de la niebla sobre el tul,
florecía en campo azul
como un lirio de alabastro.
Su peplo de oro la incierta
alba ya había tendido.
Era la hora en que en su nido
toda alondra se despierta.
Temblaba el limpio cristal
del rocío de la noche,
y estaba entreabierto el broche
de la flor primaveral.
Y en aquella región que era
de la luz y la fortuna,
cantaban un himno, a una,
ave, aurora y primavera.
Las hadas —aquella tropa
brillante—, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
Y la base fue formada
con un trémulo suspiro,
de reflejos de zafiro
y de luz cristalizada.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: La ilusión;
otra dijo: La belleza;
otra dijo: La riqueza;
y otra más: El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
"Que se ponga en esa copa
la felicidad completa".
Y cuando habló Reina tal,
produjo aplausos y asombros.
Llevaba sobre sus hombros
su soberbio manto real.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
Rubén Darío (1867-1916)
Poemas de hadas. I Poemas de Rubén Darío.
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El resumen y análisis del poema de Rubén Darío: La copa de las hadas (La copa de las hadas) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
la verdad me agradaria que publicaran otro gran poema de este destacado autor:sonatina
ResponderEliminarExcelente y hermoso poema, Sebastián. Y un formidable análisis, como siempre.
ResponderEliminarAlejandra Barroso