«El espejo y la verdad»: Concepción Arenal; poema y análisis.
El espejo y la verdad (El espejo y la verdad) es un poema de la escritora española Concepción Arenal (1820-1893), donde realiza una inquietante mirada sobre la insalubre tarea que realizan los espejos.
El lector perspicaz entenderá que la elección de este poema no es caprichosa, y que no siempre los espejos eligen a quien reflejar.
El Espejo y la Verdad.
El espejo y la verdad,Concepción Arenal (1820-1893)
En uno de los viajes
Que tuvo la mala idea
De hacer no sé con qué objeto
La Verdad sobre la tierra,
Oyó de un espejo amigo
Sentidas y amargas quejas.
¿De qué me sirve, decía,
Que, fiel a tus advertencias,
Repita forma y colores
Con semejanza perfecta,
Lo mismo al pobre mendigo
Y al que nada en la opulencia,
Al labrador y al herrero
Como a los reyes y reinas,
Y diga la verdad pura
Sin rodeos ni cautelas?
Vanse de mí satisfechos,
Aunque increíble parezca,
Igualmente los hermosos
Que los de horrible presencia.
Digo a un viejo: «Esa peluca
Se ve desde media legua.»
Y él va muy hueco pensando
«Nadie que es peluca acierta.»
Dígole: «Tienes arrugas»,
A una remilgada vieja,
Y ella piensa allá entre sí:
«Pues tengo la cara tersa.»
Pónese el chato narices,
Otro va y se las cercena,
El gordo se quita carnes,
El que es flaco las aumenta,
Multiplícase el pequeño,
El que es muy alto se resta,
Y, en fin, a ninguno he oído:
«¡Qué feo soy! o «¡qué fea!»
Si algún remedio eficaz
No buscas de esta epidemia,
Teme que tu santo imperio
Del mundo desaparezca.»
«No, respondió la Verdad
Con la faz grave y serena
Mi dominación es justa
Y será por eso eterna.
Si tal vez por excepción
Se sustrae el hombre a ella,
Esta excepción que te irrita
Casos hay en que aprovecha.
Di: ¿si sordo el amor propio
A tus verdades no fuera,
Cómo se consolarían
Los horribles y las feas?
¿Qué mal hay si va una joven,
Muy erguida y satisfecha,
Su fealdad ostentando
Como si fuera belleza?
¡Es ridícula! ¿Qué importa
Siempre que dichosa sea?
Abunda la vanidad
Porque el mérito escasea,
Y en paz vive cada cual
Ignorando su miseria.»
Al ver un ente risible
Que hueco se pavonea,
Más vano por sus defectos
Que otros hay con sus bellezas,
Los sabios de brocha gorda
El absurdo cacarean,
Y el hombre bueno y prudente
Bendice a la Providencia.
Concepción Arenal (1820-1893)
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El análisis y resumen del poema de Concepción Arenal: El espejo y la verdad (El espejo y la verdad) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
Bajo las escaleras de la estacion de metro Laurier.La estructura de concreto es gris y carece de cualquier tipo de ornamentacion, ademas de mostrar angulos toscos y diemnciones tan desproporcionedas en tamaño y forma que me hacen pensar que semejante estructura fue diseñada por un improvisado, por alguien que plasmo su brutalidad en esa gigantesca abobinacion de concreto gris (inevitablemente añoro el fileteado porteño de las estaciones de subte de Bs.As.). Y asi, todas las estaciones de metro de la ligne orange exhiben los mismos parametros "esteticos". Bajo en Berri-UQAM...otra vez llego tarde y me dan la nota del temido parcial: altamente satisfactoria...en el fondo no me sorprendio (he aqui el unico orgullo que supe mantener desde mi infancia escolar).
ResponderEliminarEl mundo, "el afuera", se mueve rapido, es un escenario caotico que muestra una crueldad inimaginable para un espiritu sensible...pero lo justifico, me adapto, me mimetizo...aca no experimento la soleda espiritual y poetica llena de visiones oniricas que vivia en mi tierra. En este lugar la soledad es explicita, palpable, soy foranea y debo hablar otras lenguas (para empezar)...asi que me adapto, interactuo, me reinvento, soy "lo que se espera que sea", ahora ya soy parte de el vertigo "del afuera" como a travez de la interpretacion mediocre de un guion teatral. Vuelvo a la estacion Berri-UQAM, ahora camino mas tranquila, y mientras corroboro si mi celular tiene linea(me siento adolescente con esa pieza tecnologica en la mano), unos tableros de ajedrez captan mi atencion en la siempre visosa vidriera de Le Parchemin.Paseo mis ojos por cada uno de los tableros, pero al levantar la mirada vi reflejado en el vidrio un rostro que me resulto casi desconocido: era yo. Cerre los ojos para escaparme con la mente a un lugar seguro, a Bs.As., a la casa de mis abuelos en San Miguel, y hasta crei poder oler a los jazmines de aquellos veranos en el jardin que me vio crecer...pero la imagen se destruyo en pedazos cuando, como si fuese invocada por un mecanismo perverso de "asociativa mental", vino a mi mente la cancion de la opera de Ruggerio Leoncevallo (Il Pagliacci)...Hoy, "el espejo" con su mayor cinismo, me mostro a un ser dual, bifurcado, horrendo...hoy me vi reflejada, y llore como lo hiciece Canio al pintase lacara.
Vease Vesti la Giubba:
http://www.youtube.com/watch?v=wey0QUi-mG4&feature=related
Que bien
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